- Is 2, 1-5
- Sal 121
- Mt 8, 5-11
La palabra adviento – adventus, advenimiento – significa etimológicamente venida, llegada. En la historia de los pueblos paganos esta palabra servía para anunciar el advenimiento de una divinidad o del emperador y era motivo de fiesta que se prolongaba por varios días. La Iglesia cristiana en el siglo IV cristianizó el nombre y lo aplicó a la venida de Cristo resaltando la doble vertiente de la misma: la temporal o histórica y la escatológica.
El sentido más profundo del Adviento es siempre un encuentro más profundo con Jesús.
El profeta Isaías, en la primera lectura, ve la historia desde los ojos de Dios que anuncia la luz y la salvación para todos los pueblos. Y así señala cómo Jerusalén será como el faro que ilumina a todos los pueblos. Un faro situado en una montaña alta, para que todos lo vean desde lejos.
Dios quiere enseñar desde aquí sus caminos, y los pueblos se sentirán contentos y estarán dispuestos a seguir los planes de Dios, la palabra salvadora que brotará de Jerusalén. Todos los pueblos «caminarán a la luz del Señor» y formarán un solo pueblo.
Otro rasgo positivo: habrá paz cuando suceda esto. De las espadas se forjarán arados; de las lanzas, podaderas. Y nadie levantará la espada contra nadie. No habrá guerra. Luz. Orientación. Paz. Buena perspectiva. Empezamos con anuncios que alimentan nuestra confianza
El Salmo 121, no muestra el entusiasmo y alegría del peregrino al llegar al Templo de Jerusalén, templo que era símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo; Jesús se sintió ahí como en la Casa de su Padre. Y expresa adecuadamente los sentimientos del pueblo que va al encuentro del Señor.
La Navidad, afirma el Papa Francisco, no es sólo un acontecimiento temporal o un recuerdo de una cosa bonita. La Navidad es algo más: vamos por este camino para encontrarnos con el Señor. ¡La Navidad es un encuentro! Y caminamos para encontrarlo: encontrarlo con el corazón; con la vida; encontrarlo vivo, como Él es; encontrarlo con fe.
El Señor, en la palabra que hemos escuchado, se maravilló de este centurión: se maravilló de la fe que él tenía. Él había hecho un camino para encontrarse con el Señor, pero lo había hecho con fe. Por eso no sólo él se ha encontrado con el Señor, sino que ha sentido la alegría de ser encontrado por el Señor. Y este es precisamente el encuentro que nosotros queremos: ¡el encuentro de la fe!”
Y es que este es el tipo de fe que es capaz de mover montañas. Sería bueno que al iniciar este tiempo de Adviento nosotros nos preguntemos si verdaderamente creemos en la palabra de Jesús. Muchos cristianos dicen creer pero, esperan constantemente signos, señales, manifestaciones sensibles de lo que dicen creer. Creer, es la seguridad de lo que no se ve.
¿Podríamos decir que nuestra fe es como la de este centurión?, ¿Cuál es tu actitud para lo que lees en la Biblia?
¡Ven Señor Jesús!
Propósito para el primer lunes de Adviento: compartir con algún familiar, amigo o vecino una palabra del esperanza.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Biblia Latinoamericana
- Caldendario de Adviento 2024
- https://es.catholic.net/op/articulos/10570/cat/504/el-siervo-del-centurion.html#modal
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.mercedarios.cl/detalle.php?id=Mjcw
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=02-12-2024
Palabra de Vida Mes Diciembre: “ No hay nada imposible para Dios” (Lucas 1, 37) https://ciudadnueva.com.ar/diciembre-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Diciembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.