https://youtu.be/3urx0eMZgVw?si=PFFU0BYMY1vtyOgp
- 1 Mc 2, 15-29
- Sal 49
- Lc 19, 41-44
Hoy la liturgia nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantenerse firme en la fe y descubrir el camino que nos conduce a la verdadera paz.
La primera lectura, nos presenta a la familia de Matatías quien era un terrateniente judío, y siendo fiel a la ley y a la Alianza, es capaz de enfrentarse a las órdenes dadas por la autoridad competente. Ley que exigía la apostasía. Sin embargo, a pesar de los halagos hechos por el rey hacia este padre de familia, él prefiere ser amigo e Dios, que del rey.
Creo que una de las razones que nos da la gente para obrar de una manera que no siempre va de acuerdo al Evangelio es: “Todo el mundo lo hace (lo dice, lo ve, etc.)”. Ante esta afirmación o excusa debemos siempre decir: “Nosotros no somos “todo el mundo” y aunque todo el mundo lo haga, nosotros somos cristianos”. Esta es la gran enseñanza que nos deja este texto hoy; Matatías se enfrenta al mismo poder del rey para decirle: “Aunque todas las naciones que forman los dominios del rey obedezcan sus órdenes y apostaten de la religión de sus padres, mis hijos, mis hermanos y yo nos mantendremos fieles a la alianza de nuestros padres”. Este ejemplo de objeción de conciencia es algo que nos puede y debe servir para nuestra reflexión. ¿Qué está impidiendo nuestra fidelidad al seguimiento de Jesús? ¿Cómo aplicar, hoy y aquí, la objeción ante tanta norma que está perjudicando derechos humanos?
“Dios salva al que cumple su voluntad”, nos dice el Salmista, por eso, hemos de rezar para que ninguna autoridad de la Iglesia ni nosotros mismos caigamos nunca en una trampa de ese calibre. Es terrible. Poder librarse de la persecución con una pequeña farsa.
A Matatías, le prometen oro, pero él prefiere a Dios. Hay que rezar, porque la mayoría de nosotros, no somos tan fuertes. San Pablo advierte que el que se sienta seguro vigile no vaya a caer. Nuestros tiempos no son nada fáciles. Cada día se complican un poco más. Al margen de que sepamos que hay que hacer muchas cosas hay una que es ineludible y es rezar. Ya lo dijo el Señor: “Velad y orar para no caer en tentación”.
Al ir terminando el año litúrgico, la Iglesia nos invita a revisar nuestro estado de conversión. Ha pasado ya casi un año desde el pasado Adviento, inicio del año litúrgico. ¿Podríamos decir que hemos aprovechado las oportunidades de crecer espiritualmente que Dios nos ha dado durante este año?
Oportunidades realizadas, en esa visita silenciosa que nos ha hecho semana tras semana en la Eucaristía, en su Palabra, en la presencia de los amigos, de los pobres. Jesús lloró por la incapacidad de conversión de Jerusalén. Tomemos unos minutos para evaluar nuestra respuesta. ¡Aún hay tiempo!
Hoy en el texto del evangelio, tenemos la imagen de un Jesús que «lloró» por la suerte de la ciudad escogida, que no ha reconocido la presencia de su Salvador. Conociendo las noticias que se han dado en los últimos tiempos, nos resultaría fácil aplicar esta lamentación a la ciudad que es —a la vez— santa y fuente de divisiones.
Pero mirando más allá, podemos identificar esta Jerusalén con el pueblo escogido, que es la Iglesia, y —por extensión— con el mundo en el que ésta ha de llevar a término su misión. Si así lo hacemos, nos encontraremos con una comunidad que, aunque ha alcanzado cimas altísimas en el campo de la tecnología y de la ciencia, gime y llora, porque vive rodeada por el egoísmo de sus miembros, porque ha levantado a su alrededor los muros de la violencia y del desorden moral, que lanza por los suelos a sus hijos, arrastrándolos con las cadenas de un individualismo deshumanizante. En definitiva, lo que nos encontraremos es un pueblo que no ha sabido reconocer el Dios que la visitaba.
Esto nos sugiere algunas preguntas para la reflexión personal ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar los signos de los tiempos? ¿Por qué somos tan reacios a proponer, con valentía, los valores del Evangelio? ¿Por qué nos cuesta tanto escuchar al Espíritu y escucharnos entre nosotros como pretende la sinodalidad?
Afirma el Papa Francisco: “Vuelven, así, las palabras del Señor sobre Jerusalén, que nos recuerda el Evangelio de san Lucas: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz!». Hoy «este mundo no es constructor de paz». Y «mientras los traficantes de armas hacen su trabajo, hay pobres agentes de paz que dan la vita sólo por ayudar a una persona, a otra, a otra, a otra». Y realizan esta misión tomando como modelo «un símbolo, un icono de nuestros tiempos: Teresa de Calcuta». En efecto «con el cinismo de los poderosos se podría decir: ¿qué hizo esa mujer? Perdió su vida ayudando a la gente a morir». La cuestión es que hoy «no se comprende el camino de la paz».
O sea, «la propuesta de paz de Jesús no fue escuchada». Y «por eso llora mirando Jerusalén y llora ahora». «Nos hará bien a nosotros —dijo como conclusión el Papa— pedir la gracia del llanto por este mundo que no reconoce el camino de la paz, que vive para declarar la guerra, con el cinismo de decir que no se haga». Y, añadió, pidamos la conversión del corazón”
“Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes.” Ef 13, 13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2015/documents/papa-francesco-cotidie_20151119_camino-paz.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/11/23/dar-testimonio-de-dios/
- http://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=23-11-2023
Palabra de Vida Mes de Noiembre 2023
“Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas» 1 Tes 5, 5-6 https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida. Octubre 2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.