- Am 7, 10-17
- Sal 18
- Mt 9, 1-8
Hoy con el Salmo proclamamos: Su ley es perfecta, su precepto es fiel, sus mandatos son rectos, su voluntad es pura.“ Y es que la Voluntad de Dios es santa, pues dirige el mundo de la gracia en el corazón del hombre con la misma seguridad providente con que hace salir el sol y llover a las nubes, fiel en su cariño salvífico:
En la primera lectura meditamos como precisamente Amós por Gracia de Dios es inspirado para la misión difícil de anunciar a Amasìas el mensaje del Señor, y en esa labor encuentra el sentido de su vida.
La Gracia de Dios nos confiere a cada uno de los bautizados una misión profética que a veces no es fácil y, como a Amós, le puede costar enfrentarse con lo que está establecido por las autoridades políticas, religiosas… o simplemente vivir a contracorriente. La Misión constituye al profeta, le da un sentido pleno a su fe y a su vida.
El rey Jeroboam, en lugar de buscar la conversión de su pueblo, y con ello la salvación de éste, prefiere oír las voces del mundo y rechazar al profeta de Dios.
Esta es muchas veces nuestra actitud. En lugar de cambiar nuestra vida, preferimos hacer a un lado al Dios que me estorba, que no me permite vivir la vida como yo la deseo, que frena y me echa en cara mis pecados con el fin de que me vuelva a él.
Preferimos escuchar las voces del mundo y no las del Evangelio, las voces que vienen desde los medios de comunicación, en lugar de aquellas que vienen de nuestros pastores. Aún en los anuncios proféticos realizados por visionarios, nos gusta quedarnos con el fenómeno (que siempre es atractivo), en lugar de convertirnos y volvernos a Dios.
Jesús en el Evangelio nos da la respuesta a esta disyuntiva: “Animo, hijo, tus pecados son perdonados”. Esta frase del Señor al paralítico nos dice el Evangelio que escandalizó a muchos de los presentes… Lo que no nos dice es qué efecto causó al paralítico. Y es que Jesús interviene con la fuerza del Padre en la historia de esta persona y lo llama, desde la oscuridad del mal y el sinsentido, a la luz de la Bienaventuranza.
Nos encontramos, también en este pasaje, con un hombre que por sí solo no podía llegar hasta Jesús. Son sus amigos quienes han hecho posible que tuviera este encuentro. Cada uno de nosotros puede ser el instrumento para llevar a Jesús a aquellos que están impedidos para hacerlo. Y cuando me refiero a “impedidos”, este impedimento no tendría que ser forzosamente físico. Hoy nos encontramos con tantos hermanos que, debido a una falta de formación religiosa o a experiencias negativas en su vida de fe, se encuentran “inválidos”, de manera que no pueden caminar hacia una conversión profunda.
Creo que no hay una experiencia más gratificante que el llevar a una persona al encuentro con Jesús, de manera particular al sacramento de la confesión, en donde él escuchará, como este paralítico: “Ten confianza hijo, tus pecados te son perdonados”, lo que le permitirá levantarse y caminar hacia la Luz.
Esta Revelación de Dios en la historia de una persona y de una comunidad que la presenta precede al milagro físico. Con Jesús Dios entra en nuestra historia paralizada por el mal y el pecado y nos anima a convertirnos. Y es que el mal, las “estructuras de pecado” que diría San Juan Pablo II, nos atenazan y no nos dejan vivir ni caminar. Jesús ha venido para dar de nuevo vigor a nuestras piernas, a nuestros corazones, en la Misión del Reino.
Es importante recordar el perdón de Dios, recordar la ternura, volver a gustar la paz y la libertad que hemos experimentado. Porque este es el corazón de la confesión: no los pecados que decimos, sino el amor divino que recibimos y que siempre necesitamos. Sin embargo, nos puede asaltar una duda: no sirve confesarse, siempre cometo los mismos pecados. Pero el Señor nos conoce, sabe que la lucha interior es dura, que somos débiles y propensos a caer, a menudo reincidiendo en el mal. Y nos propone comenzar a reincidir en el bien, en pedir misericordia. Él será quien nos levantará y convertirá en criaturas nuevas.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libro Busco tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/07/04/jueves-4-de-julio-de-2024-xiii-semana-to-ciclo-b-el-don-del-perdon/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=04-07-2024
Palabra de Vida Mes de julio “ El Señor es mi pastor, nada me puede faltar” (Salmo 23, 1) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.