- Gal 5, 1-6
- Sal 118
- Lc 11, 37-41
En el mundo actual, en el que las apariencias son cada vez más importantes, es fácil caer en la trampa de creer que la belleza es lo único que importa. Sin embargo, es importante recordar que la verdadera belleza proviene de dentro. Cuando nuestro interior es hermoso, nuestro exterior lo reflejará.
San Pablo afirma categóricamente que lo que salva al hombre no son las obras sino la fe. Sin embargo, esta fe tiene una característica particular al fe que el cristiano profesa o que debe profesar, si verdaderamente quiere que su fe sea válida y operante, es una fe que se gesta desde el interior, pero actúa a través de la Caridad.
Nos explica el Papa Francisco: “ El mismo discurso de Jesús al fariseo. Una fe que no es solamente recitar el Credo: todos nosotros creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, en la vida eterna… ¡Todos creemos! Pero esta es una fe inamovible, no trabajadora. Lo que vale en Cristo Jesús es su labor que viene de la fe o mejor la fe que se hace trabajadora en la caridad.
Y nos cuestiona ¿Nuestra vida es una vida cristiana de cosmética, de apariencia o es una vida cristiana con la fe que trabaja por la caridad?”
En el evangelio de hoy sigue la relación tensa entre Jesús y las autoridades religiosas de aquel tiempo. A pesar de la relación tensa, había algo familiar entre Jesús y los fariseos. Convidado a comer en casa de ellos, Jesús acepta la invitación.
San Pablo afirma en la lectura de hoy “Cristo nos ha liberado para que seamos libres. Conserve pues, la libertad y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud”. Y en el evangelio vemos que Jesús no pierde ante el fariseo la libertad, pues se sienta sin antes lavarse las manos. Ni el fariseo muda de actitud ante Jesús, pues expresa su admiración por el hecho que Jesús no se lava las manos. En aquel tiempo, lavarse las manos antes de las comidas era una obligación religiosa, impuesta a la gente en nombre de la pureza, exigida por la ley de Dios. El fariseo se extrañó viendo que Jesús no observa esta norma religiosa. Y, a pesar de ser totalmente diferentes, el fariseo y Jesús tenían algo en común: la seriedad de vida. La forma de vivir de los fariseos era así: cada día dedicaban ocho horas al estudio y a la meditación de la ley de Dios, otras ochos horas al trabajo para poder dar de comer a la familia, y dedicaban otras ocho horas al descanso. Este testimonio serio de su vida les daba un gran sentido de liderazgo popular. Quizá era por esto que, a pesar de ser totalmente diferentes, los dos, Jesús y los fariseos, se entendían y se criticaban mutuamente, sin perder la posibilidad de diálogo.
Con el Salmista proclamamos: “Caminaré por un camino ancho, pues he seguido tus preceptos”. El tema general del salmo es la ley de Dios considerada como una regla de vida; como santificando el alma; como soporte en juicio; como impartiendo felicidad a la mente, en su contemplación y en obediencia a ella. El salmo parece haber tenido la intención de exponer la excelencia de esa ley y los felices efectos de obedecerla, en cada variedad de formas y con cada variedad de expresiones.
Hoy que celebramos a Santa Teresa de Jesús, también conocida como santa Teresa de Ávila, monja fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, mística y escritora española, conocida por el poema que luego se convirtió en oración con la que quisiera terminar la liturgia.
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda,
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
Nada te turbe.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
Nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
Todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
Todo lo alcanza.
Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
id, dichas vanas,
aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://jesuitascam.org/nada-te-turbe-nada-te-espante-santa-teresa-de-avila/
- https://es.catholic.net/op/articulos/8939/cat/331/purificais-por-fuera-la-copa-y-por-dentro-estais-llenos-de-maldad.html#modal
- https://es.wikipedia.org/wiki/Teresa_de_Jesús#:~:text=Santa%20Teresa%20de%20Jesús%2C%E2%80%8B,de%20la%20Orden%20de%20Nuestra
- https://basilicadelcarmen.com/lectio-divina-lucas-1137-41-2/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=15-10-2024
- https://www.bibliatodo.com/comentario-biblico?v=DHH94DK&&co=albert-barnes&l=salmos&cap=119
Palabra de Vida Mes Octubre “El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos” (Marcos 10, 43-44) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Octubre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.