- Dan 7, 9-10. 13-14
- Sal 96
- 1 Pe 1, 16-19
- Mt 17, 1-9
Hoy celebramos la Fiesta de la Transfiguración del Señor. Un momento crucial para nosotros los cristianos y el entorno en la montaña se presenta como el punto donde la naturaleza humana se encuentra con Dios: el lugar de encuentro de lo temporal y lo eterno, con Jesús mismo como punto de conexión, actuando como puente entre el cielo y la tierra.
Y esta Fiesta la viviremos nosotros en torno a la mesa de la Palabra y la Eucaristia. Maurice Zundel, teólogo suizo, nos explica que “en la liturgia eucarística se realiza la transustanciación, es decir el cambio esencial de la estructura del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor… Y eso parece indicar justamente una vocación del Universo… El Universo es tocado por el Espíritu y está llamado a espiritualizarse, interiorizarse y liberarse.
Hay otra cosa – hay tantas además que no las podemos decir todas – y es que en la liturgia se realiza la transustanciación, es decir el cambio esencial de la estructura del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Hay aquí una especie de atajo inconmensurable en que lo más alto alcanza lo más bajo, en que la materia es abrazada en cierto modo por el Amor de Dios, transfigurada, transustanciada, para no guardar sino las apariencias que vehiculan la presencia real de Nuestro Señor”
Así entonces, esta Fiesta, como nos dice la Oración Colecta, nos ayude a escuchar siempre la voz de Jesús, el Hijo Amado, para ser coherederos de su Gloria. A darle Gloria a este Señor que como nos dice el Salmista “Reina la tierra, …está muy por encima de ella y mucho más alto que los dioses”
La primera lectura, nos presenta la visión de Daniel.Para comprenderla mejor, es necesario situarnos en su contexto. El pueblo israelita vive en un enfrentamiento con la cultura helenista que se traduce en una persecución religiosa, todo ello se refleja en una situación de crisis y división entre los judíos.
Hay dos personas que están presentes en el sueño de Daniel:
La primera es un anciano con los rasgos de vestiduras blancas como la nieve y sus cabellos como lana pura, en un trono del cual brotaba llamas de fuego, rasgos con los que representa a Dios y su grandeza: Dios mismo que preside y está en la humanidad desde siempre.
Y la segunda un hijo de hombre, una figura humana que es conducido hacia el encuentro con el anciano , quien le otorga poder eterno y su reino. Este reino tiene como características: la universalidad, todas los pueblos están llamadas a acogerlo; es eterno, es para siempre, el reino permanece en cualquier circunstancias, por muy difícil que sea siempre hay rasgos de vida; y su gratuidad como expresa en el v. 2,44 “El Dios del cielo hará surgir un reino”, no depende de la acción humana es una iniciativa de Dios donde el ser humano es invitado a participar.
A través de esta visión, Daniel quiere transmitir al pueblo judío que Dios permanece y camina con ellos, les anima a confiar a pesar de las dificultades.
Por otro lado, la segunda lectura, va dirigida a las comunidades cristianas que están pasando por serias dificultades con el objetivo de alentarles, acogerlas y animarles.
En concreto, el texto que nos sugiere la liturgia de hoy, el autor les invita a hacer memoria, a recordar. Les recuerda que todo lo que les han anunciado en el pasado tiene la validez de ser su experiencia, han sido testigos oculares. Parece que una dificultad en la comunidad es la existencia de falsos maestros, por ello la insistencia en la autenticidad de ser testigos.
Hace alusión a una experiencia de fe, en el bautismo de Jesús, la experiencia de ser hijo “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”.
La palabra ilumina, él que la escucha y se deja iluminar es como una lámpara. Este puede ser un criterio para discernir la autenticidad de lo que se anuncia. El que hace vive la palabra, ilumina , alumbra la oscuridad, alumbra la vida superficial, sin sentido, la injusticia.
La Palabra nos libera, siempre nos libera y nos invite a la conversión, siendo este un paso hacia la vida, donde nos percibimos en profundidad, reconociéndonos hijos e hijas de Dios.
Y el Papa Benedicto XVI, nos explica que “el Evangelio de la Transfiguración del Señor pone delante de nuestros ojos la gloria de Cristo, que anticipa la resurrección y que anuncia la divinización del hombre. La comunidad cristiana toma conciencia de que es llevada, como los Apóstoles Pedro, Santiago y Juan “aparte, a un monte alto”, para acoger nuevamente en Cristo, como hijos en el Hijo, el don de la gracia de Dios: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle”. Es la invitación a alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios: él quiere transmitirnos, cada día, una palabra que penetra en las profundidades de nuestro espíritu, donde discierne el bien y el mal y fortalece la voluntad de seguir al Señor.
Terminamos esta reflexión con la Oración de los Fieles, pidiéndole al Señor para quienes necesitamos su auxilio para abrazar el camino salvador de la Cruz que su vos nos muestre su Gloria.
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/6-8-2015/
- https://es.catholic.net/op/articulos/4993/enviado4993.html#modal
- https://mauricezundel.com/04-08-08-2017-eucaristia-y-transfiguracion/
- https://mauricezundel.com/04-08-08-2017-eucaristia-y-transfiguracion/
Palabra de Vida Mes de Agosto 2023
“Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo”. (Mateo 15, 28) https://ciudadnueva.com.ar/julio-2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.