- Deut 4, 1-2. 6-8
- Sal 14
- Stgo 1, 17-18. 21b-22. 27
- Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23
La liturgia de este domingo nos invita a reflexionar sobre nuestra vida interior. ¿Nuestras prácticas religiosas, las realizamos para que nos reconozcan como seguidores de Jesús o para cumplir? ¿Busco la sabiduría que viene de Dios? ¿Escucho con respeto la Palabra de Dios y tengo la esperanza de que me transforme?¿Mi corazón está apegado a Dios, o está más atento a otras realidades o personas?
Y es que el cumplimiento de los preceptos del Señor, no pueden reducirse a tradiciones humanas que alteran la Voluntad de Dios. En la primera lectura, Moisés nos indica que debemos guardar y cumplir los mandamientos del Señor porque ellos son su sabiduría y su prudencia a los ojos de los pueblos.
El sabio es el que vive escuchando siempre a Dios, con la convicción de que Él no cesa de hablarnos comunitaria y personalmente, y de que lo que nos dice siempre es constructivo, aunque a veces nos duela tanto y se parezca a una medicina amarga.
El Salmo 14 nos dice: ¿Quién será grato a tus ojos Señor? La respuesta nos la da Santiago en la segunda lectura, que es la Palabra de Vida de este mes del Movimiento Los Focolares: “Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos” . El Apóstol, retoma lo que Jesús anunció para vivir y experimentar la realidad del Reino de los cielos entre nosotros: declara feliz a quien escucha la Palabra de Dios y la práctica, reconoce como madre y hermanos suyos a quienes la escuchan y la ponen en práctica, la compara con la semilla que, si cae en tierra fértil, es decir en quienes la escuchan con un corazón bien dispuesto, la retienen y dan fruto gracias a su constancia.
“En cada palabra suya, Jesús expresa todo su amor por nosotros –escribe Chiara Lubich, fundadora del Movimiento Los Focolares- y podemos encarnarla y hacerla propia para experimentar qué potencia libera al ser vivida en nosotros y entre nosotros. Podemos enamorarnos del evangelio hasta dejarnos transformar en él y derramarlo sobre los demás. Probaremos la libertad de nosotros mismos, de nuestros límites, de nuestras esclavitudes, y además veremos surgir la revolución del amor que Jesús, al estar libre para vivir en nosotros, provocará en el tejido social en el que estamos inmersos”.
¿Cómo poner en práctica esta Palabra? Miremos a nuestro alrededor y pongámonos al servicio de quienes están necesitados, con pequeñas o grandes señales de cuidado recíproco para transformar las estructuras injustas de la sociedad, contraponiéndose a la violencia, favoreciendo gestos de paz y de reconciliación, creciendo en la sensibilidad y en las acciones en favor de nuestro planeta.
Una auténtica revolución irrumpe así en nuestra vida y en la comunidad donde vivimos, en el ambiente de trabajo donde actuamos. El amor se manifiesta en las acciones sociales y políticas que tratan de construir un mundo mejor.
Y el Papa Francisco comentando el texto del Evangelio, nos dice que: “Respondiendo a aquellos fariseos que le habían preguntado, Jesús intenta también ayudarles a poner orden en su religiosidad, a reestablecer aquello que verdaderamente cuenta y aquello que es menos importante. […] El amor da impulso y fecundidad a la vida y al camino de fe: sin amor, tanto la vida como la fe permanecen estériles. Aquello que Jesús propone en esta página evangélica es un ideal estupendo, que corresponde al deseo más auténtico de nuestro corazón. De hecho, hemos sido creados para amar y ser amados. Dios, que es amor, nos ha creado para hacernos partícipes de su vida, para ser amados por Él y para amarlo y para amar con Él a todas las demás personas».
El problema con los fariseos creo no es que fueran todos una raza de tipos malos, hipócritas; sencillamente se habituaron a vivir en el limbo de la comodidad. Se quedaron con las costumbres de los mayores para evitar comprometer de por vida su corazón.
El Señor reprocha al ser humano su posición de durmiente. Porque quien duerme no está atento, ha perdido el amor primero, y de su desidia nacen todas las impurezas del corazón. Las telarañas van construyendo los malos pensamientos, los juicios contra el prójimo, las decisiones erróneas. No creas que el mal nace propiamente de una estructura natural viciada de raíz, sino de una desidia cotidiana. Llámalo como quieras, banalidad del mal, inconsciencia… Por eso el Señor llama a estar en vela
Jesús aprovecha la ocasión para instruir a la gente sobre algo muy importarte y liberador al mismo tiempo, y que no ha sido aprendido ni aceptado por algunas religiones:
Solo lo que sale del corazón contamina el hombre, no lo que entra por la boca. Piensa por un momento en toda esa retahíla final de desviaciones que salieron de los labios del Señor y que recoge el Evangelio de este domingo. Adivina cuánta de esa toxicidad fabricas tú. Es importante poner nombre a las consecuencias de nuestro estado de dormición general,
Pero nuestro corazón será verdaderamente puro si está apegado a la fuente de la santidad y de la pureza.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Libros Busco Tu Rostro, autor Carlos G. Vallés
- https://ciudadnueva.com.ar/wp-content/uploads/2024/08/PV-09-2024_doble.docx
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/09/01/el-gran-peligro-es-dormirse/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/pautas/
- https://es.catholic.net/op/articulos/76858/cat/1036/dios-ve-el-corazon-y-no-las-apariencias.html#modal
Palabra de Vida Mes de Setiembre. “Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos” (Santiago 1,22) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Setiembre 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.