- Is 49, 8-15
- Sal 144
- Jn 5, 17-30
Hoy la liturgia nos invita a creer en la Palabra para lograr la Salvación y alcanzar la vida Eterna.
En el texto del Evangelio nos dice Jesus: “Mi Padre trabaja siempre y Yo también”. Y esto nos lleva a reflexionar en que si vivimos de acuerdo a la Voluntad de Dios, entonces ya somos partícipes del Reino de los Cielos, pues al experimentar su Misericordia, nuestra vida cambia y queremos hacer lo que El ha hecho con nosotros y a comunicar esta experiencia a los demás, nos convertimos en evangelizadores como es su Voluntad.
Bien lo dice Isaías hoy al proclamar la misión redentora del profeta: “Yo te formé y te he destinado para que seas alianza del pueblo: para restaurar la tierra, para decir a los prisioneros: “Salgan”, y a los que están en tinieblas: “Vengan a la luz”.
Esta es también nuestra misión como bautizados: ser un instrumento de Dios para todos aquellos que viven aún prisioneros de sus vicios y defectos; ser luz para aquellos que viven en las tinieblas del pecado; ser alianza para que, los que no conocen a Jesús, no sólo lo conozcan, sino lo lleguen a amar profundamente y de esta manera tengan vida y la tengan en abundancia.
Nos explica el Papa Benedicto VI que “la realeza de Cristo es revelación y actuación de la de Dios Padre, que gobierna todas las cosas con amor y con justicia. El Padre encomendó al Hijo la misión de dar a los hombres la vida eterna, amándolos hasta el supremo sacrificio y, al mismo tiempo, le otorgó el poder de juzgarlos, desde el momento que se hizo Hijo del hombre, semejante en todo a nosotros. […] En su reino eterno, Dios acoge a los que día a día se esfuerzan por poner en práctica su palabra.”
Aunque los adversarios insistan en el problema de la Ley, el relato del Evangelio de Juan pone de relieve el tema del actuar de Dios: «Mi Padre trabaja hasta ahora, y YO también trabajo»… no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios»
Y es que en la teología judía de la época se planteaba que, a pesar de que la Escritura decía que el sábado «cesó de hacer la obra que había creado» (Gn 2,3), Dios siguió obrando:
«Nunca cesa Dios de obrar. Al contrario, como es propio del fuego el arder y de la nieve enfríar, así es propio de Dios el crear» (Filón de Alejandría, Alegoría de las leyes I,5).
Por eso, el discurso que sigue, Jesús afirma que hace algo más que curar: «Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, del mismo modo el Hijo da vida al que él quiere»
Lo propio de Dios, eso mismo hace también Jesús. Si realiza las mismas obras merece entonces misma honra: «para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió»
El conflicto no radica en una infracción a la Ley, sino en la insinuación de la condición divina de Jesús y para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre.
Unirse a Cristo será poder decir, como Él: no busco mi voluntad, sino la del que me envió. La voluntad de quienes, por el Bautismo, fueron enviados como seguidores de Jesús a dar vida, libertad, dignidad, luz. “Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo”. Y todos los discípulos trabajan también en esta gran esperanza y alegría.
Fuentes:
- FolletoLa Misa de Cada Día.
- https://domingocosenza.wordpress.com/2015/02/27/jn-51-3-5-18-mi-padre-trabaja-hasta-ahora-y-yo-tambien-trabajo/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=13-03-2024
- https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/comentario-homilia/hoy
- https://laverdaderalibertad.wordpress.com/tag/jn-5-17-30/
Palabra de Vida Mes de Marzo 2024. “Crea en mi, oh Dios un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme”. Sal 51,12 https://www.focolare.org
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Marzo 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.