- Is 50, 4-9
- Sal 68
- Mt 26, 14-25
La primera parte de la Semana Santa llega a su fin con la celebración del Miércoles Santo, ya que este día marca el final de la Cuaresma y el inicio de la Pascua.Fecha crucial para el cristianismo en el que, según la Biblia, se decide la sentencia de Jesús en la cruz. Por eso, la liturgia nos invita a practicar la lealtad y la fidelidad. Así, lo hace ver Isaias en la primera lectura en el “tercer cántico del Siervo del Señor”, que declara en primera persona cual es su destino, pues se considera bendecido por Dios, ya que le ha dotado con todos los caracteres de un discípulo suyo y, por lo tanto, se considera con la suficiente fuerza para animar a los que se encuentran abatidos, y poco le importa que sus enemigos lo estén ultrajando, resiste cualquier tipo de violencia contra él, pues está convencido que el Señor Dios no lo abandonará nunca; es por eso que no teme someterse a cualquier tipo de juicio pues ha puesto toda su confianza en el Señor, y sabe que la escucha de su Palabra le aporta la fuerza y el coraje suficiente para enfrentarse a lo que sea.
Isaías nos está abriendo la puerta para que, confiando totalmente en el Señor, podamos enfrentarnos a cualquier tipo de problema, sin importar la dureza de las dificultades, con la garantía de que la ayuda que nos proporciona el inmenso amor de Dios, que se nos da gratuitamente, a través de Jesucristo, nos va a dar la fortaleza suficiente para ayudar a los decaídos que tenemos a nuestro alrededor, los pobres, los enfermos, en definitiva, los más necesitados de la misericordia de Dios.
Como nos dice el salmista: “por ti he aguantado afrentas” y en otro lado “miradlo los humildes y alegraos, buscad al Señor y vivirá vuestro corazón”. Por ti Señor un por mi, por tu honra y por la mía, te pido que no permitas que mi alma perezca en la desesperación. ¡Levántame, dame luz, dame fuerzas; sálvame por la Gloria de tu Nombre!
En este pasaje del Evangelio, la tradición y la fidelidad, el miedo y la entrega, la luz y la oscuridad, conviven en la misma mesa
Como en la vida. Porque también nosotros podemos estar junto a Jesús, escucharlo, mirarlo, compartir el pan… y al mismo tiempo llevar dentro una grieta, un lugar por donde se filtra la noche.
Jesús no se escandaliza. No huye. No interrumpe el gesto. Sabe lo que está por suceder, y aun así le ofrece a Judas un último bocado de ternura porque el amor de Cristo no se retira ni ante la traición. Es un amor que se queda hasta el final, incluso cuando el otro ya ha elegido marcharse.
Nos indica el Papa Francisco que “Judas pudo haberse ido, como lo hicieron muchos discípulos; es más, tendría que haberse ido si hubiese sido honesto. En cambio, se quedó con Jesús. Permaneció no por fe, no por amor, sino con la secreta intención de vengarse del Maestro. ¿Por qué? Debido a que Judas se sintió traicionado por Jesús, y decidió que a su vez lo iba a traicionar. Judas era un zelote, y quería un Mesías triunfante, que guiase una revuelta contra los romanos. Jesús había decepcionado las expectativas. El problema es que Judas no se fue, y su fallo más grave fue la mentira, que es la marca del diablo.”
Vemos como el mal busca confabular personas, en este caso a Judas. Y esto nos lleva a meditar ¿No tenemos también nosotros rasgos de Judas en nuestra vida cotidiana? ¿Cuántas veces hemos traicionado causas, personas, proyectos, familia por una ganancia efímero o por darle gusto a nuestras apetencias egoístas?. ¿Qué lugar ocupamos en la mesa, será acaso el de quien se va en silencio con la traición escondida? ¿El de quien promete más de lo que puede dar? ¿El del que simplemente guarda silencio, sin entenderlo todo, pero permanece?
Hoy Jesús también se sienta con nosotros. Nos mira a los ojos. Nos conoce por dentro. Sabe qué partes de nuestra alma ya lo han negado, lo han vendido, lo han olvidado. Y aun así, nos ofrece el pan nos lava los pies nos llama hijitos míos.
Cuándo la noche entra en el alma el corazón del creyente no huye se arrodilla no exige certezas se abandona no señala los otros se deja amar
Porque al final, no seremos juzgados por las veces que caímos, sino por si nos dejamos levantar.
Y tú… cuando la noche llegue, ¿te irás? ¿O te quedarás a la mesa, aún temblando, sabiendo que aunque no seas digno… El ya te ha amado primero?
Sólo quién es sólido como la materia que habita en el interior de los niños, puede acercarse al Maestro.
Oremos con el Papa Francisco por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés.
- Rinconcito Franciscano.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html.
- https://es.catholic.net/op/articulos/14467/la-traicin-de-judas.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/04/16/que-le-paso-a-judas/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://as.com/actualidad/sociedad/miercoles-santo-2025-origen-que-significa-y-por-que-se-celebra-en-semana-santa-n/
Palabra de Vida Mes Abril: “Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?” (Is 43, 19) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Abril 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.