https://youtu.be/OnuNWpaqcyw?si=y-smQGy1CmVSVsSd
- 1 Sam 3, 1-10. 19-29
- Sal 39
- Mc 1, 29-39
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad, con esta frase del Salmista, la liturgia nos insta a dejarnos guiar por el Señor. Y es que hacer la Voluntad del Señor requiere que como la suegra de Simón, nos dejemos tomar de su mano y poner a servirle, porque como a ella, El nos sana, nos purifica y nos restaura, solo necesitamos como Samuel, cuando El nos llame, decirle: “habla Señor que tu siervo escucha” y escucharlo.
Algo en lo que debemos ejercitarnos continuamente, sobre todo nosotros que nos ha tocado vivir esta generación, que podríamos llamar “del ruido”, es en escuchar al Señor.
El texto de la primera lectura, relata la vocación o llamado del Profeta Samuel, nos dice que, “en la noche, cuando la lámpara del Señor todavía no se había apagado”, Dios llamó a su profeta. Estos términos “noche” y “lámpara del Señor” en el lenguaje bíblico nos hablan del silencio y de la intimidad con Dios, más que de elementos físicos.
Dios tiene un proyecto para cada uno. Nos llama por nuestro nombre. ¿Es nuestra respuesta como la de Samuel o el salmista: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes”?
Es el Señor quien nos elige y nos llama, no somos nosotros los que le hemos escogido (Jn 15,16). Nos llama por nuestro nombre, e insiste hasta encontrar nuestra respuesta. Son cuatro veces las que Dios llama a Samuel. Entre la segunda y la tercera, se nos indica que Samuel no conocía al Señor y todavía no le había sido revelada su Palabra. En las tres primeras contesta: “Aquí estoy porque me has llamado”. En la cuarta ya responde al proyecto que Dios tiene para él como profeta: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”, y su fidelidad lo acredita, ante todo Israel, como profeta del Señor.
Es también un aspecto digno de resaltar, las mediaciones que Dios usa para que su llamada llegue a nosotros; en el caso de Samuel, Dios se vale de Elí, que intuye que algo está sucediendo entre Dios y el muchacho y prepara a Samuel para la respuesta a la llamada. Sin embargo, si nos tomamos un ratito para meditar en el llamado de cada uno de nosotros descubriremos una mediación que usó para nuestra llamada…
Busca, en tu “ruidosa” jornada un momento, no sólo para apartarte de la fuente del ruido, sino para hacer silencio interior. Ya una vez en el silencio interior de tu corazón, busca centrar tu atención de manera amorosa en Dios y escucharás la dulce voz de Aquél que te ama.
En el Evangelio que acabamos de leer, hemos podido darnos cuenta como Jesús se procuraba tiempo de soledad para hacer silencio interior, para dedicarse a la oración: «De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración». Vemos claramente cómo Jesús dividía la jornada. Por un lado, se dedicaba a la oración, y, por otro, a su misión de predicar con palabras y con obras. Contemplación y acción. Oración y trabajo. Estar con Dios y estar con los hombres..
Muy sugerente la frase: “todo el mundo te busca”, porque nos muestra la fuerza espiritual y de atracción de Jesús. Sin duda, no pasaba desapercibido, al mismo tiempo que no iba buscando fama ni protagonismo, su persona era en sí misma, una luz para el camino, una fuente para aliviar la sed, un refugio donde hallar descanso, un alivio para el dolor, una palabra de consuelo y esperanza. ¿Podría decirse lo mismo de nosotros?
Y el Señor iba curando a todos de sus dolencias. Jesús está en medio de nosotros como el que sirve (Lc, 22,27) y quiere que nosotros hagamos lo mismo, de ahí que, la suegra de Pedro, nada más ser curada por Jesús, se levante y se ponga a servirles.
Hoy Jesus nos invita: “Vamos a los pueblo cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y el Papa Francisco nos explica que “Predicar y curar: esta es la actividad principal de Jesús en su vida pública. Con la predicación anuncia el reino de Dios, y con la curación demuestra que está cerca, que el reino de Dios está en medio de nosotros.” Ese es el llamado, esa es la misión.
Si nosotros verdaderamente nos decidimos a ser discípulos, a orar y vivir conforme la enseñanza del Maestro, veremos nacer en nosotros un deseo inmenso de predicar y nuestra predicación estará siempre acompañada de signos. ¿Seremos capaces de intentarlo?
“Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor”
Fuentes:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/01/10/el-orden-en-el-cuarto-de-los-juguetes/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://www.caritasmadrid.org/actualidad/mc-1-29-39-la-cogio-de-la-mano-y-la-levanto
- https://webcatolicodejavier.org/evangeliodeldia.html
Palabra de Vida Mes de Enero 2024. Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo.” (Lucas 10, 27) https://www.focolare.org/conosur/news/2023/12/31/palabra-de-vida-enero-2024/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.