- Ex 14, 5-18
- Sal 15
- Mt 12, 38-42
Hoy la liturgia nos habla como en la historia de la humanidad al pueblo de Dios le da miedo asumir las onsecuencias de la libertad auténtica y en medio de las incertidumbres y los desaciertos humanos, Dios se hace presente para acompañar estos complicados procesos.
La liberación de la esclavitud de Egisto no es una historia científica, imparcial, sino un relato religioso, en el que continuamente se repite: Dios que es fiel a su promesa, salva a su pueblo y lo guía, por eso cuando las circunstancias de la vida te superen o te invada el miedo; escucha esta palabra de parte de Dios: «No tengas miedo, estate firme y verás la victoria del Señor» y podrás con los hermanos alabar a Dios: «Cantemos al Señor, sublime es su victoria»
En el evangelio son los letrados y fariseos los que aparecen presos de una estructura religiosa legalista. Piden una señal que atestigüe que viene de Dios. Al parecer quienes más de aferran a la tradición les cuesta percibir la acción liberadora de Dios.
A nosotros nos corresponde ahora no ser una generación descreída; ser una generación que sigue el camino de la conversión y vive el misterio pascual como acción no sólo para el futuro sino una realidad que hacemos presente ahora en el día a día.
Como nos recordaba el Papa Francisco, «¡El Señor es verdaderamente paciente con nosotros! No se cansa nunca de recomenzar desde el inicio cada vez que nosotros caemos». Por eso, a pesar de nuestras faltas y provocaciones, el Señor está con los brazos abiertos para acoger y recomenzar. Procuremos, por tanto, que nuestra vida, y hoy en particular, esta palabra se haga realidad en nosotros. La alegría del cristiano está en ser reconocido por el amor que se ve en su vida, amor que brota de Jesús.
La muerte de Jesús nos confronta con el Dios en quien creemos y al que seguimos con fidelidad. La resurrección nos sitúa en el Evangelio de la alegría del compromiso con la vida. Vive con Él, cree en Él, anúncialo a Él como el gran signo de Dios para nuestra salvación.
Les invito a como nos lo pidió este Pontífice, orar por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza:
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-07-21
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Julio: Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió.” (Lucas 10:33) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Julio 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.