- Heb 12, 4-7. 11-15
- Sal 102
- Mc 6, 1-6
En la liturgia de hoy, Dios nos trata como sus hijos, por eso nos corrige con amor, para que así podamos caminar por la senda de la fe y gozar de la alegría del encuentro con El.
Más que enfocarnos en la idea de disciplina o castigo, el texto de la primera lectura, nos revela el corazón de un Padre que desea lo mejor para sus hijos e hijas.
En el camino de la fe, a veces enfrentamos pruebas que parecen superarnos. La fe consiste en la disposición a dejarse volver a transformar siempre por la llamada de Dios, que nos repite de continuo: «Convertíos a mí de todo corazón, con ayuno, con llanto y con lamento. Rasgad vuestros corazones y no vuestros vestidos. Convertíos al Señor, vuestro Dios, porque es clemente y compasivo» (Jl 2, 12-13)
Necesitamos pedir insistentemente la gracia de la fe. Porque la fe es un inmenso don de Dios y vale más que la vida misma, pues sólo con ella puede el hombre caminar en su existencia hacia el destino eterno, aunque a veces no vea, aunque le rodeen espesas tinieblas, aunque le azote la duda, aunque le domine el miedo, aunque le invada el desaliento, ya que “el justo vive de la fe”.
La fe fue la fuerza en su peregrinar par este mundo de todos aquellos hombres de Dios y lo seguirá siendo para todos aquellos que deseen y quieran ir tras las huellas de Cristo.
El Papa Francisco al explicarnos el texto del evangelio, nos dice: “La dinámica de ese día es reconstruida en detalle por el evangelista Marcos: la gente de Nazaret primero escucha y se queda asombrada; luego se pregunta perpleja: “¿De dónde le viene esto?”, ¿esta sabiduría? y al final se escandaliza, reconociendo en él al carpintero, al hijo de María, a quien han visto crecer. Por lo tanto, Jesús concluye con la expresión que se ha convertido en proverbial: “Un profeta sólo en su patria carece de prestigio”.
Nos preguntamos: ¿Por qué los paisanos de Jesús pasan de la maravilla a la incredulidad? Comparan el origen humilde de Jesús con sus capacidades actuales: es carpintero, no ha estudiado y, sin embargo, predica mejor que los escribas y hace milagros. Y en lugar de abrirse a la realidad, se escandalizan. Según los habitantes de Nazaret, ¡Dios es demasiado grande para rebajarse a hablar a través de un hombre tan simple! Es el escándalo de la encarnación: el evento desconcertante de un Dios hecho carne, que piensa con mente de hombre, trabaja y actúa con manos de hombre, ama con un corazón de hombre, un Dios que trabaja, come y duerme como uno de nosotros. El Hijo de Dios da la vuelta a cualquier esquema humano: no son los discípulos los que lavan los pies del Señor, sino el Señor el que lava los pies a los discípulos (véase Jn 13, 1-20). Esta es causa de escándalo e incredulidad no solo en aquella época, en todas las edades, incluso en nuestros días.”
Dios no se ajusta a los prejuicios. Debemos esforzarnos por abrir el corazón y la mente, para acoger la realidad divina que nos sale al encuentro. Se trata de tener fe: la falta de fe es un obstáculo para la gracia de Dios. Muchos bautizados viven como si Cristo no existiera: los gestos y signos de fe se repiten, pero no corresponden a una verdadera adhesión a la persona de Jesús y a su Evangelio. Cada cristiano – todos nosotros, cada uno de nosotros – está llamado a profundizar en esta pertenencia fundamental, tratando de dar testimonio de ella con una forma de vida coherente, cuyo hilo conductor sea siempre la caridad.
Hoy se nos recuerda que esas experiencias pueden ser una ocasión para experimentar de manera más profunda el amor y la fidelidad de Dios. Su corrección no es un acto de rechazo, sino una manifestación de cuidado y deseo de ayudarnos a crecer en libertad, justicia y paz.
También nos exhorta a buscar la paz. En esta búsqueda, encontramos un eco del amor de Dios que nos impulsa a ser instrumentos de reconciliación y bondad en nuestro entorno. Al hacerlo, nos convertimos en testigos vivos de un Dios que no solo escucha, sino que también actúa a través de sus hijos e hijas para transformar el mundo con su amor.
Meditemos : ¿Qué situaciones en tu vida han producido frutos de justicia y paz, aunque inicialmente parecieron difíciles o dolorosas? ¿De qué manera puedes aprender del ejemplo de Jesús para perseverar en el amor incluso ante el rechazo?
Que este Evangelio nos inspire a crecer en fe, a acoger con corazones abiertos y a reconocer la presencia de Dios en los rostros y acciones de quienes nos rodean a pesar de su rechazo.
Tomado de:
- Folleto La Misa de Cada Dìa
- https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/07/08/ang.html
- https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
- https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2025/02/05/la-fe-y-la-libertad/
Palabra de Vida Mes Febrero. Examínenlo todo y quédense con lo bueno” (Primera carta a los tesalonicenses 5, 21 https://ciudadnueva.com.ar/febrero-2025/
Recopilado por Rosa Otárola D, /
Febrero 2025.
“Piensa bien, haz el bien, actúa bien y todo te saldra bien”
Sor Evelia 08/01/2013.