?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- Is 55, 1-11
- Sal 12
- 1 Jn 5, 1-9
- Mc 1, 7-11
Con el Bautismo del Señor que celebramos hoy termina la Navidad. En muy poco tiempo la liturgia nos hace pasar de la cuna a la madurez.
A lo largo de esos años Jesús fue descubriendo su identidad. Para descubrirlo, Jesús siente una llamada especial, es lo que hoy recordamos en la fiesta de su Bautismo.
El Santo Padre señaló que la celebración del Bautismo del Señor da “un bonito mensaje para nosotros: nos revela la grandeza de lo cotidiano, la importancia a los ojos de Dios de cada gesto y momento de la vida, también el más sencillo y también el más escondido” porque “dejamos hace pocos días, a Jesús niño visitado por los Magos; ahora lo encontramos como adulto en la orilla del Jordán”.
La fiesta del Bautismo del Señor nos lleva al inicio de las cosas, a la génesis misma del mundo. Así como en el principio el Espíritu se cernía sobre la superficie de las aguas, en la escena que hoy contemplamos, el que va a ser Redentor de la humanidad brota de las aguas esenciales y es señalado por el Espíritu eterno como Salvador.
Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al río Jordán donde estaba Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” Jesús le respondió: “Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia.” Bautizado Jesús, salió del agua. Y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”.
El bautismo en el Jordán fue para Jesús dejar la vida silenciosa de Nazaret y el comienzo de su misión mesiánica. Isaías habla del elegido que promoverá el derecho y la justicia, curará y librará. El “elegido” fue investido como Mesías en las aguas del Jordán donde se escuchó la palabra del Padre.
Es claro que no viene por un bautismo de regeneración, sino que quiere inaugurar su tarea.
El Padre de los cielos convierte la escena en una escuela personal para Jesús. Él nació de las entrañas de María. Ahora, al salir del agua, oye al Padre Dios decirle: “Tú eres mi Hijo muy querido”. Igual que su Madre le presentó a los pastores y a los magos del Oriente para que le adoraran, el Padre quiere empezar a presentarle ante el mundo, señalándolo como su “predilecto”. Por fin, igual que la estrella le distinguió entre la multitud, Jesús ve cómo el Espíritu Santo le reconoce entre la muchedumbre y, así como la paloma va derecho al lugar de su origen, viene a él para habitar en él. El Espíritu sabe que Jesús es su hogar perpetuo.
El Señor aparece ante nuestros ojos, finalmente, como nuevo Moisés que, rescatado de las aguas, inició el proceso que culminaría con la ruptura de las cadenas de esclavitud que ataban de pies y manos a sus hermanos.
Finalmente, nosotros confesamos que Dios nos hizo sus hijos en la fuente bautismal. Esta es nuestra fe: Cristo, que asumió nuestra carne y sangre, santifica las aguas comunicándoles fuerza redentora que se nos transmite en el bautismo. La acción salvífica de Dios actúa en su Hijo predilecto, Jesús, que sintetiza todo: el Espíritu, el agua y la sangre. Jesús como Dios que es, habiendo iniciado las cosas en las aguas primordiales, las restaura en las aguas bautismales.
El bautismo del Señor, o «teofanía del Jordán», nos comenta Fray Manuel Ángel Martinez Juan, es un misterio importante de nuestra fe, pues funda el sacramento del bautismo cristiano. Esta fiesta es una bella oportunidad para reflexionar sobre el significado de nuestro propio bautismo y renovar los compromisos que en él hemos adquirido, así como dar gracias a Dios por este gran regalo. Y es que como nos dice el audio para seguir al Maestro es necesario acoger su Espiritu aparte de estar bautizados con el agua.
Hoy el Señor nos esta pidiendo que demos testimonio, como Juan el Bautista para que todos seamos profetas y redentores de Cristo y nuestro ejemplo contagie a otros..
Reflexionemos: ¿Jesús, siendo Dios, necesita recibir el Espíritu Santo?, ¿acaso no lo tuvo desde la eternidad? Cómo doy testimonio de mi bautismo?
Palabra de Vida Mes de Enero 2021
““Permanezcan en mi amor: darán mucho fruto.” (cf. Juan 15, 5-9) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.