- 1 Cor 6, 1-11
- Sal 149
- Lc 6, 12-19
Lavados, santificados y justificados; tres palabras que definen nuestro distintivo de cristianos y de los que nos habla la liturgia de hoy.
Es triste ver que, a pesar de haber pasado tanto tiempo, los problemas que se presentaban en la comunidad de Corinto son los mismos que hoy vivimos en nuestra sociedad moderna. En la primera lectura de hoy, San Pablo, lamenta el saber que siempre existen pleitos entre comunidades de distinta procedencia, e incluso dentro de la misma comunidad de los seguidores de Jesús.
Para solucionar estos pleitos que se dan entre los creyentes Pablo les aconseja, que no escojan a personas ajenas al seguimiento de Jesús, pues igual no hacen bien la corrección fraterna. Ante los pleitos, es decir, los motivados por estos pecados, no se debe recurrir a gente civil sino a miembros de la comunidad, personas creyentes en Cristo Jesús, que seguro lo harán mejor, pues son los justos, los creyentes en Cristo Resucitado.
Esto, según mi opinión, se debe a que nuestra sociedad, como la de Corinto no ha madurado en su conversión y sólo somos cristianos a medias. Preferimos que se haga un escándalo en lugar de buscar una solución a través de la oración y del diálogo fraterno. El egoísmo que hoy vivimos nos cierra, y las partes en conflicto son incapaces de ceder, ni el ofensor ni el ofendido quieren perder. Se nos olvida que es precisamente perdiendo como ganamos; se nos olvida que es la muerte la que nos lleva a la resurrección; que sólo la cruz es portadora de vida.
Los evangelios, en particular el de hoy, nos muestran cómo siempre que Jesús debía tomar una decisión importante, pasaba toda la noche en oración. Es común oír: “No tengo tiempo para orar”.
Solamente el cristiano que ora todos los días verá cambios en su vida, pues la oración es el elemento que permite que la gracia de Dios se convierta en vida.
Sabemos que Jesús ante decisiones importantes se mueve con la fuerza de la oración y con la luz recibida del Padre. Así, inicia la llamada, nombre por nombre, de aquellos que serán los anunciadores de su vida y misión. Ellos también contarán con la ayuda de Dios Padre, de la fuerza del Espíritu y de la presencia y cercanía de Jesús.
El evangelio de hoy, afirma el Papa Francisco, 2muestra una multitud de gente que va a escuchar a Jesús y hay muchas personas enfermas que tratan de tocarlo, porque de Él salía una fuerza que sanaba a todos. Nuestra fe, la fe en el Señor resucitado es aquello vence al mundo. Vayamos hacia Él y dejémonos, como estos enfermos, tocar por Él, por su fuerza, porque Él está en carne y hueso, no es una idea espiritual que flota… Él está vivo. Y está resucitado. Y así ha vencido al mundo. Que el Señor nos conceda la gracia de entender y vivir estas cosas2.
Es sorprendente este pasaje, porque, normalmente pensamos que desde el principio, fueron escogidos como Apóstoles. Pero parece que no fue así. Eran discípulos que iban aprendiendo, detrás del maestro. Jesús iba comprobando cómo asimilaban su mensaje y cómo estaban comprendiendo su actuación. En un momento en este caminar, pidiendo ayuda a su Padre Dios, les nombra Apóstoles a algunos de sus seguidores, con nombre propio.
¿En qué situación te encuentras tú? ¿Eres discípulo? ¿Buscas a Jesús? ¿Le escuchas? ¿Eres Apóstol?
Hoy el Salmo nos indica que “en honor de su nombre haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles.El Señor es amigo de su pueblo”. La danza es el cuerpo hecho oración. Salmo de gesto. Si el que canta reza dos veces, ¿qué no hará la danza? La danza trae el arte a la oración. Arte y religión. Belleza y verdad. Quiero aprender a hacer mi oración gozosa y mi culto estético para gloria de Dios y regocijo mío.
Termino con estas hermosas tres frases: “Mas vosotros sois lavados, mas sois santificados, mas sois justificados”! La palabra “pero” que aparece antes de cada frase indica que cada una debe considerarse por separado. Tales viles criaturas eran algunos de ustedes, “pero ya están lavados”, limpios de los pecados que los contaminaron. “Pero vosotros sois santificados”. Habiendo sido limpiado, ahora estás apartado como sagrado para Su gloria. “Pero vosotros estáis justificados”. Cuando Dios nos justifica, ¿quién puede condenar?
“¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Es Dios el que justifica; ¿Quién es el que condena?”
Todo esto se hace por el pecador creyente, como dice nuestro versículo, “
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libro Busco Tu Rostro, autor, Carlos G. Vallés
- http://www.es.catholic.net/op/articulos/49082/cat/330/salia-de-l-una-fuerza-que-sanaba.html#modal
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=10-09-2024
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes de Setiembre. “Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos” (Santiago 1,22) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.