?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/JvwBa4I2MwU
- Es 9, 5-9
- Tb 13
- Lc 9, 1-6
Cuando leemos el AT nos encontramos con nuestra propia historia, con la historia de un pueblo que, como nosotros, pasa del pecado al arrepentimiento, pero que siempre queda en peligro de volver a retroceder y serle infiel a Dios. En esta hermosa oración de Esdras podemos ver este continuo dilema del hombre y la infinita misericordia de Dios. Pues junto a esta sincera confesión penitencial, que muestra Esdras en la primera lectura de hoy, se expresa una súplica confiada al Dios de la misericordia, como nos comenta Fray Alexis González de León; una misericordia que se manifiesta en tres realidades reconfortantes: la conservación de un resto que se ha mantenido fiel al Dios de la alianza, el alivio de la esclavitud merecida por la conducta vivida y la benevolencia mostrada por el imperio dominante (los persas) para con el pueblo escarmentado.
Para alimentar la esperanza es clave saber que, aun en las peores circunstancias, siempre hay alguien en quien se puede confiar (un resto), que la calamidad sufrida ha sido menos trágica de lo que podría (un alivio) y que la actual situación es gratuita e inmerecida (una benevolencia). Es muy importante, para salir adelante, que haya siquiera algún sector saneado, alguna gente reconciliada con el pasado, algún grupo capaz de ver las posibilidades que ofrece el presente. Todo ello no como mérito propio del que prepara el futuro, sino como don de Aquel que siempre cuida de nosotros.
Afirma el Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala , del texto del evangelio que: «Convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades» (Lc 9,1). Males, éstos, que podemos identificar en el mismo Evangelio como enfermedades mentales.
El encuentro con Cristo, que es la Persona completa y realizada, aporta en el discípulo un equilibrio y una paz que son capaces de serenar los ánimos y de hacer reencontrar a la persona con ella misma, aportándole claridad y luz en su vida, bueno para instruir y enseñar, educar a los jóvenes y a los mayores, y encaminar a las personas por el camino de la vida, aquella que nunca se ha de marchitar.
Los Apóstoles «recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva» (Lc 9,6). Es ésta también nuestra misión: vivir y meditar el Evangelio, la misma palabra de Jesús, a fin de dejarla penetrar en nuestro interior. Así, poco a poco, podremos encontrar el camino a seguir y la libertad a realizar. Como escribió san Juan Pablo II, «la paz ha de realizarse en la verdad (…); ha de hacerse en la libertad».
Y nos explica el Papa Francisco que el discípulo tendrá autoridad si sigue los pasos de Cristo. ¿Y cuáles son los pasos de Cristo? La pobreza. ¡De Dios se hizo hombre! ¡Se aniquiló a sí mismo! ¡Se desnudó! Pobreza que lleva a la mansedumbre, a la humildad. El Jesús humilde que sale a la calle a curar. Y así, un apóstol con esta actitud de pobreza, de humildad, de mansedumbre, es capaz de tener la autoridad de decir: ‘Conviértanse’, para abrir los corazones.
discípulo tendrá autoridad si sigue los pasos de Cristo. ¿Y cuáles son los pasos de Cristo? La pobreza. ¡De Dios se hizo hombre! ¡Se aniquiló a sí mismo! ¡Se desnudó! Pobreza que lleva a la mansedumbre, a la humildad. El Jesús humilde que sale a la calle a curar. Y así, un apóstol con esta actitud de pobreza, de humildad, de mansedumbre, es capaz de tener la autoridad de decir: ‘Conviértanse’, para abrir los corazones. bueno para instruir y enseñar, educar a los jóvenes y a los mayores, y encaminar a las personas por el camino de la vida, aquella que nunca se ha de marchitar.
Los Apóstoles «recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva» (Lc 9,6). Es ésta también nuestra misión: vivir y meditar el Evangelio, la misma palabra de Jesús, a fin de dejarla penetrar en nuestro interior. Así, poco a poco, podremos encontrar el camino a seguir y la libertad a realizar. Como escribió san Juan Pablo II, «la paz ha de realizarse en la verdad (…); ha de hacerse en la libertad».
Jesús les pide que “si algunos no os reciben, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos». Sacudirse el polvo de los pies era una señal de no tener más responsabilidad por el lugar donde se había levantado el polvo, dejando así esa zona para el juicio de Dios. Entonces, ell gesto de sacudir el polvo de los pies al salir de algún pueblo, es expresión de la ruptura con esa población que se ha negado a recibir el Evangelio. Es cierto que Dios no da la espalda a nadie, por muy refractario que alguien se haya mostrado a aceptar sus consignas. Pero también es indudable que sus designios han de ser aceptados libremente para que alcancen su eficacia concreta en la vida de las personas. Si esa libertad los rehúsa, el beneficio ofrecido no llega; si bien Dios sigue insistiendo de diversas maneras para que se acoja.
Los Doce llevarán a cabo su misión en la mayor pobreza, poniendo en Dios su confianza absoluta. Tiene que quedar claro que la riqueza que aporta el Evangelio es únicamente don de Dios y, al mismo tiempo, que sus mensajeros sólo se apoyan en Él para hacer que llegue a todos esa buena noticia.
Y, nos explica el Papa Francisco que “…el discípulo tendrá autoridad si sigue los pasos de Cristo. ¿Y cuáles son los pasos de Cristo? La pobreza. ¡De Dios que se hizo hombre! ¡Se aniquiló a sí mismo! ¡Se desnudó! Pobreza que lleva a la mansedumbre, a la humildad. El Jesús humilde que sale a la calle a curar. Y así, un apóstol con esta actitud de pobreza, de humildad, de mansedumbre, es capaz de tener la autoridad de decir: ‘Conviértanse’, para abrir los corazones…”
Varias preguntas surgen, entonces, de este imperativo misionero: Nuestra predicación –nuestra preocupación evangelizadora- ¿va acompañada de un interés efectivo por atender las necesidades de nuestro prójimo? ¿Hablamos de Dios confiando en la fuerza de su palabra, o descuidamos esa palabra pretendiendo utilizar sólo la nuestra? ¿Nos desentendemos de aquellos que parecen ignorar o repudiar lo que decimos, o insistimos –respetuosamente- en proponer el mensaje que nos ha sido confiado?
Con la actitud del Profeta Esdras, levantemos las manos al Señor y con el Salmista bendigamos a Dios, que vive eternamente; El es nuestro Dios y Señor, nuestro padre por todos los siglos.
Palabra de Vida Mes de Setiembre 2021
“El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9, 35) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.