Liturgia del 27 de junio 2024 ¿Sobre que fundamentamos nuestra vida?
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2 Re 24, 8-17
Sal 78
Mt 7, 21-29
Hoy la liturgia nos cuestiona acerca de los fundamentos en los que edificamos nuestra vida. Jesús nos interpela y nos hace ver que por mucho que hagamos, si en nuestro corazón y en nuestra alma no habita su Palabra de nada nos sirven los actos.
En la vida del cristiano no vale solo con “cumplir los ritos”, ni invocar de manera vacía el Nombre de Dios. El cristiano debe ir un paso más allá, o dicho de otra forma: no podemos empezar la casa por el tejado.
Sin duda alguna, todos sabemos que nuestra casa interior debe ser fuerte, cimentada en una Fe bien asentada y eso se obtiene mediante el conocimiento adquirido a través de la lectura frecuente de las Escrituras y su meditación. Poco a poco, día a día, iremos construyendo un edificio resistente a las dificultades que encontremos en nuestro caminar. Sin embargo, en la historia de todos los tiempos nos encontramos con situaciones como la que nos presenta la primera lectura. La falta de Fe, el dar la espalda a Dios, nos hace vulnerables al mal, deja nuestras defensas debilitadas frente a la tentación y el pecado. Y eso hoy día es moneda corriente: las tecnologías, los avances científicos mal entendidos nos hacen pensar que somos dioses y que no necesitamos de nada ni de nadie para desenvolvernos en el mundo. Nuestra Fe está ahí, dormida, aletargada mientras vivimos confiados en nosotros mismos sin darnos cuenta de nuestras debilidades. Y puede que nos ocurra como a aquel mal monarca: que veamos nuestra ciudad, nuestro castillo como decía Santa Teresa, nuestra Alma asaltada y tomada por el enemigo.
El Papa Francisco nos explica que “no podemos edificar nuestra vida sobre las cosas pasajeras, en las apariencias, en pretender que todo está bien. Vamos a la roca, donde está nuestra salvación. Y todos seremos felices allí.”
El Evangelio no es una filosofía, sino la proposición concreta de Jesús a adoptar un estilo de vida cimentado en el amor, una vida que es capaz de resistir todos los embates de la vida y permanecer en pie, una vida que no se deja vencer por las crisis sino que las supera y en ello manifiesta la solidez de su fe y su amor al Resucitado.
El Salmo nos invita a reflexionar sobre nuestra fe y a suplicarle que nos socorra y nos salve. Quiero para mi la totalidad de la fe, Señor. No quiero medias tintas, no quiero ambigüedades ni verdades a medias. Quiero que el santuario de mi loma que libre de toda influencia pagana. Quiero para mí la integridad de tu palabra y la totalidad de tu revelación. Quiero la pureza del santuario y la dignidad de tu templo. Quiero que mi fe resplandezca sin sombras y sin intermitencias. Quiero que sea la fidelidad a ti, Señor, la que rija mi vida siempre.
Palabra de Vida Mes de junio “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o que se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo” (Marcos 4, 26 – 27)
Recopilado por Rosa Otárola D, / Junio 2024. “Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.