- Hch 15, 1-6
- Sal 121
- Jn 15, 1-8
La primera lectura nos muestra como al inicio de la historia de la Iglesia de Cristo ya comienzan las disensiones. Algunos hermanos, procedentes seguramente del fariseísmo, quieren imponer la Ley mosaica y sus ritos, especialmente la circuncisión, a los convertidos. El rito por el rito, sin que la vida cambie.
Es por eso importante la Jerarquía de la Iglesia para que el Espíritu pueda construirla. Ante la dscrepancia presentada, los discípulos, movidos por el Espíritu, deciden no resolverlo por su cuenta sino consultar con la Jerarquía de la Iglesia. Hoy en día, las decisiones difíciles en materia de fe y costumbres continúan siendo puestas en claro por los obispos, sucesores de los Apóstoles. La obediencia a la Jerarquía de la Iglesia es la garantía de la unidad. Es posible que “nuestra opinión” sea contraria, pero ni aun teniendo una revelación privada podemos ir contra el magisterio de la Iglesia.
Parece que aún hoy no terminamos de entender, que el anuncio de la Buena Noticia del amor del Padre que Jesús nos comunicó, ha devuelto la Ley a sus orígenes, eliminando de ella todos aquellos preceptos que tuvieron un origen sanitario o cultual y que son añadidos innecesarios para vivir de acuerdo con la fe en Cristo. Solo el amor reflejado en la vida es necesario; todo lo demás es añadidura, muchas veces contraria a la propia Ley.
Es por eso que en esta controversia como la de Antioquía, y otras tantas que se han presentado en la vida de la Iglesia, como nos explica el Papa Benedicto XVI: “ Sólo el diálogo sincero, abierto a la verdad del Evangelio, puede orientar el camino de la Iglesia: “El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rm14,17). Es una lección que debemos aprender también nosotros: con los diversos carismas confiados a san Pedro y a san Pablo, dejémonos todos guiar por el Espíritu, intentando vivir en la libertad que encuentra su orientación en la fe en Cristo y se concreta en el servicio a los hermanos. Es esencial conformarnos cada vez más a Cristo. De esta forma se es realmente libre. Así se expresa en nosotros el núcleo más profundo de la Ley: el amor a Dios y al prójimo”.
Como en la Palabra de Dios escogida para cada Liturgia, en este salmo se comprueba que estaba predicha la alegría de vivir en la Presencia de Dios y la necesidad de acercarse a Él en donde habita.
David, el rey pobre y santo a la vez, el de corazón noble, sincero y humilde; nos muestra que, en la Presencia del Señor, en su alabanza, se encuentra la sabiduría práctica y cómo es posible aunar la santa tradición con la experiencia vital y alegre del hombre con su Dios.
La alegria eterna que surge de la libertad que nos da el amor de vivir en la presencia del Señor pues como nos enseña la Palabra de Vida de este mes: “quien no ama no ha conocido a Dios porque Dios es Amor” 1, Jn 4, 8. Es por eso que tiene todo el sentido del mundo que Jesús hoy en el evangelio nos recuerde que sin Él no podemos hacer nada: «Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí». Mi vida solamente es vida si dejo fluir la gracia de Dios por ella.
Textos Consultados:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2008/documents/hf_ben-xvi_aud_20081001.html
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2024/05/01/cuerpo-de-cristo/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/6-5-2015/
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=01-05-2024
Palabra de Vida Mes de Mayo 2024. “Quien no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es Amor.” 1Jn 4, 8
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Mayo 2024.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.