?⛅️ Buenos días. “Señor enséñame a amar como tú nos has amado“. Papa Francisco.
https://youtu.be/zjmZ67ttz9U
- Ex 16, 2-4. 12-15
- Sal 77
- Ef 4, 17. 20-24
- Jn 6, 24-25
El pueblo de Israel, en su travesía del desierto hacia la libertad de la tierra prometida, experimentó múltiples incomodidades y se quejó amargamente de ellas. Ante las dificultades y la incertidumbre de su peregrinar por el desierto, el pueblo añora incluso las pobres seguridades que disfrutaba en su vida de de esclavitud. En realidad, no se quejan de Moisés, se quejan de Dios, y comienzan a dudar de sus promesas.
El Señor quiere enseñar al pueblo de Israel a contemplar su historia con ojos de fe. A que estén abiertos a las promesas y a las sorpresas de Dios. Pero con frecuencia el hombre prefiere aferrarse a sus pobres seguridades más bien que confiar en las promesas del Señor. Con el maná como anuncio profético de un alimento mucho más precioso, Dios asegura que siempre cumplirá sus promesas y que nunca defrauda a quien pone su confianza en él, nos comenta Fray Pedro Luis González Gónzales.
Dice Jesús: “El trabajo que Dios quiere es que creamos en quien él ha enviado”. No que creamos en estos o en aquellos, aunque durante tiempo les hayamos seguido … Y, ahora, nos han dejado en la estacada … un pozo sin fondo, oscuro y lleno de tinieblas.
¿Cómo discernir a quién hemos seguido de verdad, aquél en quien hemos puesto nuestra confianza por encima de todas las vicisitudes? Porque, “incluso cuando comíamos de la mano de Moisés el pan bajado del cielo, no era en realidad de él, sino del Señor”.
¿Cómo reaccionar ante una situación difícil, cuando el sufrimiento aparece en nuestra vida? Y ahora, como los israelitas, tenemos que distinguir entre lo que es “pan del cielo”, pan de Dios, y las manos supurantes que nos la ofrecían. Manos que, quizá, besábamos con pasión, pensando que eran manos de Dios, pero eran fruto del interés mezquino y traidor … Situación en la que algunos, quizá muchos, se encuentran.
En estas circunstancias es cuando debemos actuar con los criterios de Dios, como nos señala san Pablo; “no con la vaciedad de los criterios del mundo”. Porque hemos aprendido de Cristo … Esta es la verdad: Todo lo hemos aprendido del Señor. ¡Nadie más! Y a permanecer abiertos al conocimiento del Señor.
El Salmo nos permite unirnos a la acción de gracias por el Maná. Pero la totalidad de la historia se juega entre el constante auxilio dado por el Señor y la infidelidad del pueblo, que muchas veces olvidamos los favores y el perdón prodigados por Dios. Por eso debe garantizarse ese recuerdo que permite mantener la fe-confianza y alejarse de os ídolo que impiden a cada persona ser ella misma.
Jesús, nos explica el Papa Francisco, “no elimina la preocupación y la búsqueda del alimento cotidiano, no. Tampoco elimina la preocupación por lo que te puede mejorar la vida. Mas bien, Jesús nos recuerda que el verdadero significado de nuestra existencia terrena está al final, en la eternidad, está en el encuentro con Él, que es don y donador, y nos recuerda también que la historia humana con sus sufrimientos y sus alegrías tiene que ser vista en un horizonte de eternidad, es decir, en aquel horizonte del encuentro definitivo con Él.”
Tú y yo, que intentamos meternos en las páginas de este Evangelio, ¿vemos reflejada nuestra actitud? A nosotros, que queremos revivir esta escena, ¿qué expresiones nos punzan más? ¿Somos prontos en el esfuerzo de buscar a Jesús después de tantas gracias, doctrina, ejemplos y lecciones que hemos recibido? ¿Sabemos hacer una buena comunión espiritual: ‘Señor danos siempre de este pan, que calma toda nuestra hambre’?
Hoy, también nosotros, como a la multitud que comió el pan milagroso, Jesús nos dice “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás”, y nos exhorta a ensanchar nuestro horizonte y procurar en primer lugar el pan que no perece, ese pan que Jesús identifica con su persona.
Cada vez que nos reunimos para celebrar la Eucaristía revivimos el bautismo que ha puesto en nuestro corazón la semilla del hombre nuevo, que no se sacia con el pan material, y menos aún con el alimento vulgar de pasiones engañosas, sino que se alimenta de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Palabra de Vida Mes de Agosto 2021
“El que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.” (Mateo 18, 4) https://ciudadnueva.com.ar/categoria/palabra-de-vida
Bendigamos al Señor con nuestro testimonio este día y digámosle:
"Me siento fuerte, sano y feliz porque tengo fe, amor y esperanza".
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Recopilado por Rosa Otárola D, /
Agosto 2021
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.