- 1 Cor 2, 1-5
- Sal 118
- Lc 4, 16-30
Hoy las lecturas de la liturgia nos invitan a reflexionar sobre el poder del Espíritu Santo en nuestra vida que nos lleva a llevar el mensaje del Señor con sabiduría porque no son palabras humanas, sino su acción que nos transforma.
San Pablo nos indica que cuando predicó el evangelio lo hizo por medio del Espíritu Santo y del poder de Dios, a fin de que la fe dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres. Cuántas veces nos ha ocurrido que nos encontramos en una situación en la que nos sentimos llamados a comunicar la Buena Noticia del Evangelio, a dar nuestro testimonio, a hablarle de Dios a alguna persona y en ese momento pensamos: ¿quién soy yo? ¡yo no sé nada! o ¿cómo lo podré convencer? Así pues, la palabra de Dios nos recuerda hoy, lo que ya había dicho Jesús: “No se preocupen por lo que van a decir. El Espíritu Santo les inspirará en ese momento lo que habrán de decir”
El salmo nos dice “¡Cuanto amo, Señor, tu voluntad! Porque ella es la luz del vida, quiero conocerla, aceptarla, llevarla a la práctica día a día y hora a hora. Quiero penetrar en la profundidad de tus designios y alegarme por la ejecución de tus deseos. Quiero identificar en con tu Voluntad.
Por esto es tan importante hoy descubrir el rostro de Cristo para mirarle para oírle y admirarnos de las palabras de gracia que salen de su boca. Para descubrir el rostro de Jesús es necesario recorrer el camino de la adoración y de la contemplación: “Qué dulce es estar frente a un crucifijo, o de rodillas delante del Santísimo, y simplemente ser ante sus ojos! ¡Cuánto bien nos hace dejar que Él vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a comunicar su vida nueva! Afirma el Papa Francisco, Exhortación en “Evangelii gaudium” 264.
No nos dice el Evangelio de hoy cuántos le escuchaban, sino cómo lo hacían: cuantos le escuchaban “tenían los ojos clavados en él” “y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca”. Cuando leemos este texto y nos imaginamos la escena es fácil sentir el deseo de estar como estos hombres y mujeres con la mirada “clavada” en Cristo.
Después de una primera reacción positiva, alguno movido por la polilla de la envidia comenzó a decir: ¿Dónde estudió éste? ¿No es el hijo de José? Y nosotros conocemos a toda su familia, ¿y en qué universidad estudió? Entonces pretendían que le hiciera un milagro: solamente después habrían creído. Entonces comenzaron a empujarlo para tirarlo por un barranco por celos, por envidia.
Pero no se trató de un evento de hace dos mil años atrás, esto sucede cada día, cada vez que se acoge a alguien hablando bien el primer día y después siempre menos, hasta llegar a la habladuría, casi hasta desollarlo. Quien en una comunidad habla contra un hermano acaba por querer asesinarlo.
Indudablemente, el lugar más difícil para dar testimonio es nuestra propia casa, nuestro propio ambiente; sin embargo, no por ello debemos dejar de hacer nuestro mejor esfuerzo para que Jesús sea conocido, ya que el día de nuestro bautismo se cumplieron para nosotros las mismas palabras del profeta, pues hemos sido llenos del Espíritu Santo.
Asístenos Señor. con tu Espíritu para alcanzar la verdadera sabiduría.
Palabra de Vida Mes de Setiembre. “Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos” (Santiago 1,22) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.