https://youtu.be/EYsaAuFrrwE?si=7YHzk4dAb4Ore-b4
- Is 45, 1. 4-6
- Sal 95
- 1 Tes 1, 1-5
- Mt 22, 15-21
Jesús nos da, en la liturgia de hoy, mucha luz sobre cuestiones decisivas en la Iglesia.
El fragmento de la primera lectura, el Profeta llama a la esperanza y el reconocimiento de Dios. Este llamado se centra en la soberanía y unicidad de Dios como único Señor de la historia y de los pueblos.
“Así dice el Señor a Ciro, su ungido a quien ha tomado de la mano…”Las expresiones «tomar de la mano» y «el Señor está contigo», significan en la Escritura una especial presencia de Dios para acompañar a los que él elige libremente para encomendarles una misión que indefectiblemente se realizará porque Dios mismo sale garante de la empresa.
Isaías afirma con especial insistencia la unicidad de Dios. Ciro venera sus dioses como pagano que es. Pero no ha sido elegido por sus dioses sino por el Dios de Israel que es el verdadero y único.
”Yo Soy el Señor y no hay otro”. Otro pensamiento importante que se desprende de esta llamada de Ciro es que la autoridad viene de Dios.
“Cantemos la grandeza del Señor”, nos invita el Salmista. El gobierna a los pueblos con justicia. Es necesario recordar siempre que el bien común de todos, el respeto de la dignidad humana y de las minorías, el reajuste de los desequilibrios sociales y culturales, la solidaridad y la justicia son tareas de todos y es la finalidad principal de todas las instituciones. Son primicias del reino futuro.
En la segunda lectura queda plasmado el contenido central de la respuesta al Evangelio en la vida: la fe, la esperanza y la caridad. Cada virtud tiene su objeto y su campo de acción: la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Las tres expresiones que acompañan a las virtudes revelan su carácter dinámico con lo que se reafirma su ser activo. La fe debe ser activa, es decir, operante, coherente, viva.
El amor ha de ser o ir acompañado por el esfuerzo ya que, aunque es un don gratuito por parte de Dios, en el hombre se convierte en una virtud que requiere poner a contribución todas las posibilidades. Finalmente la esperanza ha de ir acompañada por el aguante, perseverancia, tenacidad, constancia, longanimidad, es decir, por la fortaleza en todas su formas y manifestaciones.
¿Por qué me tentáis? Se trata de una de las tentaciones más fuertes que asaltó a Jesús. Más de una vez, durante su ministerio, le ofrecerían que asumiera la dirección del movimiento liberador del poder romano. Y esta tentación que asaltó a Jesús, una y otra vez, surgía en su espíritu con singular virulencia y fuerza. Era verdad que Israel estaba sometido a una humillante servidumbre. Era verdad que se trataba de un pueblo teocrático que no tenía otro soberano sino sólo a Dios. Pero también era verdad que él había venido a cumplir otra misión, otro género de liberación humana e intrahistórica con perspectivas más amplias y trascendentes.
Palabras de adulación que escondían la verdadera intención: tender una trampa, hacerle caer y encontrar un argumento para acusarle y acabar con él. Resulta asqueroso pensar en unas palabras aduladoras que, siendo ciertas en su contenido, se ponen al servicio de la mayor de las falsedades, la falsedad del corazón. Por eso, aunque sean ciertas, pues Jesús juzgaba sin temor a ser juzgado por nadie y era libre frente a cualquier presión u opinión ajena. Estas expresiones se convierten en algo evidentemente diabólico.
La tentación estaba muy bien planteada y calculada por sus opositores. Jesús actúa con sagacidad. Ya lo había advertido, especialmente en una de sus parábolas, durante su ministerio. Jesús había llevado una línea de comportamiento coherente. Y ahora no se apartará de esa coherencia característica en él en todas sus palabras y actuaciones. Responderá con la sabiduría y la independencia que le caracteriza.
Con su respuesta, afirma el Papa Francisco, “Jesús se sitúa por encima de la polémica. Jesús siempre más allá. Por una parte, reconoce que se debe pagar el tributo al César —también nosotros: hay que pagar los impuestos—, porque la imagen sobre la moneda es la suya; pero, sobre todo, recuerda que cada persona lleva en sí otra imagen —la llevamos en el corazón, en el alma—, la de Dios, y por tanto es a Él, y solo a Él, a quien cada uno debe la propia existencia, la propia vida.
En esta sentencia de Jesús no solo se encuentra el criterio para la distinción entre la esfera política y la religiosa, sino que de ella también emergen orientaciones claras para la misión de los creyentes de todos los tiempos, incluidos nosotros hoy. Pagar los impuestos es un deber de los ciudadanos, así como cumplir las leyes justas del Estado. Al mismo tiempo, es necesario afirmar la primacía de Dios en la vida humana y en la historia, respetando el derecho de Dios sobre todo lo que le pertenece.“
“Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes”. Ef 13,13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/18-10-2020/comentario-biblico/gerardo-sanchez-mielgo/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/10/22/obligaciones-fiscales-y-o-celestiales/
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2020/documents/papa-francesco_angelus_20201018.html
Palabra de Vida Mes de Octubre 2023
“Pues lo del César devuélvanse lo al César y lo de Dios a Dios.” Mt22, 21 https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida. Octubre 2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.