- 1 Cor 1, 3-9
- Sal 144
- Lc 17, 11-19
El origen de las «cuatro témporas» está unido a la cristianización del tiempo, en las cuatro estaciones solares, pero que actualmente puede aplicarse oportunamente en nuestras comunidades cristianas como momento de oración y de reflexión que pongan de relieve el misterio de Cristo en el tiempo.
Para ello actualmente, y durante el tiempo ordinario, se podrán usar formularios específicos, o bien en la oración de los fieles o plegaria universal, o bien todo un formulario de las misas para diversas necesidades, como se ha establecido en la ordenación general del Misal romano (OGMR, 3.a ed. típica, Roma, 2000, nn. 368-378; en la anterior: nn. 326-334).
Nos dicen las rúbricas del Misal que las Témporas son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual.
El texto de la primera lectura que hoy leemos es la introducción a la carta. San Pablo se dirige a una comunidad rica en dones del espíritu, consolidada en su fe; desde el primer momento eleva el plano de sus lectores haciéndoles caer en la cuenta de quiénes son y cuál es su situación como creyentes, llenos de los dones del espíritu, poseedores del conocimiento de Jesús, llamados a la comunión con Él. Y en el contexto de esta celebración expresa el agradecimiento a Dios por los dones divinos que les ha concedido a los corintios, por medio del Cristo Jesús
El Salmista nos invita a Bendecir al Señor eternamente… alabarlo pues es incalculable su grandeza proclamar la gloria de su Reino y nos insta a dar a conocer sus maravillas.
Y en el evangelio reflexionamos sobre la sanación de los diez leprosos y como solo uno se devuelve, “se postró a los pueda de Jesús y le dio las gracias.
Puede ser difícil estar agradecido en el sufrimiento o en los momentos difíciles, pero lo realmente loco de nosotros, los humanos, es que parecemos no estar agradecidos incluso en los buenos tiempos. Tendemos a dar por sentada la generosidad de Dios y todas nuestras bendiciones.
Mira los diez leprosos. Acaban de ser sanados de una enfermedad terminal devastadora y, sin embargo, ¿cuántos de ellos recuerdan regresar y decir “Gracias”? ¡Solo uno! ¡Eso es! Algo se interpuso en el camino de su gratitud, y algo se interpuso en el camino de la nuestra; algo nos hace olvidar decirle a Dios “Gracias”, y esta falta de gratitud bloquea nuestra felicidad.
¿Cuáles son nuestros obstáculos para la gratitud?
Creo que los obstáculos al agradecimiento se pueden clasificar en dos títulos: a) insatisfacción con nuestra condición espiritual; b) insatisfacción con nuestra condición mundana.
Insatisfacción con nuestra condición espiritual.
Por un lado, estoy insatisfecho con mi condición espiritual. Veo mis vicios de los que no me enorgullezco; orgullo, envidia, ira, codicia, glotonería, lujuria. Debería estar insatisfecho con estos porque arruinan mi felicidad y la felicidad de los que me rodean y mi insatisfacción con ellos me impide ser complaciente. Tengo mucho trabajo por hacer.
Pero, si nos enfocamos demasiado en nuestras fallas, y todo lo que necesitamos hacer para superarlas, fácilmente podemos desanimarnos tanto que eso nos impide ser conscientes de lo mucho que Dios ya ha hecho por nosotros y por el mundo.
El segundo obstáculo para la gratitud es la insatisfacción con nuestra condición mundana. Siempre buscamos más… La insatisfacción con nuestra condición terrenal significa solo una cosa: nos hemos olvidado del cielo. Cuando te olvidas del cielo, intentas desesperadamente hacer esta vida perfecta y luego te frustras cuando no lo es.
La gratitud, afirma el Papa Francisco, es un rasgo característico del corazón visitado por el Espíritu Santo; para obedecer a Dios, primero debemos recordar sus beneficios. San Basilio dice: «Quien no deja que esos beneficios caigan en el olvido, está orientado hacia la buena virtud y hacia toda obra de la justicia» (Reglas breves, 56). ¿A dónde nos lleva todo esto? A ejercitar la memoria: ¡Cuántas cosas bellas ha hecho Dios por cada uno de nosotros! ¡Qué generoso es nuestro Padre Celestial!
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/586-isaias-63-16-a-64-8-corintios-1-3-9.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/5-10-2024/temporas-de-accion-de-gracias-y-peticion/
- https://diocesisdehuelva.es/2024/10/temporas-de-accion-de-gracias-y-de-peticion-al-comenzar-el-otono/
- https://schooloffaith.com/rosario/gratitud-de-los-10-leprosos#:~:text=Del%20Evangelio%20de%20Lucas%20Capítulo,incluso%20en%20los%20buenos%20tiempos.
- https://csta.com.ar/la-importancia-agradecidos-segun-papa-francisco/
Palabra de Vida Mes Noviembre: “ Ella [la pobre viuda], de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir” (Marcos 12, 44) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.