https://youtu.be/N8QhxlM8zS8?si=vSlA4DF0ttVnH3Ub
- Deut 26, 16-19
- Sal 118
- Mt 5, 43-48
La indicación de Jesús hoy en la liturgia, consiste en imitar al Padre en la perfección del amor y para ello, nos dice que debemos cumplir los mandamientos y ponerlos en práctica con toda el alma. Ahí es donde Dios nos ve, donde Dios se encuentra con nosotros, donde esa sinceridad de corazón y transparencia de alma. Él nos premia, nos escoge a pesar de nuestras fragilidades… Él se ha fijado en nosotros y nos hace pueblo suyo.
Amar es querer el bien del otro y en esto se basa nuestra realización personal. No amamos para buscar nuestro bien, sino por el bien del amado, y haciéndolo así crecemos como personas. El ser humano, afirmó el Concilio Vaticano II, «no puede encontrar su plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás». A esto se refería santa Teresa del Niño Jesús cuando pedía hacer de nuestra vida un holocausto. El amor es la vocación humana. Todo nuestro comportamiento, para ser verdaderamente humano, debe manifestar la realidad de nuestro ser, realizando la vocación al amor. Como ha escrito San Juan Pablo II, «el hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente».
En esta Cuaresma que hemos ya hemos comenzado, nuestro compromiso es el de seguir los mandatos del Señor como pueblo consagrado a Él. Este camino nos lleva a la Salvación, a la felicidad profunda, hacia la Pascua, porque este camino nos lleva a amar como El que como afirma el Papa Francisco: “perdona a sus enemigos. Hace todo por perdonarles. Pensemos en la ternura con la que Jesús recibe a Judas en el huerto de los Olivos, cuando entre los discípulos se pensaba en la venganza.
Jesús nos pide amar a los enemigos. ¿Cómo se puede hacer? Jesús nos dice: rezad, rezad por vuestros enemigos. La oración hace milagros; y esto vale no sólo cuando tenemos enemigos; sino también cuando percibimos alguna antipatía, alguna pequeña enemistad.”
La frase de de san Pablo, “ya no soy yo quien vive es Cristo quien vive en mí”, lo debemos ampliar: “ya no soy yo quien ama es Cristo quien ama en mí”. En Cristo y en un cristiano siempre triunfa el amor, el único camino que nos lleva a la alegría de vivir y nunca el desamor, el odio, el mal, por eso el Salmista llama dichosos a quienes cumplen la Voluntad del Señor, es fiel a sus enseñanzas y lo buscan de todo corazón.
Dos llaves abren el corazón de Dios: el amor y el perdón. Dos llaves abren el corazón del hombre: el amor y el perdón. Lleva las llaves al cuello y abre las puertas que parecen cerradas, así abrirás las puertas del corazón de Dios.
¡Haznos perfectos en el Amor, Señor!
Fuentes.
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/13073/el-amor-a-los-enemigos.html#modal
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=24-02-2024
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/02/24/la-ley-nueva-del-amor/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/3-3-2012/
Palabra de Vida Mes de Febrero 2024. “Hagan todo con Amor” (1 Cor 16, 14) https://www.focolare.org
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.