https://youtu.be/5-lw2c5j0qU
- Pe 5, 5-14
- Sal 88
- Mc 16,15-20
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor, nos dice el Salmo de hoy y el evangelista San Marcos a quien hoy celebramos, nos habla del deseo del Señor de que vayamos hoy también nosotros, como se los encargo a los apóstoles, a anunciar el evangelio a todos y contarles lo grande que es su Amor y su Misericordia.
El evangelizador no habla porque así se lo recomienda un estudio sociológico del momento, ni porque se lo dicte la “prudencia” política, ni porque “le nace decir lo que piensa”. Sin más, se le ha impuesto una presencia y un mandato, desde fuera, sin coacción, pero con la autoridad de quien es digno de todo crédito: «Ve al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación» (cf. Mc 16,15). Es decir, que evangelizamos por obediencia, bien que gozosa y confiadamente.
Nuestra palabra, por otra parte, no se presenta como una más en el mercado de las ideas o de las opiniones, sino que tiene todo el peso de los mensajes fuertes y definitivos. De su aceptación o rechazo dependen la vida o la muerte; y su verdad, su capacidad de convicción, viene por la vía testimonial, es decir, aparece acreditada por signos de poder en favor de los necesitados. Por eso es, propiamente, una “proclamación”, una declaración pública, feliz, entusiasmada, de un hecho decisivo y salvador.
“Una misión sin confines, —es decir, literalmente sin límites— que supera las fuerzas humanas., nos explica el Papa Francisco. Jesús, de hecho dice: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16, 15). Parece de verdad demasiado audaz el encargo que Jesús confía a un pequeño grupo de hombres sencillos y sin grandes capacidades intelectuales. Sin embargo, esta reducida compañía, irrelevante frente a las grandes potencias del mundo, es invitada a llevar el mensaje de amor y de misericordia de Jesús a cada rincón de la tierra.”
Según reconoce ya la antigua tradición cristiana, San Marcos es un discípulo atento y un estrecho colaborador del apóstol Pedro. La tradición más antigua atribuye a Marcos la redacción del segundo de los Evangelios sinópticos. El es un modelo de escucha y transmisión de la palabra de Dios.
Él era una especie de “notario” que acompañó a Pedro en los últimos años de su ministerio, probablemente en Roma, en la década de los 50, cosa que sabemos porque Papías, obispo de Hierápolis, lo presenta como el «intérprete de Pedro», dando a entender que el Evangelio según san Marcos contiene la genuina predicación del que fuera cabeza visible del primer colegio apostólico.
Él confirma que lo que Jesús había anunciado que sucedería, de hecho, sucedió tal y como se había predicho. Jesucristo, resucitado y vivo, era el que actuaba en las palabras y los gestos de los apóstoles, confiriéndoles su misma eficacia.
San Pedro, en la primera lectura, se nos muestra plenamente actual. No son ciertamente momentos fáciles para los cristianos, pero contamos con la gracia de Dios que nos alienta, nos anima y ayuda a resistir las continuas tentaciones del Maligno. La clave esta en la Fe, pues, como dice el apóstol, tenemos que darnos cuenta que nuestros hermanos del mundo entero pasan por nuestros propios sufrimientos.
Con la fe puesta en el Señor Resucitado, podemos afrontar los más graves peligros, las más terribles tragedias. Hoy ciertamente no faltan: la terrible pandemia, la guerra de Ucrania, la carestía creciente de los bienes de consumo… pero también hemos de ser conscientes de las que se desencadenan en nuestras almas y tantas veces nos hacen dudar.
El texto que proclamamos hoy, es el final del Evangelio de San Marcos. Jesús se aparece a los once que, previamente, han hecho caso omiso de los testimonios de María Magdalena y otros discípulos que ya lo habían visto resucitado. Tras recriminarles su falta de fe, los envía a predicar: “El que crea y bautice, se salvará”. La Misión implica la Gracia y el asentimiento personal. Las dos. El encuentro con Cristo implica toda la vida del discípulo y se manifiesta en signos concretos de amor, en auténticos milagros que evidencian la gracia que les alimenta.
Este es el sentido profundo de la Pascua. Cristo está Vivo, con ellos y en ellos merced a la Gracia que se hará tangible de manera extraordinaria en el acontecimiento de Pentecostés. Por ello la Resurrección es no solo de Cristo, sino también nuestra. Es una Fe que llama a una esperanza, a un sentido nuevo y radical de la vida de los hombres.
Pero, junto al Acontecimiento, la Pascua implica la Misión. Todo cristiano, por el hecho de serlo, es un apóstol que predica en su vida la Vida.
¿Por qué, pues, nuestro silencio? ¿Miedo, timidez? Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano». El signo o milagro de la virtud es nuestra elocuencia. Dejemos al menos que el Señor en medio de nosotros y con nosotros realice su obra: estaba «colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Mc 16,20).
La Palabra de Vida de este mes nos invita a cumplir con esta misión.“ “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.” (Marcos 16, 15) y nos dice Letizia Magro que “a toda la creación”: es una perspectiva que nos hace conscientes de nuestra pertenencia al gran mosaico de la creación y al cual hoy estamos particularmente sensibles. A menudo los jóvenes son una punta de lanza en este nuevo camino de la humanidad, de acuerdo con el estilo del Evangelio, y pueden confirmar en los hechos lo que anuncian con las palabras.
Robert, de Nueva Zelandia, comparte su experiencia en la web: “Una actividad en nuestro territorio sostiene el restablecimiento del puerto de Porirua, en la parte meridional de la región de Wellington. Esta iniciativa comprometió a las autoridades locales, la comunidad católica maorí y la tribu local. Nuestro objetivo era sostener esta tribu en el deseo de guiar la reparación del puerto, asegurar que las aguas corran limpias y permitir la recolección de moluscos y la pesca habitual sin miedo a la contaminación. Esta iniciativa tuvo mucho éxito y se creó un verdadero espíritu comunitario.
El reto es evitar que se trate de un acontecimiento pasajero y mantener un programa amplio de ayuda y sostenimiento, y que se marque una diferencia en lo concreto.”
Estos sin duda alguna son los nuevos evangelizadores ¡Imitémoslos!
Bibliografía:
- https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2022/04/25/continuidad-o-ruptura/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://ciudadnueva.com.ar/abril-2022/
Palabra de Vida Mes de Abril 2022
“ Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.” (Marcos 16, 15) https://ciudadnueva.com.ar/abril-2022/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2022.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.