https://youtu.be/SrnQj_AK2io?si=07A_CulaE1qp5hX4
- Ese 6, 7-8. 12. 14-20
- Sal 121
- Lc 8, 19-21
Hoy la liturgia nos invita a reflexionar sobre lo que significa ser de la familia de Jesús, y el texto del evangelio nos hace comprender que, sin duda alguna, es más fuerte que los lazos familiares. Es un vínculo que se genera fruto de la acogida de la Voluntad de Dios en nuestra vida, pues por el Bautismo somos sus hijos, pero es a través de nuestro testimonio, fruto de la meditación profunda de su mensaje que consiste esencialmente en el Amor a Dios y los hermanos, que formamos parte de su familia, como nos indica el texto de Esdras. Y vivir conforme a su Amor es posible solo si abrimos el corazón al Señor y lo hacemos parte de nuestra vida como nos insta el Salmo.
La reconstrucción del Templo de Jerusalén fue una obra magnífica, no sólo por la grandeza de la obra arquitectónica, sino, sobre todo, por lo que el Templo representaba para los Israelitas: Reconstruir la fe en el Dios todopoderoso era volver a la unidad y a la tierra otorgada por Dios para que en ella se le diera culto y desde donde pudiera él reinar. La fiesta, como nos lo narra el libro de Esdras, fue magnífica, pues de nuevo el templo había sido restaurado y con ello el culto a Dios.
¿Qué nos dice esto hoy a nosotros? Como en tiempos de san Francisco, en los cuales el Señor le pedía que restaurara su templo, hoy en día Jesús nos pide lo mismo, y no se refiere ya a los templos materiales, sino al templo de nuestro corazón. Empecemos, pues, sacando todo lo que no pertenece al templo y continuemos adornándolo con todas la virtudes, especialmente con el amor a Dios y a nuestros hermanos.
Jesús, en el evangelio, nos invita a mirar más allá de nuestros lazos de sangre. ¿Por qué? Porque ha venido a establecer una nueva familia. “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra”. Con esto, Jesús ensalza de una forma sublime a su propia madre, poniéndola como modelo y guía en la escucha de la Palabra. María abrió el oído y el corazón para acoger la Palabra de Dios en su vida, dejó que actuara en ella el Espíritu Santo sin límites, con una plena confianza en el designio de Dios sobre ella y sobre la historia de la humanidad. A esto nos llama hoy el Señor, a escuchar su Palabra, y ponerla por obra siguiendo a Jesús de cerca, sin miedo, de la mano de María, con confianza, viviendo de la fe que sostiene toda nuestra vida y nos impulsa a la Buena Nueva a todos los confines de la tierra.
Afirma el Papa Francisco: “Esto significa «escuchar la palabra de Dios, escucharla con los oídos y escucharla con el corazón, abrir el corazón a la palabra de Dios». Al contrario, «los enemigos de Jesús escuchaban la palabra de Jesús, pero estaban cerca de Él para encontrar un error, para hacerlo tropezar» y hacerle perder «autoridad. Pero no se preguntaban nunca: ¿Qué me dice Dios a mí con esta palabra?…
Para Dios lo importante no son ni siquiera las relaciones de sangre sino hacer la voluntad de Dios, pues en ello está la felicidad y la salvación. Y nosotros, ¿realmente buscamos, como María, cumplir la voluntad de Dios?
“Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes.” Ef 13,13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=26-09-2023
- https://www.catequesisenfamilia.es/catequesis-familiar/la-biblia/5503-evangelio-del-dia-los-parientes-de-jesus-6.html
Palabra de Vida Mes de Setiembre 2023
“Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar” (Salmo 145, 2). https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/#:~:text=Septiembre%202023&text=%E2%80%9CD%C3%ADa%20tras%20d%C3%ADa%20te%20bendecir%C3%A9,(Salmo%20145%2C%202). https://ciudadnueva.com.ar/julio-2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.