- Hch 5, 12-17
- Sal 117
- Apoc 1, 9-13. 17-19
- Jn 20, 19-31
En este Segundo Domingo de Pascua, también llamado Domingo de la Divina Misericordia, la liturgia nos está insistiendo en que urge dar señales de que Jesús es el Viviente y que ser testigos supone multiplicar en el mundo el movimiento de la Resurrección; Jesús, todo El, es una señal, un verdadero sacramento de la presencia amorosa y compasiva de Dios en la vida humana.
La primera lectura, pertenece al conjunto llamado de los sumarios, en los que Lucas presenta una visión de conjunto de la vida de la comunidad primitiva y su crecimiento. El fragmento de hoy subraya especialmente el testimonio apostólico, sobre todo a través de signos y prodigios (como lo hacía Jesús) y la reacción de los que recibían el beneficio o de los que lo presenciaban.
El Salmo, compuesto de una procesión de acción de gracias ante un triunfo, tiene más plena realización para cantar, la victoria pascual. El triunfo del Señor sobre el pecado y la muerte; Cristo ha llegado ya a la Gloria del Padre y está sentado a la derecha y ha hecho partícipe a la Iglesia de su victoria. “Este es el día que hizo el Señor; sea nuestra alegría y nuestro gozo”. !Este es su día, glorioso como la Pascua y potente como el amanecer de la creación¡
El Apocalipsis anuncia la Buena noticia de la salvación para toda la iglesia obtenida en el triunfo de Cristo sobre la muerte. El mensaje para las iglesias es claro, El tiene las llaves de la Historia y de la Muerte. Sí, El se levantó del sepulcro para inaugurar una vida nueva, podemos tener seguridad de qué todos nuestros males serán vencidos.
“Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados”, nos dice hoy Jesús en el texto del Evangelio como se los dijo a los discípulos. Parece que Cristo tuviera prisa por hacer llegar a los hombres los frutos de la redención. Y por hacerlos llegar según el plan de Dios: por el envío del Espíritu Santo. El primer fruto de la cruz es el don del Espíritu Santo. Espíritu “que nos ha hecho renacer de nuevo”, que nos trae la vida de Cristo glorificado. Que derrama sobre los hombres la Misericordia del Padre. Cristo no espera a Pentecostés para que los Apóstoles – la Iglesia – reciban de Él semejante poder ¡Perdonar los pecados! ¡Hacerlos desaparecer!
¿Tiene Dios Padre necesidad de la Cruz para perdonar los pecados? ¡Ninguna! ¿Tiene necesidad de enviar el Espíritu Santo para perdonar los pecados? ¡Ninguna! Sin embargo, ha querido elegir un camino, que Cristo sigue en cumplimiento fiel a la voluntad del Padre. ¿Podemos, entonces, nosotros prudentemente buscar otro camino para el perdón de los pecados que el querido por Dios? Recibir los frutos de la resurrección de Cristo es recibir el perdón de los pecados; por el medio que Dios mismo a dispuesto: por el ministerio de su Iglesia en el sacramento de la reconciliación.
La gracia recibida en el sacramento de la reconciliación nos reviste de la vida de Cristo, nos hace “nacer de nuevo”, porque el perdón no es simplemente no tener en cuenta los pecados. Es hacerlos desaparecer.
En este Segundo Domingo de Pascua, también conocido como el Domingo de la Divina Misericordia, nos lleva a profundizar en el significado de esta palabra: misericordia, que revela la grandeza de Dios, la profundidad de su amor y lo sublime de su actuar. Y es que la misericordia nos habla de un Dios que tiene entrañas de compasión, un Dios cercano, un Dios que ama incondicionalmente a la humanidad y cuyo corazón es el centro de gravedad de su amor infinito.
El mundo de hoy, al igual que Tomás, movido por las dudas y desconfianza, busca también señales en la Iglesia de que Jesús está vivo, busca heridas que se hayan curado. Tomás nos sirve de ejemplo para nuestro itinerario de aprendizaje como discípulos de Jesús. Nos toca primero ser nosotros mismo testigos de la Resurrección y completar esas muchas señales que hizo Jesús y mostrarlas en la historia de los pueblos. Las heridas insoportables del dolor del mundo son, la misma carne sufriendo de Jesús que continúa su pasión en los empobrecidos del mundo.
Creer en un Dios Todo misericordioso, nos libera del miedo y nos abre a la esperanza de una reconciliación universal. Su misericordia, manifestada en sus obras, nos permite experimentar su amor y nos impulsa a proclamar con fe y confianza: “¡Señor mío y Dios mío!” Nos toca ser samaritanos curadores de heridas para que se conviertan en heridas gloriosas como las de Jesús.
El Resucitado, nos explicó el Papa Francisco, “se presenta en medio de ellos, y, en primer lugar, les muestra sus llagas: son los signos del sufrimiento y del dolor, podrían suscitar sentimientos de culpa, y, sin embargo, con Jesús se convierten en los canales de la misericordia y del perdón. Así, los discípulos ven y tocan con la mano que con Jesús la vida vence, la muerte y el pecado son derrotados. Y reciben el don de su Espíritu, que les da una vida nueva, de hijos amados, hecha de alegría, amor y esperanza”.
“Yo les pregunto una cosa: ¿ustedes tienen esperanza? Que cada uno se pregunte: ‘¿Cómo va mi esperanza?
Oremos por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza, como él nos pidió: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html.
- https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-04/papa-alocucion-previa-regina-caeli-divina-misericordia-pascua.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/04/27/el-perdon-que-nos-renueva-2/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
Palabra de Vida Mes Abril: “Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?” (Is 43, 19) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.