https://youtu.be/WTZ_mQZwGc4?si=Z24kISK9rKCuE9eE
- 2 Sam 5, 1-7.10
- Sal 88
- Mc 3, 22-30
Hoy la liturgia nos habla de David ungido como rey; quien, a pesar de todas las dificultades por las que tuvo que pasar, del mismo hecho de ver su vida amenazada de muerte, finalmente recibe el reinado no sólo de Judá (en ese tiempo se pude decir que Israel era una “anfictionía de tribus”), sino de todas las tribus de Israel, con lo que se consolida el reino y se cumple la promesa del Señor para Israel y para David.
Lo que históricamente contemplamos en torno al rey David es figura de lo que habrá de suceder en Jesús, el Unigénito de Dios. Pero hay un cambio no sólo de materia, sino un salto cualitativo infinito: el día del bautismo de Jesús en el Jordán, la humanidad de Jesús es ungida, pero esta vez no con óleo, sino con el mismo Espíritu Santo de Dios. Esta unción no hecha mediante un elemento creado (el aceite), sino increado (una Persona divina) adquiere una categoría única por ser divina, indeleble, eterna, todo ello propio de Dios. Su unción única convierte a Jesus de Nazaret en el ungido prometido, es decir, el «Mesías» (no un mesías más, o un gran hombre), el «Cristós» por antonomasia, único en su género por la naturaleza de la unción que recibe.
Es bueno destacar que más que regir y gobernar, su misión será conducir a su pueblo. La figura del pastor, que a lo largo de toda la Biblia se aplica a Yahvé, está representada también por quienes, desde la fidelidad, están al frente de su pueblo y, de alguna forma, son un trasunto de Dios. “Tú apacentarás a mi pueblo, tú serás el jefe de Israel”. También los profetas hablan del Mesías como el pastor que conducirá a su pueblo.
Es Dios el que ha encontrado a David y lo ha consagrado con óleo sagrado, como reza el salmo de hoy. Es el ungido: en griego se dice «cristós», que tiene su origen a su vez en el hebreo «māšîaḥ».
Vinieron todas las tribus de Israel a David: Antes de esto, solo una de las tribus de Israel reconoció a David como rey. Las otras tribus reconocieron al rey pretendiente Is-boset, un hijo de Saúl. Is-boset fue asesinado ( 2 Sam 4), así que ahora las tribus se unen a David.El Rey David llevó a a las tribus a la unidad,
En cambio, hoy en el evangelio vemos la actitud desleal de los escribas hacia Jesús, quienes levantan un falso al Señor y El les dice que su razonamiento está equivocado cuando se refieren a la división interna de un reino. Cristo no pertenece al mismo reino que el diablo. Aquí está su error. Y se lo explica con una parábola.
En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque la hace signo no de la obra de Dios, sino de la del diablo, el cual es por definición el que separa, que rompe las relaciones, que insinúa prejuicios… La división en una comunidad cristiana, ya sea una escuela, una parroquia o una asociación, es un pecado gravísimo, porque es obra del demonio. Dios, sin embargo, quiere que crezcamos en nuestra capacidad de acogernos, de perdonarnos, de querernos, para parecernos cada vez más a Él que es comunión y amor. En esto está la santidad de la Iglesia: en el reconocer a imagen de Dios, colmada de su misericordia y de su gracia.
Frente a todo esto, afirma el Papa Francisco, “debemos hacer seriamente un examen de conciencia, pues el pasaje, también nos habla de en qué consiste el pecado contra el Espíritu Santo. Los escribas y fariseos, con tal de desacreditar a Jesús, hacen aparecer todas las obras buenas realizadas por él como si fueran hechas gracias a la acción del demonio. Esto no es otra cosa que un rechazo consciente (pues ellos mismos han sido testigos de ello) de la gracia de Dios; es una resistencia a la conversión.”
Esto desafortunadamente puede suceder también en nuestra propia vida cuando de manera sistemática rechazamos la invitación de Dios a convertirnos, a dejar nuestra vida de pecado y para ello inventamos toda clase de excusas, las cuales nos mantienen al margen del amor de Dios. Pecar contra el Espíritu, entonces, no consiste en hablar mal de él, sino en rechazar la invitación de Dios a la vida de la gracia.
Esta es la invitación que nos hace el Pontifice: “Nosotros estamos llamados a trabajar por la unidad de todos los cristianos, ir por el camino de la unidad que es el que Jesús quiere y por el que ha rezado.”
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://es.catholic.net/op/articulos/12322/cat/331/un-reino-no-puede-estar-dividido.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/01/22/22-de-enero-san-vicente-martir/
- https://www.blueletterbible.org/Comm/guzik_david/spanish/StudyGuide_2Sa/2Sa_05.cfm
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=22-01-2024
Palabra de Vida Mes de Enero 2024. Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10, 27) https://www.focolare.org/conosur/news/2023/12/31/palabra-de-vida-enero-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.