- Eclo 3, 2-6. 12-14
- Sal 127
- 1 Col 3, 12-21
- Lc 2, 41-52
La liturgia de hoy que celebramos hoy festividad de la Sagrada Familia de Nazaret, que encuentra su marco adecuado en el contexto navideño
La primera lectura nos invita a meditar en la bendición de tener un padre y una madre, pues es como poseer un tesoro. Decía la sabiduría antigua, porque sin padre y sin madre no se puede ser persona. Por eso Dios, a pesar de que lo confesamos como Omnipotente y Poderoso, no se encarnó, no se acercó a nosotros sin ser hijo de una madre. Y también aprendió a tener un padre. La familia está formada por unos padres y unos hijos y nadie está en el mundo sin ese proceso que no puede reducirse a lo biológico. No tenemos otra manera de venir al mundo, de crecer, de madurar y ello forma parte del misterio de la creación de Dios. Por eso el misterio de ser padres no puede quedar reducido solamente a lo biológico. Eso es lo más fácil, y a veces irracional, del mundo. Ser padres, porque se tienen hijos, es un misterio de vida que los creyentes sabemos que está en las manos de Dios.
La Sagrada Familia, es el primer hogar en el que se inspira la gran familia de Dios, la Iglesia, y también el pequeño núcleo que forma cada familia cristiana, “la iglesia doméstica”, como la definió el Papa Juan XXIII. Y la segunda lectura, está identificada en gran parte como un “código ético y doméstico”, porque nos habla del comportamiento de los cristianos entre sí, en la comunidad. Lo que se pide para la comunidad cristiana -misericordia, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia-, para los que forman el “Cuerpo de Cristo”, son valores que, sin mayor trascendencia, deben ser la constante de los que han sido llamados a ser cristianos.
Explicaba el Papa Benedicto XVI que “en su vida transcurrida en Nazaret, Jesús honró a la Virgen María y al justo José, permaneciendo sometido a su autoridad durante todo el tiempo de su infancia y su adolescencia. Así puso de relieve el valor primario de la familia en la educación de la persona. María y José introdujeron a Jesús en la comunidad religiosa, frecuentando la sinagoga de Nazaret. Con ellos aprendió a hacer la peregrinación a Jerusalén, como narra el pasaje evangélico que la liturgia de hoy propone a nuestra meditación. Cuando tenía doce años, permaneció en el Templo, y sus padres emplearon tres días para encontrarlo. Con ese gesto les hizo comprender que debía “ocuparse de las cosas de su Padre”, es decir, de la misión que Dios le había encomendado.
Este episodio evangélico revela la vocación más auténtica y profunda de la familia: acompañar a cada uno de sus componentes en el camino de descubrimiento de Dios y del plan que ha preparado para él. María y José educaron a Jesús ante todo con su ejemplo: en sus padres conoció toda la belleza de la fe, del amor a Dios y a su Ley, así como las exigencias de la justicia, que encuentra su plenitud en el amor. De ellos aprendió que en primer lugar es preciso cumplir la voluntad de Dios, y que el vínculo espiritual vale más que el de la sangre.”
La Familia de Nazaret es decididamente única y es lógico preguntarse si es posible tomarla como modelo para la familia cristiana de hoy. No obstante, su carácter extraordinario, y sin ser obstáculo para cumplir su misión, su día a día discurrió como la de cualquier familia humana entre alegrías, problemas inesperados y sufrimientos. Fue un modelo de amor recíproco y de diálogo, a la vez que una escuela de oración y de apertura a Dios. Su ejemplo sigue siendo punto de referencia para la familia cristiana de hoy.
Una mirada atenta a la sencilla y, a la vez, profunda comunión que reinaba en la familia de Nazaret, nos mueve a reflexionar sobre la familia cristiana hoy, en un momento en que la familia en general vive una crisis de identidad. Tampoco es fácil para la familia cristiana vivir.
Les propongo hoy realizar la consagración de sus familias a la Sagrada Familia de Nazaret. Se puede hacer en un momento de oración en familia, en torno al Portal de Belén de su casa:
Jesús, María y José a vosotros, Sagrada Familia de Nazaret hoy dirigimos la mirada con admiración y confianza, en vosotros contemplamos la belleza de la comunión en el verdadero amor; a vosotros os encomendamos a todas nuestras familias, para que se renueven en ellas las maravillas de la gracia.
Sagrada Familia de Nazaret, escuela atrayente del santo Evangelio: enséñanos a imitar tus virtudes con una sabia disciplina espiritual, dónanos la mirada límpida en la que se reconoce la obra de la Providencia en las realidades cotidianas de la vida.
Sagrada Familia de Nazaret, custodios fieles del misterio de la salvación: haz renacer en nosotros la estima por el silencio, haz de nuestras familias cenáculos de oración y transfórmalas en pequeñas Iglesias domésticas, renueva el deseo de la santidad, apoya la noble fatiga del trabajo, de la educación, de la escucha, de la comprensión recíproca y del perdón.
Sagrada Familia de Nazaret, devuelve a nuestra sociedad la consciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, bien inestimable e insustituible. Cada familia sea habitación acogedora de bondad y de paz para los niños y para los ancianos, para quien está enfermo y solo, para quien es pobre y necesitado.
Jesús, María y José, os rezamos con confianza, y nos ponemos con alegría bajo vuestra protección. Amén.»
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://es.catholic.net/op/articulos/11768/cat/330/vivio-en-nazaret-y-vivia-sujeto-a-sus-padres.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/12/29/jesus-maria-y-jose-que-estemos-siempre-con-los-tres-2/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
Palabra de Vida Mes Diciembre: “ No hay nada imposible para Dios” (Lucas 1, 37) https://ciudadnueva.com.ar/diciembre-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.