- Heb 11, 1-2. 8-19
- Sal tomado de Lc 1
- Mc 4, 35-41
Hoy la liturgia nos hace un fuerte llamado a ser personas de fe.
En la primera lectura, el autor quiere mover nuestros corazones a hacer lo mismo, vivir de fe. Que la fe sea el sustento y el apoyo de todas nuestras decisiones, de todos nuestros proyectos, de todas nuestras acciones. Que la fe nos ayude a atravesar todas las noches oscuras que nos puedan sobrevenir. Que la fe sea, en definitiva, la que nos permita aceptar la voluntad de Dios y ponernos en camino con una obediencia confiada en Dios, autor de todas las promesas.
El Evangelio, nos explica el Papa Francisco, “cuenta que los discípulos se acercan a Jesús, le despiertan y le hablan. Este es el inicio de nuestra fe: reconocer que solos no somos capaces de mantenernos a flote, que necesitamos a Jesús como los marineros a las estrellas para encontrar la ruta. La fe comienza por el creer que no bastamos nosotros mismos, con el sentir que necesitamos a Dios. Cuando vencemos la tentación de encerrarnos en nosotros mismos, cuando superamos la falsa religiosidad que no quiere incomodar a Dios, cuando le gritamos a Él, Él puede obrar maravillas en nosotros. Es la fuerza mansa y extraordinaria de la oración, que realiza milagros.
Jesús, implorado por los discípulos, calma el viento y las olas. Y les plantea una pregunta, una pregunta que nos concierne también a nosotros: «¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?»….
La pregunta de Jesús atraviesa los siglos y llega hasta ti y hasta mí para que despertemos de una vez y comencemos esta travesía hacia la otra orilla, confiados en su promesa, la promesa de una patria mejor, la futura, la del cielo.
¿En qué tienes puesta la fe? ¿Dónde se apoya y cimienta tu vida? ¿Qué cosas te impiden creer y abandonarte en Dios? Cuando la cobardía te esclaviza y te impide vivir en la voluntad de Dios, ¿a quién o a qué acudes para salir de esa situación?
Jesús que navega con nosotros, nos invita a pasar a la otra orilla de ese otro mundo posible, a la orilla del Reino.
…Los discípulos, continua el Pontífice, se habían dejado llevar por el miedo, porque se habían quedado mirando las olas más que mirar a Jesús. Y el miedo nos lleva a mirar las dificultades, los problemas difíciles y no a mirar al Señor, que muchas veces duerme. También para nosotros es así: ¡cuántas veces nos quedamos mirando los problemas en vez de ir al Señor y dejarle a Él nuestras preocupaciones! ¡Cuántas veces dejamos al Señor en un rincón, en el fondo de la barca de la vida, para despertarlo solo en el momento de la necesidad! Pidamos hoy la gracia de una fe que no se canse de buscar al Señor, de llamar a la puerta de su Corazón. La Virgen María, que en su vida nunca dejó de confiar en Dios, despierte en nosotros la necesidad vital de encomendarnos a Él cada día.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Día
- Diario Bíblico 2025. Misioneros Claretianos
- https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2021/documents/papa-francesco_angelus_20210620.html#
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/02/01/quieto/
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
Palabra de Vida Mes Enero “¿Crees esto?” (Juan 11, 26) https://ciudadnueva.com.ar/enero-2025/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Enero 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.