- Is 60, 1-6
- Sal 71
- Ef 3, 2-3a. 5-6
- Mt 2, 1-12
Hoy que celebramos la Epifania, las lecturas, no ofrecen la imagen de los pueblos y reyes acudiendo a la luz de Dios, lo que nos invita a recordar que el Amor de Dios no es exclusivo de un pueblo o religión.
La fe cristiana destaca la importancia de la inclusión universal como un llamado a la solidaridad y la justicia entre todos los pueblos.
La fe supone una relación. Una relación entre el Dios que se revela y el ser humano que responde a este Dios que se da a conocer. A lo largo de la historia de la humanidad, Dios se ha ido dando a conocer, primero al pueblo de Israel y luego, en la plenitud de los tiempos, al mundo entero, por medio de su Hijo amado, el Verbo hecho carne. Esta manifestación de Dios a la humanidad, representada por los Magos venidos de tierras lejanas para adorar a Dios hecho visible en su Hijo, es la que conmemoramos en esta solemnidad de la Epifanía.
El texto del libro del profeta Isaías adelanta el sentido de la fiesta: el universalismo de la salvación de Dios y se vale de la imagen de Jerusalén, símbolo de la presencia de Dios, para afirmar que todos los pueblos buscarán a ese Dios. Ahora, teniendo Dios allí su morada (cosa que el profeta entiende al pie de la letra, pero nosotros no estamos obligados a ello) es testigo de cómo vienen todos los pueblos, todas las religiones, todas las culturas, para ver la luz de Dios, trayendo sus dones. Dios, pues, escoge a la Jerusalén maltrecha para decir quién es y qué quiere de la humanidad entera.
En el texto a los Efesios, el autor presenta la imagen de Pablo recibiendo el don gratuito de su misión universal. Pablo es un mediador de la gracia que Dios ha tenido siempre dispuesta para ofrecerla también a los gentiles. El mismo ha experimentado la gratuidad, la sinceridad y la ternura del amor misericordioso de Dios al llamarle de perseguidor de la Jesús en sus seguidores a pregonero de su Hijo Jesucristo Salvador de todos. Este rasgo de la vocación de Pablo debe despejar cualquier duda sobre nuestras capacidades para realizar la tarea de evangelización. Cuando Dios anda por en medio todo es posible.
Nos explica el Papa Francisco: “El texto del evangelio nos presenta tres actitudes con las cuales ha sido acogida la venida de Jesucristo y su manifestación al mundo. La primera actitud: búsqueda, búsqueda atenta; la segunda: indiferencia; la tercera: miedo.
Búsqueda atenta: Los Magos no dudan en ponerse en camino para buscar al Mesías. Llegados a Jerusalén preguntan: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle». Han hecho un largo viaje y ahora con gran atención tratan de identificar dónde se pueda encontrar al Rey recién nacido. En Jerusalén se dirigen al rey Herodes, el cual pide a los sumos sacerdotes y a los escribas que se informen sobre el lugar en el que debía nacer el Mesías.
A esta búsqueda atenta de los Magos, se opone la segunda actitud: la indiferencia de los sumos sacerdotes y de los escribas. Estos eran muy cómodos. Conocen las Escrituras y son capaces de dar la respuesta adecuada al lugar del nacimiento: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta»; saben, pero no se incomodan para ir a buscar al Mesías. Y Belén está a pocos kilómetros, pero ellos no se mueven. Todavía más negativa es la tercera actitud, la de Herodes: el miedo. Él tiene miedo de que ese Niño le quite el poder. Llama a los Magos y hace que le digan cuándo había aparecido su estrella, y les envía a Belén diciendo: «Id e indagad […] sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle». En realidad, Herodes no quería ir a adorar a Jesús; Herodes quiere saber dónde se encuentra el niño no para adorarlo, sino para eliminarlo, porque lo considera un rival. Y mirad bien: el miedo lleva siempre a la hipocresía. Los hipócritas son así porque tienen miedo en el corazón.
Estas son las tres actitudes que encontramos en el Evangelio: búsqueda atenta de los Magos, indiferencia de los sumos sacerdotes, de los escribas, de esos que conocían la teología; y miedo, de Herodes. Y también nosotros podemos pensar y elegir: ¿cuál de las tres asumir? ¿Yo quiero ir con atención donde Jesús? «Pero a mí Jesús no me dice nada… estoy tranquilo…». ¿O tengo miedo de Jesús y en mi corazón quisiera echarlo?…
Nosotros estamos llamados a seguir el ejemplo de los Magos: estar atentos en la búsqueda, estar preparados para incomodarnos para encontrar a Jesús en nuestra vida. Buscarlo para adorarlo, para reconocer que Él es nuestro Señor, Aquel que indica el verdadero camino para seguir. Si tenemos esta actitud, Jesús realmente nos salva, y nosotros podemos vivir una vida bella, podemos crecer en la fe, en la esperanza, en la caridad hacia Dios y hacia nuestros hermanos.”
Con la Oración de los fieles digamos; “Dispensa, Señor, la claridad de tu luz.” Es tiempo de levantarnos y seguir esa luz divina que ha dejado para nosotros el Señor, un mundo maravilloso y lleno de oportunidades.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2018/documents/papa-francesco_angelus_20180106.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/6-1-2024/comentario-biblico/gerardo-sanchez-mielgo/
- https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/6-1-2025/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
Palabra de Vida Mes Enero “¿Crees esto?” (Juan 11, 26) https://ciudadnueva.com.ar/enero-2025/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.