- Eclo 48, 1-4. 9-11b
- Sal 79
- Mt 17, 10-13
Estamos terminando el tiempo escatológico del Adviento y la Iglesia nos ha estado invitando a través de las lecturas a esperar en este timpo con la certeza de que, cuando venga el Señor definitivamente, será para la felicidad eterna del hombre que aceptó a Jesús como su salvador.
Cuando en estos días oramos diciendo: ¡Ven, Señor Jesús!, no nos referimos tanto a esa venida que celebraremos en Navidad, cuanto a su venida gloriosa al final de los tiempos. Es lo que diariamente exclamamos en la eucaristía después de la Consagración: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven, Señor Jesús!”
Las lecturas de hoy nos sitúan a todos ante una alternativa. ¿Sabemos leer los signos de los tiempos, sabemos distinguir la presencia de los profetas y de Jesús mismo en nuestra vida? ¿la aceptamos?
Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve, le decimos hoy en el Salmo. Con esa confianza rezo, y disfruto al rezar en unión de siglos con palabras de otro tiempo y vivencias del mío. Bendita continuidad del pueblo de Dios que sigue en peregrinación por el desierto del mundo.
La Escritura, nos explica el Papa Francisco, “nos presenta a Elías como un hombre de fe cristalina: en su mismo nombre, que podría significar “Yahveh es Dios”, está encerrado el secreto de su misión. Será así durante toda la vida: hombre recto, incapaz de acuerdos mezquinos. Su símbolo es el fuego, imagen del poder purificador de Dios. Él primero será sometido a dura prueba, y permanecerá fiel. Es el ejemplo de todas las personas de fe que conocen tentaciones y sufrimientos, pero no fallan al ideal por el que nacieron.”
El elogio del profeta Elías en el libro del Eclesiástico concluye con una alusión a su venida al final de los tiempos para preparar los corazones de los hombres. En el Evangelio se aplica esto a Juan Bautista, que vino en el espíritu y poder de Elías para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.
“Os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a manos de ellos”. Existe, entre ambas frases de Jesús, una relación de causa a efecto. Como a Elías (es decir, a Juan el Bautista) no lo reconocieron y lo trataron a su antojo, al Hijo del Hombre lo crucificaron y podríamos concluir que si hubieran reconocido y obedecido a Juan el Bautista, no hubieran crucificado al Hijo del Hombre, sin embargo, seamos sinceros, han pasado más de veinte siglos, y podemos asegurar que, si Jesús sigue siendo crucificado por los hombres (lo es cada vez que pecamos) es, exactamente, por la misma razón: porque seguimos sin escuchar la voz de Juan, seguimos sin convertirnos, seguimos sin hacer penitencia, seguimos sin abrazar la pobreza evangélica, seguimos sin mortificar los sentidos ni el corazón en el grado que Juan el Bautista nos pide.
El Señor está al llegar: viene a ponerse en manos de los hombres, y lo hará incondicionalmente: viene para ser amado, y también para ser crucificado, porque toda la biografía de Cristo está en nuestras manos. Si ahora no escuchas y obedeces el anuncio de Juan, no podrás mañana tratar bien a Jesús.
En Jesús tenemos al Mesías esperado que restaura el reino de Dios, pero con una nueva visión; no se trata de gloria ni honor, no se trata de poder y derrotas; se trata de servicio, de entrega, de solidaridad y de amor.
Propósito para este sábado: Reflexiona acerca d de cómo puedo vivir La Paz en nuestro hogar?
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Dìa
- Libro Busco tu Rostro, autor Carlos G. Valléz
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2020/documents/papa-francesco_20201007_udienza-generale.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/12/14/lo-que-pida-el-cuerpo/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Diciembre: “ No hay nada imposible para Dios” (Lucas 1, 37) https://ciudadnueva.com.ar/diciembre-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.