- Hch 6, 8-15
- Sal 118
- Jn 6, 22-29
¿Con qué pan nos alimentamos? Ante esta interrogante, dejemos que el Señor a través de la liturgia pascual, nos enseñe e instruya (salmo) y continúe iluminando nuestra entrega y compartir de cada día; y preparemos nuestro ánimo, dispongamos nuestra mente y corazón para ser fieles continuadores del proyecto de Jesús, como lo hizo Esteban (primera lectura).busquemos ese alimento, ese pan del que nos habla el evangelio, que fortalece la vida y que no tiene fecha de caducidad, ese que siempre estará dispuesto a a multiplicarse en nuestras mesas.
El salmista nos invita a dejarnos enseñar por el Señor, a instruir en el caminos de sus mandatos, a reconocer su Voluntad que es todo lo que sucede porque El esta en todas las cosas y su dominio es supremo.
Y al meditar en la primera lectura, podremos concluir que Esteban, era un gran alumno de las enseñanzas del Señor, pues como nos dice el texto, “lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo». Como diacono tenía la función de ayudar a atender las necesidades de la comunidad.
En él se hacían vida las palabras de San Pablo VI a los ministros que iban a ser ordenados:«Nosotros hacemos coincidir en nuestro carácter representativo y ministerial las diversas categorías que componen la comunidad cristiana: los niños, los jóvenes, la familia, los trabajadores, los pobres, los enfermos y también los lejanos y los adversarios. Nosotros somos el amor que une a las gentes de este mundo. Somos su corazón. Somos su voz, que adora y ruega, que goza y llora. Nosotros somos su expiación (Cf. 2 Cor 5, 21). Somos los mensajeros de su esperanza.”
También hoy la predicación está llamada a la experiencia del Resucitado para ayudarnos a crecer en la fe, a asumir con valentía los desafíos del presente y a nutrirnos con la sabiduría del Evangelio.
El tiempo de Pascua nos brinda la oportunidad de buscar a Jesús con mayor profundidad, renovando nuestra fe en Él, como nos invita en el texto del Evangelio.
Recordemos que “creer”, significa en los escritos joánicos, colocar el entendimiento (mente), el afecto (corazón) y las manos (acción) al servicio de Dios para realizar su obra vivificadora: dar vida en plenitud (vida eterna) a todos los seres humanos.
“Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura»… Cuantos veamos en la fe una forma de «salvar la vida», a lo humano, deberíamos meditar estas palabras. No se acerca hasta nosotros un Resucitado para regalarnos prosperidad terrena; para eso hubiera bastado un millonario filántropo. Jesús Resucitado se acerca para acariciar con su Cruz nuestras adversidades, convertirlas en Puerta de la Vida y dotarlas de una eficacia que el mundo no conoce.
”La Obra de Dios es esta: que creaís en el que El ha enviado”; muchos interpretan que cuando el Señor dice esto, está señalando a la necesidad de que los hombres crean en Él. Pero resulta que tal hecho es obra de Dios mismo. Es Él quien nos da la fe, es Él quien hace que podamos creer y alimentarnos del pan que baja del cielo. Por tanto, cuando creemos lo hacemos porque Él ha obrado en nosotros.
De igual manera, toda buena obra que acompaña necesariamente a la fe -pues la fe sin obras es fe muerta- tiene a Dios como fuente primaria. Así actúa la gracia. Quien la resiste, es digno de condenación. Quien la acoge no tiene de qué gloriarse, pues es puro don.
Oremos como nos lo pidió el Papa Francisco por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html .
- https://www.infocatolica.com/blog/coradcor.php/1705010928-esta-es-la-obra-de-dios-que-c#:~:text=Jesús%20les%20respondió%3A%20%2DÉsta%20es,en%20quien%20Él%20ha%20enviado.&text=Creer%20en%20Cristo%2C%20pan%20que,que%20Dios%20nos%20concede%20hacer.
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/05/05/la-indefension-del-justo-frente-a-los-malvados/
Palabra de Vida Mes Mayo. «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero» (Jn 21, 17) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.