https://youtu.be/i87jMAiEfik?si=zGw-MpDsAs-_yfvb
- 2 Sam 18, 9-10. 14. 24-25. 30-19,3
- Sal 85
- Mc 5, 21-43
En el Salmo de este día le pedimos al Señor que tenga misericordia y no llene de alegría. Y es que la liturgia nos lleva a meditar en los momentos de la vida en que solo la confianza en el Señor, puede llenarnos. La primera lectura nos sitúa hoy en una situación muy dolorosa para David, El texto del Evangelio nos llena de alegría de la sanación de la mujer hemoroisa, sin embargo los criados llegan a darle la noticia a Jairo que su hija ha muerto.
”Dios también llora y su llanto es como el de un padre que ama a los hijos y no los rechaza nunca aunque sean rebeldes, siempre les espera. Así lo ha afirmado el Papa Francisco. Las lecturas presentan la figura de dos padres: la del rey David, que llora la muerte del hijo rebelde Absalón, y Jairo, jefe de la sinagoga, que pide a Jesús que cure a su hija. David y Jairo son dos padre: “¡Para ellos lo más importante es el hijo y la hija! No hay otra cosa. ¡Lo único importante! Nos hace pensar en lo primero que decimos a Dios en el Credo: ´Creo en Dios Padre…´ Nos hace pensar en la paternidad de Dios. Pero Dios es así. ¡Dios es así con nosotros! ´Pero, Padre, ¡Dios no llora!´ ¡Cómo que no! Recordemos a Jesús, cuando ha llorado en Jerusalén. ´¡Jerusalén, Jerusalén!´ ¡Cuántas veces he querido recoger a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas!´ ¡Dios llora! ¡Jesús ha llorado por nosotros! Y ese llanto de Jesús es precisamente la figura del llano del Padre, que nos quiere a todos con El”
Otra gran enseñanza para hoy es la importancia de tener fe. La verdadera fe es notoria pues expresa, sin lugar a dudas, la confianza y el abandono total en Dios. ¿Cómo es tu fe? ¿Es una fe intelectual o es una fe que ante la evidencia contraria continua diciendo: No entiendo Señor, pero creo que tú me amas y que harás lo que sea mejor para mí y para los míos?
En esos momentos de oscuridad, si confiamos en Dios, como Jairo y su familia podremos escuchar esta palabra del Señor: ¡Talitha qumi! ¡Contigo hablo: levántate! Porque…
- Si estas cansado física o psíquicamente, si cada día se te presenta como un camino cuesta arriba, respira, descansa, pero respira y descansa en el Señor, y deja que, en voz baja, como una secuencia, te diga, una y otra vez: ¡Talitha qumi! ¡Contigo hablo: levántate!
- Si los problemas te agobian, si tiendes a preocuparte más que a ocuparte de las situaciones que vives, no dejes que las cosas te encadenen, y si ya lo han hecho, acude al único libertador capaz de romper cualquier cadena, y escucha como el Señor te dice: ¡Talitha qumi! ¡Contigo hablo: levántate!
- Si algunos recueros te entristecen; si la nostalgia te distrae de las alegrías presentes; si al echar de menos a los que partieron quisieras echar marcha atrás en el tiempo; o si todavía te quedan pequeños o grandes resquemores que no te dejan reconciliarte contigo mismo; si te cuesta creer que Dios hace siempre nuevas todas las cosas, también en ti y también cada día, atiende su mandato: ¡Talitha qumi! ¡Contigo hablo: levántate!
- Si estas especialmente agobiado porque has perdido el trabajo con el que te sentías socialmente útil, y temes por el bienestar de los tuyos; o si la jubilación en lugar de paz te proporciona inquietud pues te cuesta reorganizar tu tiempo, no dejes que nada de esto te paralice, escucha como tu Señor, de nuevo, te repite: ¡Talitha qumi! ¡Contigo hablo: levántate!
- Si el dolor te cerca, si vislumbras la amenaza de la angustia o de la desesperación, si la hoz de la depresión te acecha, defiéndete de ellas. Ten seguro que puedes hacerlo, por que, aunque te sientas inmovilizado en tu postración, si confías en Jesús, el Dios que salva, el Dios que sana, él te tomará de la mano y de dirá: ¡Talitha qumi! ¡Contigo hablo: levántate!
- Si las injusticias te acechan, a ti personalmente o en tu entorno, o si con la injuria y la difamación te desacreditan, y con la ofensa o con el desprecio los malvados se ceban contra ti, no te dejes aplastar, no dejes que te hundan, una fuerza imparable contra el mal surgirá del fondo de tus heridas. Será tu libertador, que te dice: ¡Talitha qumi! ¡Contigo hablo: levántate!
Afrontando los acontecimientos y aceptando los consejos de Joab, David acepta el hecho de que él se debe a su pueblo, superando las emociones personales por muy profundas que sean. David vuelve a ser lo que era: el monarca de Israel. Aunque la cicatriz dejada por la trágica muerte de su hijo, no podrá alejarse de su vida.
Terminemos con el Salmista diciendo: “Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría.”
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/01/30/martes-30-de-enero-de-2024-iv-semana-to-ciclo-b-thalita-qumi/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=30-01-2024
- https://www.es.catholic.net/op/articulos/49906/cat/1037/dios-llora-como-un-padre-por-sus-hijos.html#modal
Palabra de Vida Mes de Enero 2024. Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10, 27) https://www.focolare.org/conosur/news/2023/12/31/palabra-de-vida-enero-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.