- Hch 9, 31-42
- Sal 115
- Jn 6, 60-69
Permanecer fieles en Señor reconociendo en El, la única Palabra que puede salvarnos, es la invitación que nos hace la liturgia de hoy. Esto tendrá como efecto que la Iglesia realice su obra, como extensión del cuerpo del Resucitado y que “goce de paz y se multiplique con el consuelo del Espíritu Santo.
El Papa León XIV, comenzó su primer discurso diciendo: “Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios. Yo también quisiera que este saludo de paz entrara en vuestros corazones y llegase a sus familias a todas las personas en todas partes a todos los pueblos a toda la tierra, La paz sea con ustedes”.
««Y con todo, algunos de vosotros no creen.», nos dice Jesús en el evangelio. Estas palabras son más que suficientes para sospechar que Judas también se rebeló interiormente contra aquel discurso de Jesús sobre la identidad de consagrado de Dios que les resultaba escandaloso y difícil de creer. El «Iscariote» (llamado así por llevar un puñal) deseaba un Mesías que liberase por la fuerza a Israel, no a un «lunático» que quisiera entregar sus miembros en alimento a los hombres. Pero, a diferencia de los demás incrédulos, Judas calló. Calló y permaneció con su secreto en la compañía del Maestro. Jesús, cariñosamente, le invito a sincerarse: «¿También vosotros queréis marcharos?». Si Judas hubiese sido sincero entonces… Si hubiese contestado a esa amorosa pregunta… «-Sí, Maestro, quiero marcharme. Quiero marcharme porque no te entiendo. Quiero marcharme porque yo esperaba otra cosa de Ti… -¡Amigo Judas! Ven conmigo. Hablemos a solas y te explicaré el Reino de los Cielos. Yo te desvelaré los planes de Dios y tú lloraras los tuyos sobre Mí. Ven, amigo Judas, no temas…». Si Judas, entonces, hubiese hablado, Jesús no habría muerto crucificado, y el propio Judas no habría terminado sus días colgado de un árbol.
El pequeño «fiat» de la Virgen dio lugar a la Redención del Género Humano… ¿Aprenderemos tú y yo la importancia de nuestro pequeño «sí», y las repercusiones de nuestros aparentemente pequeños «noes»? Solo la fe y la gracia son el auxilio saludable para entrar en este misterio adorable de Jesús; El es nuestra garantía inamovible, nuestra Paz inquebrantable. La paz sin aditivos, colorantes y conservantes la dio y sigue dándola el Maestro de Nazaret, levantándonos de nuestras postraciones y ayudándonos a arreglar nuestro lecho interior, tantas veces desbaratado por toda la intoxicación que sufre de lo que supone anti-valor.
Esta experiencia de liberación nos impele a… Alzar la copa de la salvación, porque El rompió nuestras cadenas. Y es que en este mundo nuestro, postmoderno hasta los tuétanos, nos hemos quedados atrapados en la creencia de que todo pende y depende de nosotros. ¡Tamaña falacia! Por supuesto que tenemos parte y arte en nuestra construcción y la de los otros, pero situándonos en el lugar que verdaderamente nos corresponde: la de criaturas y no dioses, hechura de Dios. Aterrizar en esta verdad nos ahorraría y ahorraríamos múltiples sufrimientos, yermos por demás.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?, nos interpela el Salmista. Es claro que nos urge recuperar y acrecentar la GRATITUD por la GRATUIDAD DE DIOS para cada uno de sus hijos. Y reconocer que ceñir el sentido de la vida a lo puramente tecnológico, material, es abocarnos a castrar nuestras potencialidades como seres espirituales, reduciéndonos a seres raquíticos, enclenques que visionan la vida en blanco y negro con anteojeras, las que les ponen a los caballos en los ojos para que no se asusten y desboquen. Visión de túnel servida.
Nos apremia escuchar y que escuchen los otros: ¡Levántate! Tienes presente; solo El tiene palabras de Vida Eterna. Y es que para aquellos que tienen el deseo y la voluntad de superar obstáculos y salir adelante, siempre tienen la posibilidad de encontrar esperanza y motivación para continuar fieles a El; por eso les invito a que como nos lo pidió el Papa Francisco, oremos por el Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza: Señor, Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y La Paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día.
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos.
- https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/preghiera.html.
- https://www.infobae.com/america/mundo/2025/05/08/el-papa-leon-xiv-lanza-un-llamado-a-la-paz-a-todos-los-pueblos-en-su-primeras-palabras/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/05/10/lo-que-pudo-haber-sido-y-no-fue-2/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Mayo. «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero» (Jn 21, 17) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.