?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 1 Jn 2, 22-28
- Sal 97
- Jn 1, 19-28
Con un lenguaje que nos resulta tremendamente extraño, por la distancia en el tiempo y la cultura, la carta de Juan nos está enviando un mensaje que puede ser de máxima actualidad para los cristianos que habitamos este mundo del siglo XXI.
El peligro sobre el que la carta alerta es el de la “banalización” de la figura de Jesús. La locura del mensaje del “Dios con nosotros” nos sobrepasa. Y en lugar de dejarnos atrapar por la sorpresa inaudita de lo que se nos anuncia, que trastoca nuestras concepciones pero también nuestra vida, vamos rebajando la magnitud del anuncio hasta que éste queda a la altura de lo que suponemos que son nuestras posibilidades.
Y puede ocurrir que vengamos de celebrar una Navidad en la que el inmenso ruido social que nos rodea haya dejado muy poco tiempo para volver a entrar en ese misterio, inescrutable y entrañable al mismo tiempo, que ha conmovido a todas las generaciones pero en el que no nos decidimos a sumergirnos de lleno.
Nuestra limitada información nos ha llevado a pensar que el anticristo, es un personaje del futuro que se manifestará en los momentos del apocalipsis. A tal grado tenemos esta información que no hablamos de los anticristos, sino del Anticristo. Lo cierto es que negar a Jesús su dignidad de enviado de Dios para hacernos volver al Padre, nos convierte en anticristos, y por lo tanto, en mentirosos.
Juan nos ofrece la única alternativa válida: PERMANECER en lo recibido: Hacer del Evangelio la referencia de nuestra vida. Permanecer en Jesús, reconocerlo como Camino, Verdad y Vida. Adentrarnos en los valores del Reino que Él vive y predica y configurar la vida desde esos valores. No desde el voluntarismo y la conquista, sino desde la humilde convicción de haber recibido la capacidad para responder al don que Dios nos hace. Así como Juan el Bautista que como nos dice el Papa Francisco: “… Juan le decía a todos que se convirtieran. Y los fariseos, los doctores veían esta como su fuerza: «Era un hombre recto». Le preguntaban si era él el Mesías. Y, en el momento de la tentación, de la vanidad, podía poner una cara de circunstancia y decir: «Pero, no lo sé…» con una falsa humildad. Sin embargo ha sido claro: «¡No, yo no lo soy! Detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo, del que no soy digno ni de atarle la correa de sus sandalias». Juan ha sido claro, no ha robado el título. No se ha apoderado del trabajo. Esta, por tanto, es la segunda cosa que ha hecho él, «hombre de verdad»: No robar la dignidad.“
Juan comienza por deshacer posibles malentendidos. Él no es el Mesías. Pero tras negar que fuera ninguna de las grandes figuras que el pueblo podía esperar, expresa su propia identidad precisamente vinculada al Mesías.
Su misión es anunciarle, ayudar a los otros a que se preparen a recibirle: “Allanad el camino al Señor”.
A menudo admiramos la extraordinaria claridad que Juan tiene respecto de sí mismo, su honestidad, su humildad (la fama adquirida no le lleva a tener ninguna pretensión), su veracidad, su osadía…
¿Se nos ocurre alguna vez ir más allá? ¿Le contemplamos como figura de la Iglesia, de cada comunidad, de cada uno de los que confesamos creer en Jesús? ¿Qué otra misión tenemos todos que la de anunciar al que ha venido, viene y vendrá? ¿Cómo podrá ser conocido si nadie lo anuncia, que dice Pablo?
Nadie cree sólo. Nuestra fe está poblada de las aportaciones que a lo largo de nuestra vida vamos recibiendo y que nos abren caminos hacia el reconocimiento del Señor Jesús como Señor de nuestra vida. ¿Dónde encuentro yo referencias que me abren caminos hacia el Señor? Hoy es un magnífico día para recordarlas y agradecerlas.
Y nos queda aún una pregunta ¿somos de alguna manera -personal o comunitariamente- referencia para otros, que les permita intuir que la opción por Jesús de Nazaret puede colmar de sentido una vida.
.Que el principal propósito de este 2020 sea, como nos dice el padre Yepes en audio, preparar nuestro corazón para que la luz, que es Jesus, nos lleve a conocerlo, reconocerlo y recibirlo en nuestra vida.
Mes de enero
Servir, servir y servir
/Por la evangelización: Promoción de la paz en el mundo. Recemos para que los cristianos, los que siguen otras religiones y las personas de buena voluntad promuevan la paz y la justicia en el mundo.
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.