- 2 Cor 10, 17-11,2
- Sal 148
- Mt 13, 44-46
Hoy que se celebramos la Fiesta de Santa Rosa de Lima, que en premio a su fidelidad a Dios, mereció entrar al cielo para reinar con Cristo, la liturgia nos invita a imitar su ejemplo de fidelidad y radicalidad y así encontrar el tesoro escondido, la perla de gran valor, el Reino de los Cielos.
La meta es que todas las personas finalmente reconozcamos, como nos dice San Pablo en la primera lectura, que la verdadera gloria pertenece al Dios Creador, no a nosotros los seres humanos débiles. No debemos ser arrogantes por los dones espirituales que Dios nos ha dado, la verdadera gloria realmente le pertenece a Dios. El orgullo nos genera una actitud egoísta errónea que es mortal a nivel espiritual.
Debemos de tener en nuestro compromiso cristiano un gran ardor apostólico, un deseo ardiente de que todos conozcan, se enamoren de Jesucristo y su proyecto del reino. El celo por la salvación de las almas es propio de todos los santos, que cada uno realizando su vocación en plenitud han tenido en su vida el único deseo de atraer a los hermanos hacia Dios, de testimoniar al Dios por ellos experimentado y amado. Dejemos arder también nosotros en nuestro interior este celo por Dios y por la humanidad.
Cada uno de nosotros tenemos el tesoro o la perla que es Cristo, pero debemos encontrarlo en el campo de nuestra vida. Encontrarlo independientemente del tipo de campo que tengamos. No importa cómo es el campo, si está bien cuidado, arreglado, limpio; o si está seco, con espinas, con basura, etc.
Ante el cuestionamiento en el título de esta reflexión, debemos estar seguros antes de escoger algo o a alguien como prioridad, pues existen, y existieron siempre, espejismos, oropeles y fuegos sólo de artificio.
Jesús hoy se refiere a estas prioridades absolutas. Y nos pone como modelo a dos personas, que no carecen de medios ni de prioridades, van por la vida abiertos a la sorpresa divina, siempre inesperada aunque siempre deseada, para que, cuando surja la oferta, el don, la gracia, no duden lo más mínimo en venderlo todo ante la prioridad absoluta del Reino de Dios.
¿A cambio de qué? A cambio de todo. Tanto el que encuentra el tesoro como el que halla la perla lo venden todo para adquirir aquello que consideran absolutamente irrenunciable. Ante el valor de lo que han encontrado, se acabaron las sensacionales ofertas de la televisión, la radio y demás medios. Ellos ya no juegan con promesas, sino con realidades. Pues bien, según Jesús, el Reino de los cielos se parece a ese tesoro y a esa perla. Nosotros, sus seguidores hemos encontrado el tesoro. Contamos con el don de discernimiento del Espíritu, y sabemos que estamos en la verdad.
A cambio de nada. Sólo el gozo y la plena satisfacción que vemos en Andrés, anunciando a su hermano Simón (Jn 1,41), que ha encontrado el tesoro y la perla en Jesús de Nazaret: “Hemos encontrado al Mesías”. Nada más, y nada menos. Pero, que nadie se equivoque. Que nadie, por las supuestas renuncias y deberes que acarrea el Reino, intente servirse de él como de un trampolín, para reconquistar lo entregado por el Reino sin renunciar a él.
Nos explica el Papa Francisco que la valoración del valor inestimable del tesoro, lleva a una decisión que implica también sacrificio, desapegos y renuncias. Cuando el tesoro y la perla son descubiertos, es decir cuando hemos encontrado al Señor, es necesario no dejar estéril este descubrimiento, sino sacrificar por ello cualquier otra cosa. No se trata de despreciar el resto, sino de subordinarlo a Jesús, poniéndole a Él en el primer lugar. La gracia en el primer lugar. El discípulo de Cristo no es uno que se ha privado de algo esencial; es uno que ha encontrado mucho más: ha encontrado la alegría plena que solo el Señor puede donar.
“El hombre digno de aprobación no es aquel que se alaba a si mismo, sino aquel a quien el Señor alaba” El Salmista nos insta a alabar al Señor. La alabanza es el lenguaje del Cielo, es la oracion que acepta todo, es la oración de la alegría, del amor, de la obediencia, es poder y adoración. Aprendámoslas en la tierra para ir ensayando la eternidad.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/27-7-2016/
- https://es.catholic.net/op/articulos/70795/cat/330/el-tesoro-que-hay-en-ti.html#modal
- https://vidaesperanzayverdad.org/biblia/versiculos-para-meditar/gloriese-en-el-senor/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/1-10-2019/
Palabra de Vida Mes de Agosto. “Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí!” (Mt 17, 4). https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.