- Gen 2, 4b-9. 15-17
- Sal 103
- Mc 7, 14-23
La liturgia nos invita revisar lo más profundo de nuestro corazòn y purificarlo para que todo lo que salga, sea para nuestra salvación y el beneficio del prójimo.
Afirma el Papa Francisco: “En la Biblia, el corazón es el órgano no sólo de los afectos, sino también de las facultades espirituales, la razón y la voluntad, es la sede de las decisiones, del modo de pensar y de obrar. La sabiduría de las elecciones, abierta al movimiento del Espíritu Santo, compromete también el corazón. De aquí nacen las obras buenas, pero también las que son fruto de una equivocación, cuando se rechaza la verdad y las sugerencias del Espíritu».
El libro del Génesis va más allá de nuestros padres: nos habla de un origen eterno, que son las manos de Dios creador. De este modo, la filiación humana de nuestros padre se cimienta a su vez en una filiación divina. Y así aparece la base más firme y sólida que da sentido a nuestra vida.
¡Dios mío, qué grande eres!, acabamos de proclamar en el salmo. Es el remate de la creación. Dios ha terminado su obra y a partir de aquí es al hombre al que le corresponde cultivar y cuidar el jardín. Y es que la primera lectura, Dios se muestra como un alfarero que infunde su aliento al hombre y le prescribe una prohibición relacionada con su limitación. La transgresión a esa prohibición es una repercusión de lo que señalan Jesús en el evangelio porque es precisamente de la interioridad donde nacen nuestros desórdenes.
Y es que sólo hay una nota discordante en el concierto de la creación. El pecado. Está presente como un borrón en el En el paisaje, Cómo una hendidura en la tierra, Como un rayo en el firmamento. Destruye el equilibrio en el mundo del hombre, Ennegrece su historia y pone en peligro su futuro. El pecado es el único objeto que no encaja en el universo ni en el corazón del hombre. Al contemplar la creación, nos debe herir ese rasgo violento que desfigura en la obra del Creador.
Esforcémonos por hacer de nuestras actuaciones solamente aquello que beneficia al prójimo, porque eso es lo más importante. Nadie puede hacer daño a aquello que ama y, si atendemos a los ejemplos que Jesús nos pone parece claro y evidente que malo, y que hace malo al hombre, solo son aquellas acciones, u omisiones, que dañan al hermano.
Como vimos en el relato del Génesis “Dios hizo buenas todas las cosas”. Sin embargo, No podemos negar que el mal como realidad externa, se cuela nuestra vida historia, Por eso Jesús nos invita a no descuidar la sede del corazón humano; porque el brota lo bueno y lo malo. En el corazón, como veíamos en la liturgia ayer, Anida el ADN del reino y no el del mal. Necesitamos cuidar los sentimientos y emociones del corazón, dejando atrás lo que hace tanto daño y no permite la vida florece.
Oremos, pidiéndole al Señor que nos enseña cumplir su Voluntad y a vigilar siempre nuestro corazón.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- Libro Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://es.catholic.net/op/articulos/75816/cat/1036/corazon-nuevo.html#google_vignette
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/02/12/miercoles-v-semana-t-o/
Palabra de Vida Mes Febrero. Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (Primera carta a los tesalonicenses 5, 21 https://ciudadnueva.com.ar/febrero-2025/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.