- Hch 10, 34a. 37-43
- Sal 117
- Col 3, 1-4; o bien 1 Cor 5, 6b-8
- Jn 20, 1-9
“¡Hagamos espacio a la luz del Resucitado! Y nos convertiremos en constructores de esperanza para el mundo”. Esta exhortación fue el núcleo de la homilía escrita por el Papa Francisco para la Vigilia Pascual, ayer.
Hoy, Domingo de Pascua celebramos la resurrección de Jesucristo de entre los muertos que iremos rememorando los domingos de todo el año. El triunfo del Señor resucitado sobre el pecado y la muerte es el acontecimiento que fundamenta de nuestra fe cristiana. Nos configura como creyentes y transforma de raíz nuestra vida.
Jesucristo nos hace partícipes de su victoria. Los cristianos estamos llamados a ser testigos del gozo Pascual. La resurrección del Señor no la podemos dejar de anunciar al mundo entero. A todos afecta y nadie está excluido de recibir el don de la vida eterna que Cristo nos ha posibilitado con su muerte y resurrección.
La fuerza que infunde en nosotros el Espíritu del Señor resucitado por el bautismo nos posibilita empezar a nacer a una vida nueva, cuya plenitud alcanzaremos cuando participemos plenamente de su Pascua. Mientras tanto, la experiencia del Señor resucitado nos impulsa a una vida renovada en Cristo para ser sus testigos ante los demás.
Vivir como resucitados es el desafío que asumimos como cristianos. Lo que motiva nuestra entrega diaria y nos convierte en luz para cuantos nos rodean. La fe en la resurrección de Jesús será el proceso ineludible para convertirse en creyente (cristiano). La lectura de la Palabra de Dios del Domingo de Pascua marca el itinerario de todos.
Los textos bíblicos nos invitan a anunciar a Cristo Resucitado llenos de entusiasmo siguiendo el esquema del kerigma-anuncio proclamado por Pedro. Nuestr tarea personal y omunitaria, consiste en experimentar en nuestras propias vidas el Misterio Pascual y buscar los bienes de arriba y anunciar la Buena Nueva.
La 1ª Lectura de este día es un discurso de tipo kerygmático, que tiene su eje en el anuncio pascual: muerte y resurrección del Señor. Corresponde al discurso de Pedro ante la familia de Cornelio (Hch 10,34.37-42), una familia pagana (“temerosos de Dios”, simpatizantes del judaísmo, pero no “prosélitos”, porque no llegaban a aceptar la circuncisión) que, con su conversión, viene a ser el primer eslabón de una apertura decisiva en el proyecto universal de salvación de todos los hombres.
Esta predicación en Galilea y en Jerusalén, la muerte y la resurrección, así como las experiencias pascuales en las que los discípulos *conviven+ con él, en referencia explícita a las eucaristías de la primitiva comunidad. Porque es en la experiencia de la Eucaristía donde los discípulos han podido experimentar la fuerza de la Resurrección del Crucificado.
El Salmo nos manifiesta la alegría Pascual, gritos de victoria sobre la muerte, confianza en el poder de Dio, regocijo en el triunfo común y proclamación de este día como el más grande que ha hecho el Señor.
La segunda lectura, es un texto bautismal sin duda, se pone explícitamente de manifiesto, que por el bautismo se adelanta la fuerza de la resurrección a la vida cristiana y no es algo solamente para el final de los tiempos. Quiere decir que ha nacido en o para la liturgia bautismal, que tenía su momento cenital en la noche pascual, cuando los primeros catecúmenos recibían su bautismo en nombre de Cristo, aunque todavía no estuviera muy desarrollada esta liturgia.
Este pasaje saca las consecuencias que para los cristianos tiene el creer y aceptar el misterio pascual: pasar de la muerte a la vida; del mundo de abajo al mundo de arriba. Por el bautismo, pues, nos incorporamos a la vida de Cristo y estamos en la estela de su futuro.
El Evangelio de San Lucas nos dice que tenemos que encontrarlo y compartir esa experiencia en la cotidianidad del camino. A muchas personas nos gana el desanímo y pretendemos huir de la realidad sufriente de este mundo, como los pasó a los discípulos de Emaus, pero si estamos atentos, allí en las mesas compartidas, nos visitará su fuerza revitalizadora y así seremos sus testigos, de que es la vida real, cada día, su Resurreccion ha convertido este mundo en una Galilea Global: es aquí donde se hace necesarios reproducir aquellos signos del Reino que practicó Jesús y que lo llevaron a la expresión máxima del Amor, y entonces en esta cincuentena pascual, nosotros podamos, como El, acompañar a los tristes, o a los desorientados, o a los que andan como oveja sin pastor, o a….
Este día que celebramos la más esperanzadora noticia que circula en la historia de la humana y en el devenir del universo, oremos con el Papa por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
Palabra de Vida Mes Abril: “Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?” (Is 43, 19) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.