- 1 Cor 11, 17-26
- Sal 39
- Lc 7, 1-10
Hoy celebramos la Memoria de los santos Cornelio, Papa y Cipriano, obispo a quienes se caracterizaron por la fortaleza en la fe, la constancia y el trabajo asiduo por la unidad de la Iglesia, por lo que la liturgia nos continua animando a crecer en la fe, pues por ella nos fiamos de cuanto se dice de Dios y la Eucaristìa es un Misterio de fe.
San Pablo nos narra en este pasaje de la carta a los Corintios la institución de la Eucaristía, tal como él la ha recibido. Quiere dejar claro cómo se cumple en Jesús la plenitud de la Alianza, y cómo el mismo Señor quiso dejarnos como recuerdo de esa alianza la nueva Pascua, no la judía del sacrificio y cena del cordero, sino la comida de su propia entrega por nuestra salvación.
En la eucaristía celebramos la fraternidad del amor donde Jesús se hace presente y nos trasmite el amor del Padre. Comer a Jesús significa hacerse uno con Cristo y hacerse uno con los hermanos en el Padre, celebrar la nueva Alianza de Dios con los hombres en Cristo.
Todos los participantes en la celebración, nos dirigimos a Jesús-eucaristía diciéndoles las mismas palabras del Centurión, hoy en el texto del Evangelio: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Y es que en el momento de la comunión nos acercamos a participar del banquete de la mesa del Señor. Él mismo se nos entrega como comida, que sacia, que nos quita el hambre, que nos hace alimentos de su propio cuerpo, del alimento de su vida. Jesús se nos da para estar más íntimamente con nosotros y convertirse en nuestro impulso y fortaleza. Son momentos especiales de intimidad y de gratitud.
Este doble sentimiento de humildad y de gratuidad ante el Hijo de Dios, cada día en cada momento, que se refleja de un modo especial al recibirle en la Eucaristía, es muy importante. Son los mismos sentimientos y actitudes del Centurión, reflejados en la expresión “no soy digno”.
”Que se gocen en ti y que se alegren todos lo que te buscan”, nos dice el Salmo. Nos explica el Papa Francisco: “Cuando somos nosotros solos los que encontramos al Señor, somos nosotros –digámoslo, entre comillas – los dueños de este encuentro; pero cuando nos dejamos encontrar por Él, es Él quien entra en nosotros, es Él el que vuelve a hacer todo de nuevo, porque esta es la venida, lo que significa cuando viene Cristo: volver a hacer todo de nuevo, rehacer el corazón, el alma, la vida, la esperanza y el camino. Nosotros estamos en camino con fe, con la fe de este centurión, para encontrar al Señor y, sobre todo, ¡para dejar que Él nos encuentre!
Pero se necesita un corazón abierto ¡para que Él me encuentre! Y me diga aquello que Él quiere decirme, ¡que no es siempre aquello que yo quiero que me diga! Él es Señor y Él me dirá lo que tiene para mí, porque el Señor no nos mira a todos juntos, como una masa. ¡No, no! Nos mira a cada uno a la cara, a los ojos, porque el amor no es un amor así, abstracto: ¡es un amor concreto! De persona a persona: el Señor persona me mira a mí persona. Dejarse encontrar por el Señor es precisamente esto: ¡ dejarse amar por el Señor”.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/09/16/lunes-16-de-septiembre-2024-sem-24-to-ciclo-b-no-soy-digno-de-que-entres-en-mi-casa/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=16-09-2024
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/12-9-2016/
- https://infovaticana.com/2013/12/02/senor-no-soy-digno-de-que-entres-en-mi-casa-pero-una-palabra-tuya-bastara-para-curarle/
Palabra de Vida Mes de Setiembre. “Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos” (Santiago 1,22) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.