- 1 Re 21, 1-16
- Sal 5
- Mt 5, 38-42
Hoy la liturgia nos encamina para que meditemos en el ser discípulo de Cristo, siempre siendo justos y dispuestos a perdonar.
En la primera lectura vemos todo lo contrario. Nos sitúa en el reinado de Ajab y Jezabel. No se trata solamente de episodios históricos, sino que, mirando el discurrir de los hechos a la luz de la fe, quedan de manifiesto la corrupción y la honestidad, la bondad y la maldad.
En el relato de hoy podemos ver, con gran tristeza, reflejadas muchas de nuestras estructuras sociales, desde las familiares hasta las de los gobiernos en los cuales no está presente la gracia y el amor de Dios.
Podemos, ante esto, quedarnos con este mal sentimiento y engendrar odio y rencor contra quienes han actuado tan vilmente, con lo cual demostraremos no ser mejores que ellos, o bien, podemos orar por ellos para que Dios toque su corazón, podemos ponernos a trabajar para que el Evangelio pueda penetrar todas las estructuras y todos los corazones, esto nos revelará realmente como hijos de Dios, herederos del Reino.
Atiende a mis gemidos, Señor. Es la súplica que se alza, desde todos los confines del planeta, presentando ante Dios todo el dolor humano y los atropellos a los que son sometidos amplios sectores de la humanidad. Haz caso, le decimos a Dios, de nuestros gritos de auxilio. Conscientes de que Dios no ama la maldad, ni los fines perversos de quienes abusan de su poder; tampoco el servilismo vil que reviste comportamientos relacionados con el poder y procedimientos injustos. En el dolor de la humanidad queda claro que Dios no ama la maldad, ni la perversión ni la arrogancia. Detesta la mentira, toda mentira, ni comportamientos sanguinarios y tampoco la traición.
Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia”. En esta expresión de Jesús “habéis oído”, ciertamente se refiere a los preceptos en los que “traducen” la ley los sacerdotes y maestros de la Ley, un modo de entender e interpretar la Ley de Dios que queda desautorizada por lo que les dice enseguida: “pero yo os digo”. Cristo con la misma autoridad de quien dio la Ley al pueblo de Israel la explica y da su sentido pleno
El Papa Francisco nos explica que “Jesús dice: «Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien» (Lc 6,27). Y aún más concreto: «Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra» (v. 29). El Señor parece pedir lo imposible. Y además ¿por qué amar a los enemigos? Si no se reacciona a los prepotentes, todo abuso tiene vía libre, y esto no es justo. ¿Pero es realmente así? ¿Realmente el Señor nos pide cosas imposibles e injustas?
El Santo Padre pidió considerar, en primer lugar, el “sentido de injusticia” que advertimos en el “poner la otra mejilla”, y a pensar en la pasión de Jesús que, en su injusto proceso delante del sumo sacerdote, a un cierto punto recibe una bofetada por parte de uno de los guardias.
¿Y Él cómo se comporta? Dice al guardia: «Si he hablado mal, declara lo que está mal; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?» (Jn 18,23). Pide cuentas del mal recibido. Poner la otra mejilla no significa sufrir en silencio, ceder a la injusticia. Jesús con su pregunta denuncia lo que es injusto. Pero lo hace sin ira ni violencia, es más, con gentileza. “
La palabra del Señor hoy nos ilumina y nos ayuda a discernir, de modo que no caigamos en la tentación de revestir de religiosidad y justicia, criterios y comportamientos, alejados del evangelio.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/06/17/ahogar-el-mal-en-abundancia-de-bien/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=17-06-2024
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2022-02/papa-angelus-rezar-quien-tratado-mal-transformar-mal-bien.html#:~:text=golpe%20que%20recibió.-,Poner%20la%20otra%20mejilla%20no%20es%20el%20repliegue%20del%20perdedor,lo%20absurdo%20de%20su%20odio.
Palabra de Vida Mes de junio “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o que se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo” (Marcos 4, 26 – 27)
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.