F
- Ez 18, 21-23. 30-32
- Sal 50
- Mc 1.1-8. 14-15. Nota: El vídeo solo corresponde a la primera parte del texto del Evangelio.
Las Témporas penitenciales que celebramos hoy, nos permiten resumir la acción salvadora de Dios a través del llamado a. Conversión sincera y a realizar la experiencia de la Misericordia de Dios.
“Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis mandamientos, ciertamente vivirá, nos indica el profeta Ezequiel, Siempre habrá esperanza para el pecador realmente arrepentido que cumple de ese momento en adelante con la ley de Dios. Esa es la condición vital. Dios no hace acepción de personas y juzga a todos por igual. Así se rechaza la idea de que algunos están “predestinados” a perecer y otros a ser salvos. Nada está escrito hasta que uno decide personalmente y actúa
Estrenen un corazón nuevo y un espíritu nuevo y asía no morirán, pues yo no quiero que nadie muera. Estamos a tiempo, Clamemos con el salmista: Misericordia, Señor, hemos pecado.
Habiendo cantado el profeta la liberación de Israel y el perdón de los pecados de Jerusalén; habiendo solicitado para ella el consuelo —un consuelo ya próximo y como quien dice, pisando los talones a lo ya dicho—, añadió: viene nuestro salvador. Le precede como precursor enviado por Dios el Bautista, que en el desierto de Judá grita y dice: Preparad el camino del Señor, allanad los senderos de nuestro Dios.
Tras el arresto de Juan el Bautista, “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” . La exhortación de Jesús a Sus oyentes para que se arrepintieran indicaba que necesitaban cambiar su forma de pensar. Marcos se refiere al mensaje de Jesús como “el evangelio de Dios”, o “las buenas nuevas de Dios”. Era la buena noticia de que el reino estaba cerca, y Jesús estaba preparando a sus oyentes para que formaran parte de ese reino.
El pasaje del evangelio, nos explica el Papa Francisco, “nos muestra el “paso del testigo” —por así decir— de Juan el Bautista a Jesús. Juan ha sido su precursor, le ha preparado el terreno y le ha preparado el camino: ahora Jesús puede iniciar su misión y anunciar la salvación ya presente: Él es la salvación. Su predicación se sintetiza en estas palabras: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio» (v. 15). Simplemente. Jesús no usaba medias palabras. Es un mensaje que nos invita a reflexionar sobre dos temas esenciales: el tiempo y la conversión.
En este texto del evangelista Marcos, hay que entender el tiempo como la duración de la historia de la salvación realizada por Dios; por tanto, el tiempo “cumplido” es aquel en el que esta acción salvífica llega a su culmen, a su plena actuación: es el momento histórico en el que Dios ha enviado al Hijo al mundo y su Reino se ha hecho más “cercano” que nunca. Se ha cumplido el tiempo de la salvación porque ha llegado Jesús.
Sin embargo, la salvación no es automática; la salvación es un don de amor, y como tal, ofrecido a la libertad humana. Siempre, cuando se habla de amor, se habla de libertad. Un amor sin libertad no es amor. Puede ser interés, puede ser miedo, muchas cosas. Pero el amor siempre es libre. Y, siendo libre, requiere una respuesta libre: requiere nuestra conversión. Es decir, se trata de cambiar de mentalidad. Esta es la conversión: cambiar de mentalidad y cambiar de vida, no seguir más los modelos del mundo, sino el de Dios, que es Jesús, como hizo Jesús y como Él nos enseñó. Es un cambio decisivo de visión y de actitud. De hecho, el pecado —sobre todo el pecado de la mundanidad, que es como el aire, está por todas partes— trajo al mundo una mentalidad que tiende a la afirmación de uno mismo contra los demás, e incluso contra Dios. Esto es curioso: ¿cuál es tu identidad? Muchas veces sentimos que en el espíritu del mundo se expresa la propia identidad con términos “contra”. En el espíritu del mundo es difícil expresar la propia identidad con términos positivos y de salvación. Se hace contra los demás y contra Dios. Y a este fin, la mentalidad del mundo, la mentalidad del pecado, no duda en usar el engaño y la violencia. El engaño y la violencia. Vemos lo que sucede con el engaño y la violencia: codicia, deseo de poder y no de servicio, guerras, explotación de la gente… Esta es la mentalidad del engaño, que ciertamente tiene su origen en el padre del engaño, el gran mentiroso, el diablo. Él es el padre de la mentira, así lo define Jesús.
A todo ello se opone el mensaje de Jesús, que nos invita a reconocernos necesitados de Dios y de su gracia; a mantener una actitud equilibrada frente a los bienes terrenos; a ser acogedores y humildes con todos; a conocernos y realizarnos a nosotros mismos mediante el encuentro y el servicio a los demás. Para cada uno de nosotros, el tiempo durante el que podemos acoger la redención es breve: es la duración de nuestra vida en este mundo.“
Feliz Fin Año Litúrgico.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2021/documents/papa-francesco_angelus_20210124.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/18-3-2011/
- https://espanol.ucg.org/miembros/bajo-el-lente/196-ezequiel-18-21-la-responsabilidad-personal-la-corona-volcada-tres-veces
- https://www.deiverbum.org/mc-01_01-08/
- https://www.gotquestions.org/Espanol/arrepientete-y-cree-el-evangelio.html
Palabra de Vida Mes Noviembre: “ Ella [la pobre viuda], de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir” (Marcos 12, 44) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.