- Iss 52, 13-53, 12; o bien, Heb 10, 12-13
- Sal 39
- Lc 22, 14-20
Hoy celebramos la Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote quisiera iniciar esta reflexión con una especial mención la misión de los Sacerdotes y Obispos con la que el Papa Francisco, nos explica su papel relevante.
“Aunque, en verdad, todo el pueblo santo de Dios es sacerdocio real en Cristo, sin embargo, nuestro sumo Sacerdote, Jesucristo, eligió algunos discípulos que en la Iglesia desempeñaran, en nombre suyo, el oficio sacerdotal para el bien de los hombres. No obstante, el Señor Jesús quiso elegir entre sus discípulos a algunos en particular, para que, ejerciendo públicamente en la Iglesia en su nombre el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres, continuaran su misión personal de maestro, sacerdote y pastor. Él mismo, enviado por el Padre, envió a su vez a los Apóstoles por el mundo, para continuar sin interrupción su obra de Maestro, Sacerdote y Pastor por medio de ellos y de los Obispos, sus sucesores.”
Con la Oración Colecta, oremos para que a estos ministros y administradores de los sacramentos y del Evangelio que El Señor ha elegid, les conceda la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio y que cada día como el Salmista le digan “aquí estoy Señor, para hacer Tu Voluntad”
La liturgia nos orienta en la gran importancia de la misión de Jesús en la tierra, pues el gran mensaje de su Sacerdocio, se basa en abrazar la cruz como símbolo del éxito sobre el pecado. El profeta Isaías lo expresa en el texto de la primera lectura: “El Señor cargó sobre El, todos nuestros crímenes”. Se profetizaba en este pasaje, la muerte dolorosa del Mesías. Esto me trae a la mente cada vez que celebramos la misa y que el sacerdote dice, en el momento de la consagración: Esto es mi cuerpo… esta es mi sangre, lo está haciendo no en el nombre de Jesucristo” sino en la persona de Cristo”.
El autor de la Carta a los Hebreos nos habla de que “Cristo, ofreció un solo sacrificio por los pecadores…, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado…En Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios… considerando la solidaridad y la compasión como un rasgo esencial del sacerdocio auténtico.
Y en el evangelio, Cristo quiere como con sus discípulos, partir el pan y repartirlo a nosotros, convidarnos del cáliz, vivir en nosotros sus misterios. También hoy Cristo quiere que le dejemos transformarnos en hijos de Dios. Normalmente, cuando una persona quiere obtener algo, ofrece otra cosa a cambio. Desde que somos niños hasta que envejecemos seguimos haciendo esto. Cristo, como siempre, lleva lo que es tan propio del hombre a un nuevo nivel. Él no ofrece una cosa como trueque por nuestra salvación; se ofrece a sí mismo al Padre, con los brazos abiertos eternamente en la cruz.
Es el Cuerpo y la Sangre del Señor los que han sellado la Nueva Alianza. No debemos ya buscar otro intercesor, no tenemos que clamar más por un salvador pues, ciertamente, Dios ha escuchado las oraciones de su pueblo y las ha respondido en la persona de su Hijo. Bien nos hará dirigir ahora nuestra atención a los sacerdotes que, conservando su debilidad humana, se arrojan generosamente a la aventura de ser transparencia de Cristo en medio de nosotros, para que así, ese Cuerpo y esa Sangre sigan purificando al mundo.
Nos explica el Papa Francisco: “Precisamente en la fuerza de ese testamento de amor, la comunidad cristiana se reúne cada domingo y cada día, en torno a la eucaristía, sacramento del sacrificio redentor de Cristo. Y atraídos por su presencia real, los cristianos lo adoran y lo contemplan a través del humilde signo del pan convertido en su Cuerpo. Cada vez que celebramos la eucaristía, a través de este Sacramento sobrio y al mismo tiempo solemne, experimentamos la Nueva Alianza, que realiza en plenitud la comunión entre Dios y nosotros. Y como participantes de esta Alianza, nosotros, aunque pequeños y pobres, colaboramos en la edificación de la historia, como quiere Dios. Por eso, toda celebración eucarística a la vez que constituye un acto de culto público a Dios, recuerda la vida y hechos concretos de nuestra existencia. Mientras nos nutrimos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, nos asimilamos a Él, recibimos en nosotros su amor, no para retenerlo celosamente, sino para compartirlo con los demás. Esta lógica está inscrita en la eucaristía, recibimos su amor en nosotros y lo compartimos con los demás. Esta es la lógica eucarística.”
Jesús Sacerdote Eterno, escúchanos.
Bibliografía:
- Folleto La Misa de Cada Día
- https://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/index.php?i=01-06-2023
- https://es.catholic.net/op/articulos/72943/cat/1036/la-presencia-eucaristica-de-cristo.html#modal
- https://catequesisenfamilia.es/catequesis-familiar/la-biblia/4696-2018-05-23-17-22-39.html
- https://es.catholic.net/op/articulos/72943/cat/1036/la-presencia-eucaristica-de-cristo.html#modal
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2023/06/01/sacerdocio-de-cristo-y-el-nuestro/
Palabra de Vida Mes de Junio 2023
“Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.” (2 Corintios 13, 11) https://ciudadnueva.com.ar/junio-2023/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Junio 2023.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.