https://youtu.be/NIBFJQBQMp0?si=WjD5p644ttk6FnM5
- Is 25, 6-10
- Sal 22
- Mt 15, 29-37
El tiempo mesiánico es una tiempo de salvación. Es la oportunidad que Dios nos da para ser salvados; es el tiempo esperado para que las tinieblas del pecado, que obstruyen nuestra visión y que no nos dejan ver la realidad como es verdaderamente, sean disipadas por la Luz del “Señor que viene”.
El tiempo de Adviento es un tiempo para abrir nuestros ojos a la bondad y, sobre todo, a la comprensión, solo así el tiempo mesiánico se realizará plenamente en nuestro medio, por eso la liturgia de este tiempo nos habla de fe, esperanza y alegría, pues como nos dice la Aclamación del evangelio: “ya viene el Señor para salvar a su pueblo y el profeta Isaías complementa este texto asegurándonos que es nuestro Dios de quien esperábamos que nos salvara; alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae.
Dios va a venir a salvarnos. Esta era la gran esperanza de los judíos. En el fondo, era la gran esperanza del mundo entero. Todos los hombres aguardamos de una manera o de otra nuestra salvación, la liberación de todos nuestros males.
Isaías anuncia la celebración de un banquete para el final de los tiempos, que tendrá lugar en el monte Sión y en el que Dios, presentado como rey oriental, reparte sus mejores dones con abundancia, de modo que todos queden satisfechos.
En Oriente y en la Biblia el banquete es un rito de entronización real, al que sólo son invitados los aliados y amigos. Dios ofrece este banquete de alianza no solo a su pueblo sino a todos los pueblos de la tierra.
Dios viene al encuentro de las esperanzas humanas, y va mucho más allá de lo que cabría esperar.
Este texto, en definitiva, es una invitación a vivir la alegría de la esperanza en la promesa de Dios, que colmará los anhelos más profundos del ser humano.
El Salmista acudiendo a la bondad y su misericordia, como nuestro Pastor, nos asegura que con El nada nos falta, El es fiel, por eso nos conduce por caminos rectos para que podamos habitar en su casa toda la vida.
Cuatro enseñanzas que nos da Jesús hoy a través del pasaje de San Mateo:
- La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel». Todos lo estaban viendo con sus propios ojos. Se estaban cumpliendo las antiguas promesas. Todo lo que se había dicho de los tiempos futuros se hacía realidad. Y ellos eran testigos. Si nos metemos en la escena, como uno más de aquellos judíos, se comprende perfectamente la alegría de aquellas gentes: la salvación había llegado a ellos. Y por eso daban gloria a Dios. Pero todo esto no son historias de hace 2.000 años. El poder del Señor no es algo del pasado… ¿No has visto nunca como el Señor prepara un banquete y sacia a miles de pobres hambrientos y sedientos cada día en la Eucaristía? ¿Y alguna vez has experimentado como él arrancaba de ti el velo de la ignorancia, del error o de la soberbia, que te impedía ver? ¿Y acaso no ha enjugado tus lágrimas? ¿No te ha hecho pasar tantas veces de la muerte y del pecado a la vida verdadera y auténtica, al perdón y la gracia? El poder del Señor no es algo del pasado… Tú también lo puedes ver hoy, aquí, en ti.
- Siento compasión de la gente”. “Debemos tener el corazón de Jesús, afirma el Papa Francisco; quien “al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas que no tienen pastor” Al ver a las muchedumbres, sintió compasión. Las personas esperan encontrar en nosotros la mirada de Jesús, a veces sin ni siquiera saberlo, esa mirada serena, feliz, que entra en el corazón.”
- «Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas». Las palabras de Isaías se han cumplido. La salvación de Dios, la sobreabundancia de su Amor para con todos los hombres, se ha desbordado sobre la humanidad. Dios se ha convertido en el Dios-con-nosotros. Ante la vista de tantos prodigios de Jesús, los judíos hicieron suyas esas palabras del profeta. Puedes decirlas ahora tú también: «Aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación”». ¡Aquí está nuestro Dios! ¡Aquí ha venido a salvarnos! ¡Y lo estamos viendo entre nosotros! Con esta alegría acudimos cada día a la Eucaristía, memorial y celebración de la salvación del Señor. Esta es la alegría que nadie nos puede arrebatar.
- Y lo más maravilloso es que este Dios hecho hombre, que todo lo puede y que nos ama apasionadamente, y a quien necesitamos en todo y para todo —«sin mi no podéis nada» (Jn 15,5)— necesita, paradójicamente, también de nosotros: éste es el significado de los siete panes y los pocos peces que usará para alimentar a una multitud del pueblo, en el texto del Evangelio. Si nos diéramos cuenta de cómo Jesús se apoya en nosotros, y del valor que tiene todo lo que hacemos para Él, por pequeño que sea, nos esforzaríamos más y más en corresponderle con todo nuestro ser.
Pongamos a disposición del Maestro nuestros recursos humanos y espirituales y dejemos que lo imposible se haga realidad delante de nuestros propios ojos.
“Ven Señor, y no tardes; ilumina lo que esconden las tinieblas y manifiéstate a todas las naciones”. Hab 2, 3
Fuentes:
- Folleto la Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/12/06/aqui-esta-nuestro-dios-2/
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=06-12-2023
- https://www.elpandelospobres.com/jesus-cura-muchos-y-multiplica-los-panes
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes de Diciembre 2023
““Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús” (Primera Carta a los Tesalonicenses, 5, 16-18) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.