- Heb 9, 15, 24-28
- Sal 97
- Mc 3, 22-30
La liturgia de hoy nos invita a recocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Aquel que se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos.
Hace unos días hemos comenzado el tiempo ordinario; tiempo lleno de enseñanzas, por eso, debemos estar atentos a las lecturas que la liturgia nos ofrece, para descubrir y poner al día nuestra fe y nuestra manera de hacerla vida en nuestra vida.
En la primera lectura, el autor hace resaltar la originalidad de la acción de Cristo en su misión sacerdotal de borrar el pecado del mundo. El que Cristo pudiera entrar en la intimidad de Dios, el santuario celeste, con su propia vida, y no con sangre ajena de los sacrificios de animales, es de un valor imperecedero. Ello pone de manifiesto que lo que Dios quiere es el corazón del hombre, ya que Cristo le ha ofrecido su vida a Dios de una vez para siempre.
Eso no quiere decir que el “pecado” no siga existiendo y apoderándose del corazón humano, pero el pecado no ha de triunfar sobre este mundo, ni sobre el corazón del hombre. El mal está vencido en ese acto de amor de Cristo, por eso con el Salmista proclamamos que “el Señor da a conocer su salvación”. Oro para que El robustezca mi fe pues El ha llevado a cabo mi redención y quiero hacerlo realidad en mi vida para que le viva y todos sean testigo de ello.
En el evangelio se nos narra una de las reacciones que la actuación y las palabras de Jesús provocaba en las personas de su tiempo. A lo largo de todo el Evangelio, se nos narran diversas reacciones y de diversos personajes, hoy se nos recuerda, la reacción de unos escribas venidos de Jerusalén, gente culta y cumplidora, pero gente cerrada a la novedad que Jesús aporta. El cumplimiento de la voluntad de Dios por parte de Jesús, lo interpretan como una fuerza que recibe del contrario de Dios, de Satanás.
Debemos leer despacio la respuesta de Jesús, pues es muy clara y evidente y a pesar de todo, no comprendieron. Esta respuesta nos hace una reflexión muy seria para nuestra vida. Todo se perdona, menos blasfemar contra el Espíritu Santo. El Señor se refiere a la obstinación de quienes consideran su obra y milagros como si fueran las acciones de Belcebú. Claro, estos no pueden dar un paso en su salvación, porque llevan muy torcida la cabeza de la comprensión.
“En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, afirma el Papa Francisco, porque la hace signo no de la obra de Dios, sino de la del diablo, el cual es por definición el que separa, que rompe las relaciones, que insinúa prejuicios… La división en una comunidad cristiana, ya sea una escuela, una parroquia o una asociación, es un pecado gravísimo, porque es obra del demonio. Dios, sin embargo, quiere que crezcamos en nuestra capacidad de acogernos, de perdonarnos, de querernos, para parecernos cada vez más a Él que es comunión y amor. En esto está la santidad de la Iglesia: en el reconocer a imagen de Dios, colmada de su misericordia y de su gracia.
Pidamos ayuda al Espíritu que nos ayude a descubrir esa voluntad de Dios y sobre todo que nos de fuerza y valentía para no rechazarla.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://es.catholic.net/op/articulos/12322/cat/331/un-reino-no-puede-estar-dividido.html#modal
- https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/8-11-2015/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/01/27/despues-del-pecado-contra-el-espiritu-santo-la-shoa/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Enero “¿Crees esto?” (Juan 11, 26) https://ciudadnueva.com.ar/enero-2025/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.