- Jer 28, 1-17
- Sal 118
- Mt 14, 13-21
Hoy es muy común vivir buscando seguridad en nuestras vidas. Ponemos alarmas en nuestras casas, queremos una ciberseguridad que nos proteja de los intrusos virtuales que roban datos, cuentas bancarias… también ponemos cadenas en nuestras puertas y ventanas, hasta candados a nuestras bicis. Todo para que siga protegiendo nuestro «tener» o «poseer».
En la primera lectura el profeta Jeremías advierte a pueblo sobre la falsa profecía de Jananías porque daba falsas seguridades. Suscitar en alguien esas falsas seguridades o esperanzas, es hacer caer deliberadamente a alguien en el error. Uno puede estar convencido de estar haciendo bien, pero luego viene alguien a encararnos con la serenidad que la verdad imprime y nos sentimos desorientados.
Al contrario de los falsos profetas, Jesús se muestra en el Evangelio de Dios como aquel que se compadece de su pueblo. Establece una comunidad de discípulos en la que la certeza de la fe le conduce al servicio y a la generosidad, aunque ella parta de la escasez. Bien valora un pobre el compartir lo que apenas se tiene.
Con la invitación de ese «Dadles vosotros de comer» Jesús establece un criterio moral inexcusable: la responsabilidad hacia los otros que brota de la fe en Dios. No partimos de un complejo de salvador, sino que partimos de la fe. No sacaremos al pobre de su pobreza, pero seremos capaces de paliar el hambre y la sed de muchos cuando ejercemos nuestra responsabilidad hacia el otro.
Afirma el Papa Francisco: “Cuando Jesús con su compasión y su amor nos da una gracia, nos perdona los pecados, nos abraza, nos ama, no hace las cosas a medias, sino completamente. Como ha ocurrido aquí: todos se han saciado. Jesús llena nuestro corazón y nuestra vida de su amor, de su perdón, de su compasión. Jesús, por lo tanto, ha permitido a sus discípulos seguir su orden. De esta manera ellos conocen la vía que hay que recorrer: dar de comer al pueblo y tenerlo unido; es decir, estar al servicio de la vida y de la comunión. Invoquemos al Señor, para que haga siempre a su Iglesia capaz de este santo servicio, y para que cada uno de nosotros pueda ser instrumento de comunión en la propia familia, en el trabajo, en la parroquia y en los grupos de pertenencia, una señal visible de la misericordia de Dios que no quiere dejar a nadie en soledad o con necesidad, para que descienda la comunión y la paz entre los hombres y la comunión de los hombres con Dios, porque esta comunión es la vida para todos.”
El Salmista nos dice: ”Enséñame, Señor, tus mandamientos. Apártame de los caminos falsos y dame la gracia de cumplir tu Voluntad. No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos.” Enséñame a reconocer tu Voluntad en las leyes de la naturaleza, en las normas que rigen a los pueblos y en los sucesos que llenan el día, en las órdenes de la autoridad y en los impulsos de mi corazón. Tu voluntad es todo lo que sucede, porque tu estás en todas las cosas y tu dominio es supremo. Verte a ti en todas las cosas y reconocer tu Voluntad en todos los acontecimientos es el camino de la sabiduría, la felicidad y La Paz.
Que tu Voluntad haga siempre mis delicias, Señor.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libro, Busco Tu Rostros, autor, Carlos G. Vallés
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2016/documents/papa-francesco_20160817_udienza-generale.html#:~:text=14%2C%2013%2D21)%2C,14).
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/category/comentario-a-las-lecturas/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes de Agosto. “Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí!” (Mt 17, 4). https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.