- Hch 1, 1-11
- Sal 46
- Ef 1, 17-23
- Mc 16, 15-20
Hoy la Iglesia entera se viste de victoria, fiesta y alegría. Hoy el Señor asciende a lo más alto del cielo. La Ascensión del Señor, afirma el Papa Francisco, no es un distanciamiento, una separación, un alejamiento de nosotros, sino que es el cumplimiento de su misión: Jesús bajó a nosotros para hacernos subir hasta el Padre; se abajó para enaltecernos; descendió a las profundidades de la tierra para que el cielo se abriera de par en par sobre nosotros. Él destruyó nuestra muerte para que pudiéramos recibir la vida, para siempre.
Es por eso, que la liturgia de la Misa, nos invita a contemplar la glorificación de Aquel en quien se anticipa nuestra victoria, hoy llega a plenitud nuestra salvación: el cielo se ha abierto para los hombres. Jesús lo ha abierto, y ha inaugurado así para nosotros el Reino celestial. En el mismo corazón de Dios hay hueco para nosotros. Las puertas del Paraíso, cerradas por culpa del pecado de Adán, son ahora abiertas de par en par por el amor de Cristo. El Señor ha subido al cielo, para elevarnos a nosotros con Él.
Es la primera lectura de esta fiesta del Señor la que nos describe ese acontecimiento, casi inexplicable, conocido como la «Ascensión», un término que ha sido entendido como complemento de algo que ocurre en la Resurrección de Jesús; como si durante cuarenta días Jesús resucitado se hubiera entretenido en este mundo. ¿Para qué? En la visión particular de Lucas, autor de los Hechos, para consolidar la fe de sus discípulos con objeto de dejarlos «entonados» en la misión apostólica que les debería llevar hasta los confines de la tierra predicando y haciendo discípulos.
El Salmo proclama la grandeza de Dios que se ha comprometido a estar velando por su pueblo, pues somos el cuerpo del que nunca se ha separado, ni desentendido su Cabeza.
La segunda lectura nos muestra una de las claves de la comunidad cristiana: la unidad en el Espíritu de una misma fe y de una misma esperanza, y consiguientemente del amor.
En esta fiesta hay también una vertiente que mira hacia nosotros. Jesús -acabada la tarea que el Padre le encomendó- nos mira y nos dice: ¡ahora os toca a vosotros! ‘Id por todo el mundo’, nos dice en el texto del Evangelio.
“Id”, es decir: ¡Pónganse en marcha! Se acabó el tiempo de apoyarse visiblemente en mí, de contar con mi Palabra recién hecha y a la medida. Salgan a campo abierto.
Que el frío y la lluvia, el sol y el viento vayan curtiendo su piel: al tiempo que la persecución, la soledad, y la duda van robusteciendo su frágil corazón. “Yo estoy con ustedes”, ciertamente, pero de otra manera. A veces, muchas quizá, no me sentirán, y les vendrá quizás la tentación de pensar que me he desentendido de ustedes como dejados de la mano de Dios.
Pónganse , pues, en marcha, sin detenerse. El mundo los necesita. Y no teman. Yo iré delante de ustedes.
Alentadora despedida de Jesús. Para nosotros, para su Iglesia, porque ha llegado la hora de la verdad.
¡Buen Domingo de la Ascensión!
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/05/12/ante-el-asombro-de-los-angeles/
- https://ofminmaculada.org/evangelio/8128-domingo-de-la-ascension-del-senor
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/comentario-biblico/miguel-de-burgos-nunez/
- https://www.aciprensa.com/noticias/104357/homilia-completa-del-papa-francisco-solemnidad-de-la-ascension-del-senor
Palabra de Vida Mes de Mayo 2024. “Quien no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es Amor.” 1Jn 4, 8
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.