- Tit 3, 1-7
- Sal 23
- Lc 17, 11-19
Hoy la liturgia nos hace un llamado al agradecimiento. “Qué importante, afirma el Papa Francisco, saber agradecer al Señor, saber alabarlo por todo lo que hace por nosotros. Y así, nos podemos preguntar: ¿Somos capaces de saber decir gracias? ¿Cuántas veces nos decimos gracias en familia, en la comunidad, en la Iglesia? ¿Cuántas veces damos gracias a quien nos ayuda, a quien está cerca de nosotros, a quien nos acompaña en la vida? Con frecuencia damos todo por descontado. Y lo mismo hacemos también con Dios. Es fácil ir al Señor para pedirle algo, pero regresar a darle las gracias… Por eso Jesús remarca con fuerza la negligencia de los nueve leprosos desagradecidos: «¿No han quedado limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?”
Por su agradecimiento ante el milagro que Jesús le hizo, el Señor conmovido le dice al leproso: “Levántate y vete tu fe te ha salvado”. La fe llena de gozosa alegría a quien es consciente del regalo que Dios le ha hecho. Lo curioso es, que cuando nos lo concede, parece que se nos olvida rápido que es Él el que nos lo ha otorgado y ni tan siquiera nos sale un “gracias” por haberlo recibido. ¡Qué pena que en muchas ocasiones estemos despistados y no sepamos agradecerle al Señor sus beneficios, porque todo lo que Él nos da o permite es bueno, ya que procede de Él que es la eterna Bondad y misericordia! Cuando las circunstancias y las cosas no salen como las hemos planeado, pensado y pedido, enseguida decimos: “Dios no me escucha…” Él, es el que ve más allá, tenemos que agradecerle siempre, porque Él lo conoce todo.
Y es que Jesús como nos dice el Salmista es un Dios fiel a sus promesas, El nos guía por el sendero recto y San Pablo coadyuva con su obra al aconsejar que da fraternalmente a Tito y a su Comunidad, y también nos está insinuando a nosotros que caminemos en el bien, es decir, mirando hacia a Dios.
La vida diaria del cristiano muestra, en su relación con aquellos que lo rodean, que está regida, animada e inspirada por el Espíritu y no por los deseos puramente humanos. Quizás una de las notas más características en su trato hacia los demás sea la “amabilidad”. Un “por favor”, un “con todo gusto”, aderezado con una sonrisa pueden cambiar todo nuestro día y el de los que nos rodean.
En cambio, cuando no nos dejamos hacer por la acción santificadora del Espíritu Santo, surgen todo tipo de desviaciones y errores, que te hacen caminar por el mal, esclavizándote de tal manera, que llegamos a odiarnos los unos a los otros. No obstante, Dios nos sigue amando aun por encima de nuestras miserias y pecados, dándonos su gracia, que nos hace caer en la cuenta que estamos equivocados y nos hace rectificar esta actitud encaminándonos a la renovación en el Espíritu que nos justifica con su gracia y nos ayuda en esperanza a ser herederos de la Vida eterna.
Por eso con la Oración Colecta le pedimos que aparte de nosotros todos los males, para que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de espíritu cumplí lo que es de su agrado.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://hogarlainmaculada.edu.ar/novedades/5b6-levntate-y-vete-tu-fe-te-ha-salvado-lc-17-19.html
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=13-11-2024
Palabra de Vida Mes Noviembre: “ Ella [la pobre viuda], de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir” (Marcos 12, 44) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.