https://youtu.be/dGULl_-o_Eg?si=-JjJAwuZRnE43td1
- Sab 1, 1-7
- Sal 138
- Lc 17, 1-6
Dios en la liturgia de cada día va comunicando su deseo de salvación para cada uno de nosotros, por eso con el Salmista le decimos: “Condúceme, Señor, por tu camino”, pues aunque nos conoce, sabe de nuestros pensamientos e intenciones, El, “nos envuelve por todas partes y tienes puesta sobre mí tu mano.” Nos protege hasta de nosotros mismos, nos brinda su asistencia divina y está siempre pendiente de nosotros.
El, como nos dice el texto de la Sabiduría, “se deja hallar por los que no dudan de El y se manifiesta en los que en El confían.
Y como conoce nuestra fragilidad y sabe que “no es posible evitar que existan ocasiones de pecado”, nos pide que mirando a través de sus ojos y, a ejemplo suyo, perdonemos recordando cuántas veces El nos ha perdonado y dejemos así en el corazón del otro, la muestra de la Misericordia infinita de Dios. Para ello contamos, no la sabiduría humana, la cual está relacionada con la inteligencia, sino con la sabiduría divina, relacionada al conocimiento interior que es producto de la acción de Dios en el corazón.
Dejemos, pues, que la sabiduría de Dios ilumine y gobierne nuestro corazón para que podamos experimentar su paz y su dulzura, y para que toda nuestra vida se convierta en fuente de luz para los demás.
Pero para lograrlo debemos pedirle al Señor que nos aumente la fe, y es que como afirma el Papa Francisco, “la luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo…La luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar. Al hombre que sufre, Dios no le da un razonamiento que explique todo, sino que le responde con una presencia que le acompaña” (Lumen Fidei, 57). La fe, por otra parte, no es ningún “salto al vacío” ante la falta de luz de la razón, sino que está anclada en la verdad; la fe, aunque desborda los cánones de la razón, no es ningún acto irracional; muy por el contrario, la razón también necesita de la fe para ampliar sus horizontes de comprensión de la realidad. En ese sentido sigue siendo siempre válido lo dicho por san Agustín: “Cree para que entiendas, entiende para que creas”.
En muchos casos resulta muy difícil para el creyente encontrar una respuesta satisfactoria ante la presencia de ciertas formas del mal en el mundo. Solo el hombre de fe puede seguir encontrando ‘razones’ para creer y motivos para esperar. Realmente se necesita mucha fe para descubrir un sentido positivo ante lo que se nos presenta como irracional e inaceptable. La fe y la esperanza dan al creyente una energía poderosa que le permite superar todas las adversidades, permitiéndole descubrir lo positivo de la vida, convirtiendo los obstáculos en retos que debe superar; aprende de los fracasos, no se llena de soberbia ante sus éxitos.
Jesús les dijo a los discípulos que necesitaban una fe como un grano de mostaza, es decir tan grande como la punta de un lápiz. Jesús quiere redireccionar a sus discípulos, para cambiar la mentalidad, porque no se trata del tamaño de la fe; está diciendo que no depende de la magnitud, de la cantidad de fe.
Hay personas que tienen gran fe en diferentes cosas, objetos diferentes, personas diferentes, pero no importa el tamaño de tu fe, sino el tamaño de en quien tienes fe. Si tienes una fe del tamaño de un grano de mostaza en Dios el creador del universo, el Dios de Isaac, de Jacob, de Abraham, el Dios revelado en la Escritura, esa fe puede producir cosas en lo natural, que serían imposibles, pero que son realizables con la fe en el Dios verdadero.
Nosotros como los discípulos debemos pedirle al Señor que nos aumente la fe, ya que para seguirle necesitamos también, de un don insostenible por su propia voluntad, inabarcable sólo con nuestras propias fuerzas. Pues si ellos, que le vieron hacer milagros, que le miraron a los ojos, que abrazaron al Dios hecho hombre, le imploraron que aumentase su fe, ¿qué haremos nosotros sino pedirle, día a día, que nos aumente la fe? Si no lo pedimos con insistencia, a lo mejor tendríamos que preguntarnos que lugar ocupa la fe en la escala de valores de nuestra vida.
”Que la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo, estén siempre con ustedes.” Ef 13, 13
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=13-11-2023
- https://www.cny.org/stories/seor-aumntanos-la-fe,14500
- https://www.bible.com/es/reading-plans/11132-fe-como-un-grano-de-mostaza/day/2
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/11/13/lunes-13-de-noviembre-2023-sem-32-to-ciclo-a-aumentanos-la-fe/
Palabra de Vida Mes de Noiembre 2023
“Pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas» 1 Tes 5, 5-6 https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida. Octubre 2023
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Noviembre 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.