- 2 Re 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
- Sal 47
- Mt 7, 6. 12-14
Jesús nos hace esa invitación: ¿Qué quieres tú plantar en esta vida con tus palabras, gestos, acciones? Si amas se construye Reino y camino que lleva a la vida eterna, pero para ello se necesita pasar por la puerta estrecha.
El Papa Francisco nos explica que “ Entrando por la puerta de Jesús, la puerta de la fe y del Evangelio, nosotros podremos salir de los comportamientos mundanos, de los malos hábitos, de los egoísmos y de la cerrazón. Cuando hay contacto con el amor y la misericordia de Dios, hay un auténtico cambio. Y nuestra vida es iluminada por la luz del Espíritu Santo: ¡una luz inextinguible!
La puerta de entrada que usa Cristo en nuestras vidas es la rectitud. Cuando el Señor la encuentra abierta, es fácil entrar por ahí, porque hay anhelos de conocer la verdad. Ese camino supone siempre una conversión, un constante movimiento de crecimiento en las virtudes gracias a que uno se deja iluminar por una luz mayor.
Lo contrario de la rectitud es precisamente la necedad, que es la cerrazón orgullosa de quien vive en un prejuicio pero no tiene intención de conocer la verdad ni de moverse hacia ella.
La lectura del segundo Libro de los Reyes relata cómo se ha ido entretejiendo la historia de la salvación. Nos muestra una etapa convulsa y de conflicto para el Pueblo de la Alianza. El escenario muestra las ambiciones de poder, ampliar fronteras y adquirir fuerza ante las naciones vecinas. Se da, por tanto, esa atmósfera que no nos es tan ajena hoy día por desgracia. En medio de la batalla, la lucha que lleva aparejada la vida, en medio de la incertidumbre, ante la inminente noticia de invasión, de muerte, en la oscuridad existencial de tu propia vida, aparece la actitud del rey Ezequías, que se levanta como un rayo de luz en medio de la tempestad. Ezequías, acude al Señor y en un acto de confianza pone su vida y lo que está por suceder en las manos de Dios: “Solo tu Señor, eres Dios”. Como el rey Ezequías, reconozcamos que sólo Dios tiene poder y aprendamos a confiar en su infinito amor y poder.
El evangelio nos muestra también como en el corto periodo de tiempo que Jesús dedica a la actividad de implantar el Reino de Dios, se afana en que a su auditorio le queden las cosas bien claras para que nadie se ande por las ramas y vaya a lo esencial del seguimiento. Las clases de Jesús son magistrales, pero parece que a los discípulos de todos los tiempos no nos interesa ver el calado profundo de estas sentencias.
Jesús, trata de centrar la vida del discipulado en lo que es de vital importancia: La relación con Dios y con los hermanos que estamos compartiendo la vida. En la mentalidad del fariseo de todos los tiempos se cuela un escrúpulo por el cumplimiento férreo de la ley que lleva a esclavizar.
Es por eso que nos indica ciertos lineamientos importantes, como el de la puerta estrecha que ya comentamos.
Al inicio del texto del evangelio hay una frase que es necesario nos quede clara: “no den a los perro las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos”. La enseñanza es que el seguidor de Cristo debe ser lo suficientemente suspicaz como para darse cuenta de la situación emocional y espiritual en que se encuentra cada persona a la que se le desea compartir el mensaje cristiano.
“Lo santo” y “las perlas” son las valiosas verdades espirituales, mientras que “perros” y “cerdos” eran los animales más despreciables para los judíos. Eran impuros y se regodeaban en la inmundicia. Los hebreos denominaban así a los gentiles.
Sin embargo, el Maestro de Nazaret nos lleva a poner un horizonte de coherencia en las relaciones humanas: “Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes” . Por ello, es necesario reflexionar en acciones, palabras, gestos, actitudes, que tenemos que tener entre nosotros.
En más de una ocasión no caemos en la cuenta de la magnitud que tiene el ser de Cristo. Experimentamos en lo cotidiano del día a día lo fácil que es perder el centro de nuestra fe y obrar siempre desde el corazón,
El Salmista nos invita a proclamar que el Señor es grande y muy digno de alabanza y a recordar su gran amor y a regocijarme al oír su nombre y disfrutar al pronunciarlo.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libro Busco Tu Rostro. Autor, Carlos G. Vallés
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/category/comentario-a-las-lecturas/
- https://protestantedigital.com/zoe/63145/dar-lo-santo-a-los-perros
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=25-06-2024
- https://www.es.catholic.net/op/articulos/70023/cat/331/la-puerta-estrecha.html#modal
Palabra de Vida Mes de junio “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o que se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo” (Marcos 4, 26 – 27)
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.