?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
- 2 Sam 12, 1-7. 10-17
- Sal 50
- Mc 4, 35-41
El texto de la primera lectura nos sigue instruyendo con la vida de David. Este procesos que como veíamos ayer se venia fraguando a través de varios hechos importantes. Comentábamos ayer que después de pecar David nunca pudo regresar a su condición anterior. El nunca volvió a ser igual.
Vemos la deuda del pecado. Si quieres viajar con el pecado, tienes que pagar. El pecado solamente acepta clientes que pagan. Tal vez tú dices: «¿Cuánto me cuesta pecar?» ¡Siempre más de lo que tú quieres pagar! ¿Cuánto te cuesta? Siempre te cuesta más más y más. Mucho más de lo que tú quieres pagar. El engaño del pecado es que nunca te dice el precio hasta que el viaje ha terminado.
¿Cuánto le costó a David su pecado? Cuando el profeta lo afrontó, David se arrepintió. Él fue perdonado pero su perdón no borró las consecuencias de su pecado.
David dejaría de recibir algunas de las bendiciones que Dios podría haberle dado. Al pecar, siempre perdemos algunas cosas buenas que Dios nos quiere dar porque nos apartamos de su plan.
El arrepentimiento del Rey David está bellamente plasmado en el Salmo: David comienza pidiendo a Dios piedad y misericordia. Reconoce y confiesa su pecado como rebelión contra Dios sabiendo que solo él le podía perdonar. Dios es el único que puede darnos un nuevo comienzo. No importa cuán grande sea nuestro error al venir ante Dios en humildad reconociendo que le hemos fallado, él nos perdona, nos restaura y nos ayuda a seguir adelante.
Cuando la verdad de Dios y su sabiduría reinan en lo más profundo de nuestro ser tomamos decisiones sabias que le glorifican a él y nos ahorramos muchísimos problemas.
Dios siempre puede crear algo nuevo y bonito hasta de nuestros errores. David le suplica a Dios que no le eche de su presencia ni le quite el Espíritu Santo. Necesitamos sacar tiempo para escuchar al Espíritu Santo y vivir dentro de su voluntad. El gozo que sentimos al obedecer nos confirma que estamos en el camino correcto, mientras que la pérdida del gozo es un buen indicador de que algo va mal.
David se da cuenta de que la humildad nos acerca a Dios porque expresa nuestra sumisión y dependencia de El. Debemos crecer en humildad, reconocer que Dios sabe lo que es mejor para nosotros. Al obedecerle disfrutaremos de la plenitud de bendiciones que El nos quiere dar.
Complementando la meditación de la liturgia de hoy el Papa Francisco nos comenta al respecta la reacción de los discípulos al experimentar el mar agitado: …”Cuantas veces también a nosotros nos sucede lo mismo: sin Jesús, lejos de Jesús nos sentimos miedosos e inadecuados, a tal punto que pensamos no poder lograr nada.
Falta la fe, pero Jesús está siempre con nosotros y escondido quizás, pero presente y siempre pronto a sostenernos…La fe nos da la seguridad de la presencia de Jesús, siempre a nuestro lado, de su mano que nos aferra para sustraernos a los peligros. Todos nosotros estamos en esta barca, y aquí nos sentimos seguros a pesar de nuestros límites y nuestras debilidades…”
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Mes de Febrero
Intención de oración universal: Escuchar los gritos de los migrantes.
Recemos para que el clamor de los hermanos migrantes víctimas del tráfico criminal sea escuchado y considerado.
Palabra de Vida .
“Creo, ayúdame porque tengo poca fe’” (Marcos 9, 24)
El Evangelio presenta una paradoja: reconocer nuestra debilidad, los límites y las fragilidades como punto de partida para entrar en relación con Dios y participar con él en la tarea más grande, la fraternidad universal.
Dios confía en el hombre y no actúa sino con su contribución, su libre sí.
Creer y sentirse mirados y amados por Dios es saber que toda oración nuestra, toda palabra o gesto, todo advenimiento triste, alegre o indiferente, toda enfermedad… todo es visto por Dios. Y si Dios es amor, la confianza en él es la lógica consecuencia.
Y luego, a fuerza de amar, nuestra fe se volverá inquebrantable, muy sólida. No solo creeremos en su amor, sino que lo sentiremos de manera tangible en nuestro ánimo y veremos realizarse ‘milagros’ a nuestro alrededor”.
https://ciudadnueva.com.ar/febrero-2020/
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2020
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.