- 2 Cor 4, 7-15
- Sal 115
- Mt 5, 27-32
Hoy la liturgia nos indica que “llevamos el tesoro en vasijas de barro“, una metáfora bíblica que significa que el poder y la gloria de Dios se manifiesta a través de seres humanos frágiles y débiles, limitados, heridos, pero justamente ahí se manifiesta la fuerza de Dios. No brillamos por lo que somos, sino por lo que Él hace en nosotros.
San Pablo no idealiza la vida cristiana. Habla de luchas, presiones, pruebas, heridas, pero también de esperanza: “nos aprietan, pero no nos aplastan; nos derriban, pero no nos rematan”. La clave está en que, aunque llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, también en nosotros se manifiesta su vida.
Sin duda alguna, San Antonio de quien hoy celebramos su Memoria, también, igual que nosotros llevó su tesoro en vasijas de barro y en su camino de santidad fue entendiendo lo fundamental, desterrar toda maldad de su corazón, ser siervo del Señor, como nos dice el salmista, pues el Señor ha roto las cadenas.
En el teto del Evangelio, Jesús nos enseña con su misericordia, va más allá de lo físico, cuando nos habla del adulterio, va al corazón. No se queda en la apariencia de lo que hacemos, sino que penetra en lo profundo de lo que deseamos, de lo que alimentamos en nuestro interior. En este Evangelio, nos invita a revisar la mirada y el corazón: dos lugares donde nacen las grandes decisiones, para el bien o para el mal.
Afirmaba el Papa Francisco: “El adulterio, como el hurto, la corrupción y todos los otros pecados, primero son concebidos en nuestra intimidad y, una vez cumplida en el corazón la elección equivocada, se ponen en práctica a través de un comportamiento concreto. Pensemos un poco sobre esto: sobre los malos pensamientos que vienen en esta línea»
El adulterio, para Jesús, no empieza en el acto exterior, sino en esa mirada que reduce al otro a objeto, que busca poseer en lugar de amar, que rompe la alianza del amor con deseos egoístas. Y lo mismo sucede con todo lo que destruye la fidelidad: empieza en lo que dejamos crecer en el alma.
El texto nos recuerda la importancia de superari conductas abusivas, estableciendo vínculos que nutran y enaltezcan el espíritu humano.
Oremos por el Jubileo 2025, con la Oración que nos dejó el Papa
Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://es.catholic.net/op/articulos/69860/cat/331/la-castidad-empieza-con-la-mirada.html
- https://evangeli.net/evangelio/dia/2025-06-13
Palabra de Vida Mes Junio: “Denles de comer ustedes mismos” (Lc 9, 13)
https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.