- Gen 14, 18-20
- Sal 109
- 1 Cor 11, 23-26
- Lc 9, 11b-17
Nos explicaba el Papa Francisco que “la solemnidad de hoy nos recuerda que, en la fragmentación de la vida, el Señor sale a nuestro encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía. En el Pan de vida, el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí. Porque la Eucaristía es el memorial del amor de Dios. Ahí «se celebra el memorial de su pasión» (Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Antífona al Magníficat de las II Vísperas), del amor de Dios por nosotros, que es nuestra fuerza, el apoyo para nuestro caminar. Por eso, nos hace tanto bien el memorial eucarístico: no es una memoria abstracta, fría o conceptual, sino la memoria viva y consoladora del amor de Dios. Memoria anamnética y mimética. En la Eucaristía está todo el sabor de las palabras y de los gestos de Jesús, el gusto de su Pascua, la fragancia de su Espíritu. Recibiéndola, se imprime en nuestro corazón la certeza de ser amados por El. 2
Y al celebrar esta festividad estamos celebrando y recordando la entrega de Jesús por la humanidad, para que esta tuviera vida y la tuviera en abundancia. Celebramos el mandado de Jesús de hacer de su entrega nuestra propia entrega y de su vida nuestra propia vida. Si él nos amó hasta entregar su vida por nosotros, de la misma manera, nosotros también estamos llamados a entregar nuestra vida por los demás en nuestra propia cotidianidad y allí donde nos encontremos.
Celebramos el Cuerpo y la Sangre de Cristo haciendo realidad su propuesta de amor en el mundo en el que estamos y vivimos por medio de la palabra, pero, sobre todo, por medio de nuestra vida.
El texto del Génesis sirve como plataforma teológica para un sentido nuevo y una actualización de la religión inaugurada por la vida de Cristo. El hecho de que en esa ofrenda de Melquisedec no se usen animales, sino las cosas sencillas de la tierra, apunta a una dimensión ecológica y personalista. Jesús, antes de morir, ofrecerá su vida ¡tal como suena! en un poco de pan y en un poco de vino. No hacía falta más que la intención misma de entregarse, de donarse, de “pro-existir” para los demás. Con ello se alza una protesta radical contra un culto de sacrificios de animales que no lleva a ninguna parte. Es la vida de Dios y de los hombres la que tiene que estar en comunión. El ser humano se fascina ante lo divino y deja de ser humano muchas veces, pero la “comunión vital” entre Dios y la humanidad no tiene por qué esclavizarnos a un culto externo y a veces inhumano. Porque lo que es inhumano, es antidivino.
la intención de la elección litúrgica del Salmo, se explica porque el gesto de Melquisedec es como un signo anticipado de los gestos del pan y el vino de Jesús en la última cena con sus discípulos
Igual, los gestos del Señor Jesús que acabamos de leer en el texto de la primera carta a los Corintios, eran los que se hacían en cualquier comida judía; incluso si fue un cena pascual, pero lo importante son las “palabras” y el sentido que Jesús pone en los gestos. Jesús, en la noche “en que iba a ser entregado”, se “entregó” él a los suyos. El término es elocuente. En los relatos de la pasión aparece frecuentemente este “entregar”. No obstante lo verdaderamente interesante es que antes de que lo entregaran a la muerte y le quitaran la vida, él la ofreció, la entregó, la donó a los suyos en el pan y en el vino, de la forma más sencilla y asombrosa que se podía alguien imaginar.
En el texto de evangelio Jesús les dice a los discípulos: “Denles de comer ustedes mismos”
Jesús quiere abrirles los ojos. Conmovido por las necesidades y los problemas de las personas, se dispone a dar una solución. Y lo hace partiendo de la realidad y valorando lo que hay. Es cierto, lo que tienen es poco, pero les encomienda una misión: ser instrumentos de la misericordia de Dios, que piensa en sus hijos. El Padre interviene, y sin embargo, los necesita.
El milagro requiere nuestra iniciativa y nuestra fe, que de ese modo crecerá.
El maestro parte de la situación para enseñarnos a ocuparnos, juntos, los unos de los otros. Ante las necesidades de los demás no valen excusas (“no nos compete”; “no puedo hacer nada”; “tienen que apañarse, como hacemos todos” …). En la sociedad que Dios ha pensado, son bienaventurados quienes dan de comer a los hambrientos, quienes visten a los pobres y van a ver a quienes lo necesitan.
“Tomad, esto es mi cuerpo. Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: ésta es mi sangre”. Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros”. Porque es un misterio que desborda, desde ahora hemos de pedir la gracia para comprender, para reconocer a Jesucristo en el pan consagrado. Y podemos contemplar como el Creador de cielos y tierra se esconde en las especies sacramentales y se nos ofrece como alimento de nuestras almas. Es el pan de los ángeles y el alimento de los que estamos en camino. Y es un pan que se nos da en abundancia, como se distribuyó sin tasa el pan milagrosamente multiplicado por Jesús para evitar el desfallecimiento de los que le seguían: «Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos»
Así la escena de la comida compartida y multiplicada como imagen de Reino, nos invita a cultivar una experiencia de fe integral que verdaderamente adecúe y disponga nuestros sentidos y corazón para participar activamente en la Eucaristía.
Les invito a que sigamos orando por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza con la oración que el Papa Francisco nos dejó;
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2017/documents/papa-francesco_20170618_omelia-corpus-domini.html
- https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2025/05/PV-06-2025_doble.docx
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-06-22
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/lecturas/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/06/22/corpus-christi-cristo-presente-en-la-eucaristia/
Palabra de Vida Mes Junio “Denles de comer ustedes mismos” (Lc 9, 13) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.